"¿Explicaciones de qué?". Esas tres palabras, acompañadas de una carcajada, y las imágenes de Juan Carlos I navegando en Sanxenxo, resumen en gran medida cómo se ha planteado su visita a España el rey emérito. El exmonarca ha concluido este lunes, tras un breve encuentro en el Palacio de la Zarzuela con su familia, su fugaz regreso a nuestro país. No ha habido ni rastro de arrenpentimiento, explicaciones o cualquier asunto relacionado con las investigaciones judiciales a las que se ha visto sometido por actividades económicas sospechosas y los orígenes de su fortuna. Unos hechos y una conducta que lo han dejado con los únicos apoyos políticos de la derecha y la ultraderecha.
Juan Carlos I aterrizó en España el pasado jueves 19 por la tarde. Lo hizo en un lujoso jet privado que llegó al aeropuerto de Vigo en medio de una máxima expectación. La ciudadanía no conoce quién ha financiado el vuelo. Algo que estaría en colisión con el código de conducta de la propia Casa Real. De la llegada se fueron conociendo los detalles poco a poco. Primero, a través de algunos periodistas. Segundo, a través del alcalde de Sanxenxo, del PP, quien confirmó el pasado martes que el emérito iba a participar en las regatas. Y no fue hasta el miércoles cuando la Casa Real se pronunció confirmando oficialmente la visita y su programación de eventos.
La pasada semana, gran parte del foco político se centró en la inminente vuelta de Juan Carlos I. En las habituales ruedas de prensa celebradas en el Congreso de los Diputados, la mayoría de grupos parlamentarios expresaron cierto "bochorno" por la vuelta del emérito. De este modo, Unidas Podemos, PNV, EH Bildu, Más País, Junts, ERC, PDeCAT y la CUP volvieron a exigir que se elimine la inviolabilidad del rey, entre otras cuestiones.
PSOE y Gobierno, críticos de menos a más
Por su parte, las declaraciones del PSOE y Moncloa han ido subiendo de nivel conforme se han sucedido los acontecimiento. "Respetamos cualquier decisión que tome la Casa Real. No tenemos nada que comentar. Son decisiones que competen a la Casa Real". Así comenzaba la semana la dirección socialista, con unas declaraciones de su portavoz, Felipe Sicilia, en Ferraz. En la misma línea se pronunciaba el martes el portavoz parlamentario, Héctor Gómez. "Como siempre, respetamos todas las decisiones que se adopten en la Casa Real", apuntó.
El Gobierno se desvinculó de este viaje desde el primer momento. Lo mostró la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, en la tradicional rueda de prensa celebrada en Moncloa tras el Consejo de Ministros. "Es una decisión que atañe exclusivamente a la Casa Real", se limitó a decir Rodríguez pese a la insistencia de las preguntas de los medios sobre si el Ejecutivo iba a aportar algún detalle más. Al tiempo, ponía en valor el "ejercicio de transparencia" realizado por Felipe VI y acompañado de un Real Decreto que reforma algunos detalles de la monarquía.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez, como en la mayoría de cuestiones que afectan a la monarquía, manejó calculadamente las palabras en los primeros momentos. El propio presidente ya había transmitido desde hace meses que Juan Carlos I debía dar las explicaciones pertinentes. Pero parecía que estos días nadie quería volver a repetirlo de forma directa. Sí lo hizo el mencionado Sicilia el pasado viernes, ya con las primeras imágenes del rey emérito en Sanxenxo. "No solo debe una explicación, sino también una disculpa", dijo entonces.
Pero el giro en el mensaje del Gobierno no ha llegado hasta este mismo lunes. La propia Rodríguez, en una entrevista realizada en RNE era clara: "Ha perdido la oportunidad, que los españoles esperaban, de dar explicaciones y pedir perdón", dijo. Además, considera la portavoz de Moncloa que Juan Carlos I debería haber sido "mucho más cuidadoso" durante su visita. Mencionó también Rodríguez los actos "nada éticos ni ejemplares", poniendo de nuevo como contrapeso el papel actual de Felipe VI. "Está haciendo un ejercicio formidable de transparencia", afirmó.
