El sector maderero presenta un panorama de caídas de las ventas internas, aumento de importaciones, baja de las exportaciones de bienes industriales y aumento de las ventas externas de bienes sin procesar. A esa conclusión llega el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda en un informe sectorial al que tuvo acceso este diario. “La cadena de valor foresto-industrial es una de las economías regionales más prolíficas, no sólo en las provincias del noreste, abundantes en bosques nativos, sino también en todos los principales centros urbanos, debido a la capilaridad y tradición cultural que en nuestro país mantienen las actividades nucleadas en establecimientos de carpintería. En la coyuntura, el sector se encuentra muy castigado”, dice la Undav.
En el primer cuatrimestre, bajó 4,6 por ciento la venta de materiales de construcción de madera en el mercado interno y un 4,4 por ciento muebles del hogar, al igual que en muebles de oficina. Las caídas se producen en relación a las mermas del año pasado, del 8,9 por ciento en materiales de la construcción, 6,6 por ciento en muebles del hogar y 6,5 por ciento en muebles de oficina. En cambio, en 2015 habían registrado mejoras los tres segmentos de las ventas madereras. En este contexto, la industria está trabajando con un 40 por ciento de capacidad ociosa. La rentabilidad de las empresas no sólo se vio afectada por la caída de la facturación sino también por el aumento de los costos a raíz del “impacto de los incrementos tarifarios en una actividad que es altamente dependiente de la energía eléctrica”, indica el documento de la Universidad de Avellaneda.
En materia comercial, en el último año se produjo un reemplazo de producción local por importaciones, sobre todo en aquellos nichos orientados a segmentos de consumo masivo. Por ejemplo, en el primer cuatrimestre, la importación de mesas se incrementó un 97 por ciento, mientras que las compras externas de escritorios crecieron casi en un 400 por ciento. Por su parte, cómodas, mesas de luz y armarios, registraron sendos aumentos de 89, 96 y 192 por ciento, respectivamente. En el global, las importaciones de muebles terminados subieron casi un 100 por ciento entre enero y abril respecto al promedio del quinquenio anterior. La combinación de caída de las ventas y mayor presencia de los importados motivó una baja de la producción del 10,2 por ciento el año pasado. El segmento de madera aserrada cayó 10,5 por ciento y muebles, 10 por ciento.
Además del deterioro en la producción, se observa un proceso de desindustrialización a través de la marcha de las exportaciones. El informe de la Undav marca que las exportaciones en relación a 2015 crecieron en los rubros de madera aserrada y madera en bruto, mientras que las ventas externas de madera contrachapada y tableros de madera se desplomaron. Es decir, avanza la venta de productos primarios mientras que se reduce la colocación de artículos con cierto proceso de industrialización.