Trabajadores de la economía popular de bloqueras y premoldeados van a reunirse este jueves en el primer encuentro nacional del sector. La actividad va a juntar a integrantes de unas 200 unidades productivas de la rama, que existe desde el minuto uno de la economía popular y viene fabricando bloques para los barrios. El objetivo del encuentro, organizado por la secretaría de Economía Social del ministerio de Desarrollo Social, es avanzar en medidas para mejorar su producción e ingresos. Los trabajadores que participarán de la jornada anticiparon que le reclamarán al Estado una política integral, que incluya capacitación, acceso a maquinarias y participación en la pequeña obra pública.
“Hoy existen más de mil bloqueras de la economía popular. Lo que estamos buscando es que el Estado nos ayude a tecnificar, que tengamos acompañamiento técnico para, por ejemplo, certificar nuestros bloques a través de las normas IRAM y de esa manera ser proveedores, por ejemplo, de los planes de vivienda que se hacen a lo largo y ancho del país, o acceder al mercado formal”, señaló a Página/12 Esteban Marcioni, del Frente Popular Darío Santillán.
El referente explicó que aunque algunas bloqueras han logrado escalar su producción y ser proveedoras del Estado o vender a particulares, "la mayoría estamos fabricando bloques sólo para nuestros mismos barrios. Tenemos compañeros que están haciendo bloques con un molde, uno por uno, porque sin políticas públicas, es imposible dar el salto".
De la jornada van a participar las facultades de arquitectura de la Universidad Nacional de San Martín y la Universidad de Buenos Aires. La secretaría de Economía Social a cargo de Pablo Chena, que organiza el encuentro, invitó también a empresas de maquinarias para la fabricación de bloques. Aunque aún no fue confirmado oficialmente, el gobierno prepara una línea de financiamiento para la compra de este tipo de máquinas, que anunciaría el mismo jueves. Está previsto, también, que una parte del encuentro sea dedicada a difundir métodos de producción de premoldeados con materiales provenientes del reciclado.
Rodrigo Alonso trabaja en una bloquera de Merlo. Su unidad productiva fue creada a raíz de una toma de tierras, en el barrio Unión I. Los vecinos que realizaron la ocupación fueron desalojados pero --luego de una larga lucha y organizados en el Frente Darío Santillán/Utep-- accedieron a otro predio y crearon una cooperativa de viviendas. Hoy están construyendo el barrio.
“Nuestra bloquera tiene tres años. Además de bloques, fabricamos adoquines y baldosas, que estamos usando para levantar los edificios de uso común y más adelante vamos a usarlos para las viviendas. Por ejemplo, hicimos un comedor con dos baños y ahora estamos levantando el espacio donde va a funcionar un polo productivo”, cuenta.
Los bloques de esta unidad productiva ya lograron un certificado de calidad, porque la cooperativa presentó un proyecto a Desarrollo Social y accedió a maquinarias que le dan al bloque de hormigón la resistencia requerida para su certificación, que es requisito para construir en alto, sin estructura de sostén.
“En la bloquera hay ocho compañeras y compañeros, en el grupo de construcción otros veinticinco. Tenemos una huerta y estamos construyendo el edificio del polo productivo para desarrollar la elaboración de alimentos. Estamos generando trabajo y vemos que es posible hacer mucho más”, agrega el consultado.
Sin embargo, el desarrollo que alcanzó su cooperativa es parte de la excepción y no la regla. Marcioni apunta que gran parte de las bloqueras de la economía popular fueron armadas dentro del programa Argentina Trabaja --entre 2009 y 2015-- y “pocas lograron una producción que les permita competir en el mercado”. “A la mayoría nos falta acceso a maquinarias y capacitación para poder certificar lo que producimos. Hay compañeros que trabajan, por ejemplo, con moldes manuales con los que es imposible hacer moldeados de alta resistencia, para lo que se necesitan máquinas de presión hidráulica. Por eso la respuesta de los movimientos sociales fue ir a este encuentro, planteando que necesitamos políticas para el sector: medidas de acompañamiento económico, pero no sólo fondos, sino también apoyo técnico, formación y el asesoramiento de los laboratorios que realizan las certificaciones, porque en cada región los materiales que usan las bloqueras cambian”.
El Movimiento de Trabajadores Excluidos, Nuestra América, el Evita, el Frente Darío Santillán y el Frente de Organizaciones en Lucha --ambos en sus varias vertientes-- son algunas de las organizaciones que llevarán sus bloqueras al encuentro, junto a otros grupos de trabajadores que no están dentro de los movimientos sociales.