PP y Vox no ven necesarias las explicaciones
Quienes no consideran necesario que el rey emérito ofrezca alguna explicación son, en cambio, tanto el Partido Popular (PP) como Vox. En su caso no ha habido dudas. Incluso desde la Casa Real, según han publicado medios como El Confidencial, consideran una "equivocación" cómo se ha diseñado el viaje de Juan Carlos I. Pero para el partido que lidera Alberto Nuñez Feijóo todo son alabanzas desde que se conoce la visita. Uno de los que más ha participado en el cortejo ha sido el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín.
"Esperamos que tenga una buena estancia en la que es su casa", dijo secretaria general del PP, Cuca Gamarra esta semana. "En lo que afecta a su vida privada, es él quien tiene que tomar sus decisiones", añadió respecto a si debía o no dar algún tipo de explicación. El principal partido de la oposición circunscribe, por tanto, los negocios opacos del rey emérito dentro de su "vida privada" pese a haber sido el Jefe del Estado durante décadas.
Para Feijóo, "es una pena que perdamos el tiempo en esto", según les dijo a los periodistas que le preguntaron sobre la estancia de Juan Carlos I en Galicia. "El rey va a venir a España cuando lo considere oportuno, y si viene a Galicia no tenemos mas que darle la bienvenida y ser una tierra de acogida como lo hemos sido siempre", añadió. Dándole la vuelta a la tortilla, el dirigente gallego señaló que se estaba usando esta visita para criticar a la monarquía, algo inaceptable desde su punto de vista. "Ya está bien de cuestionar la Constitución de nuestro país", afirmó.
Otros dirigentes de relevancia como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se han mostrado en la misma línea. Su consejero de Justicia, Enrique López, afirmó tajantemente este lunes que el rey emérito "no tiene que dar ninguna explicación puesto que la Justicia ha hablado". Lo mismo que el propio Juan Carlos I se preguntaba con sorna ante una cámara de televisión. "¿Explicaciones de qué?".
Desde la ultraderecha de Vox, cierre de filas con el emérito. Este lunes, su portavoz Jorge Buxadé, fue preguntado sobre si es necesario que dé explicaciones. Su respuesta fue que es el Gobierno quien debe darlas por la situación económica o el desempleo. El portavoz parlamentario del partido que lidera Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros, defendió que "la visita del rey emérito se produce en un contexto de absoluta naturalidad" y que el exmonarca "no tiene nada que ocultar".
En cambio, desde Ciudadanos (Cs), según destacó su portavoz parlamentario, Edmundo Bal en una entrevista con Público, tienen algún matiz en el discurso, pese a ser firmes defensores de la monarquía. Es decir, consideran que su conducta en los últimos tiempos ha sido lamentable pero defienden su legado y el sistema monárquico.
Unidas Podemos pide a los socialistas una investigación
La posición de Unidas Podemos, formación con claro carácter republicano, ha sido contundente. Y aquí no habido demasiadas fisuras en el discurso. "Cuanto más se tarda en dar explicaciones, más se daña a la institución y menos comprensible es para una ciudadanía como la española, que exige niveles de rendición de cuentas y de saber lo que ha pasado", dijo la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, destacó este fin de semana, con motivo de la Fiesta de la Primavera de la fuerza morada, que "es una vergüenza que no haya vuelto para rendir cuentas ante la justicia y ante la ciudadanía". "Su vuelta es una humillación a nuestra democracia", añadió.
Los portavoces de Podemos, Pablo Fernández y María Teresa Pérez, afearon este lunes la posición que consideran tibia del PSOE. Les recordaron que habían votado hasta 7 veces en contra de investigar la corrupción de la monarquía en el Congreso. Y Alberto Garzón, ministro de Consumo y coordinador de IU, señaló que Juan Carlos I "es un delincuente acreditado".
El rey emérito tiene previsto volver otra vez a las regatas el próximo mes de junio pese a la evidente incomodidad que ha generado en el Gobierno, en una gran mayoría de partidos políticos y en parte de la sociedad española. La incógnita es si repetirá en algún momento algo similar a lo que hizo en 2012 tras viajar a Botsuana a una cacería de elefantes. "Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir", dijo entonces.