Los empresarios del sector del vino afirman que están transitando la peor crisis en 20 años. En abril, el consumo interno de vino cayó un 16,9 por ciento frente a igual mes del año pasado. Las versiones en botella bajaron un 17,4 por ciento, mientras que en tetrabrik la merma fue del 16,7 por ciento, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Entre enero y abril, el consumo interno acumula una baja del 13,1 por ciento contra igual lapso de 2016 (del 15,2 por ciento en el caso de las botellas y del 12,0 por ciento en el tetrabrik). Este porcentaje de caída general en el primer cuatrimestre es la peor marca desde 1995, cuando el INV comenzó su medición de consumo. También están en baja las exportaciones de vino.
“Cae el consumo de todas las bebidas, pero nuestra situación es muy complicada. Tenemos un segundo año con baja producción, alto costo de la uva y una situación difícil del consumidor. Estamos muy preocupados y trabajamos en planes de competitividad para poder bajar los costos”, indicó Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA). “No hubo caídas tan abruptas en más de veinte años, por lo menos en períodos tan cortos. Preocupa mucho; esperábamos un rebote este año, pero, lamentablemente, vemos que aún no encontramos un piso, seguimos cayendo. Los consumidores no tienen dinero”, amplió Carlos Fiochetta, gerente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar).
Por su parte, las exportaciones bajaron un 9,1 por ciento en los primeros cuatro meses. La caída de la venta externa de botellas es del 7 por ciento mientras que en la versión en tetra-brik el deterioro llega al 39,3 por ciento. Graneles y mostos suman retrocesos de 43,2 y 54,3 por ciento. Los bodegueros piden que el Gobierno incremente el reintegro a exportaciones del 6 al 9 por ciento. También reclaman un sistema para aliviar el costo de fletes a quienes estén a más de 400 km del puerto y un acuerdo de rebaja de contribuciones patronales similar al que se prometió para ropa y calzado.