Pablo Javkin no para de construir su proyecto 2023, sabedor de que el tiempo apremia y que la agenda del intendente de Rosario puede abrumar a quien aspire a la Gobernación. Por eso enhebra en estos días reunión tras reunión, unas en pos de armar el 2023, otras para atender los fierros calientes de la coyuntura. De las primeras fue la que ayer hizo sin decir agua va en el Palacio de los Leones con la mesa provincial de la Unión Cívica Radical, acaso una posible pata del frente en el que él proyecta erigirse como candidato, aunque todavía falte mucha rosca y consensos por delante. También sabe que en esta carrera no corre solo.
Atendió ayer de mañana al presidente del comité provincial de la UCR, el senador por San Cristóbal Felipe Michlig, al diputado –y eventual competidor hacia la Casa Gris– Maximiliano Pullaro, y referentes de su propio espacio, Arriba Rosario. Estaban la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, y Mariano Roca, del partido Creo, entre otros.
El almanaque apura. Por eso los operadores imaginan la obligación de definir la coalición de base sobre fin de año, para presentar listas en febrero, jugar primarias en abril, y las generales en junio.
"Pidieron venir a conversar, son amigos de larga data. Hablamos de temas de la provincia, y la construcción a futuro, pero no de candidaturas sino de programas, definiciones que marquen un comienzo. Tenemos que armar una propuesta bien santafesina y para ello contamos con la experiencia del Frente Progresista", contó Javkin a Rosario/12 al caer la tarde.
Venía de reunirse con los jueces de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario "para organizar agendas en conjunto y colaborar en la lucha contra las mafias", señaló. "Necesitamos implementar el sistema acusatorio en la jurisdicción Rosario y avanzar en la reestructuración de la justicia federal para seguir trabajando en conseguir la paz para nuestros vecinos y vecinas", abundó.
A principio de mes había visitado al presidente de la Corte de la Nación y del Consejo de la Magistratura, Horacio Rosatti, para pedir el fortalecimiento de la Justicia federal en Rosario.
Javkin no quiso mezclar y sostuvo: "Una cosa son las actividades que impone la acuciante coyuntura de la ciudad de la que soy intendente. Ese es el foco de mis prioridades hoy. Lo otro son actividades de la construcción de una alternativa política para Santa Fe en 2023, pero para eso falta", distinguió.
Unas y otras reuniones tributan igual a su imagen provincial, aunque no lo considere así. La semana pasada inauguró un local de su base política, el partido Creo, en la ciudad de Totoras, departamento Iriondo. Y en abril había hecho lo mismo en San Lorenzo. Es cuestión de sentar bases en la extensa geografía provincial.
Javkin evitó precisiones acerca de quiénes suben o bajan de la coalición en ciernes. En lo puntual, acerca del rumbo que tome el socialismo, otrora fuerza hegemónica en el Frente Progresista y ahora atomizado y sin haber recuperado liderazgos claros desde la muerte de Miguel Lifschitz.
"No se habló de candidaturas –reiteró el intendente–, sí de cómo generar una alternativa política que sea bien santafesina", señaló al ser preguntado por la coexistencia con Maximiliano Pullaro, otro con aspiraciones al sillón del Brigadier López aunque también con interna propia en Juntos por el Cambio. Si Javkin entonces opta por prescindir en la carrera local de JxC, sí puede ver de otro modo el escenario en la batalla nacional. "La propuesta debe ser santafesina, y que luego sí aporte a nivel nacional", recalcó, sin cerrar ninguna puerta salvo la del Frente de Todos-PJ.
En la reunión de ayer hubo un repaso a los temas de coyuntura, y de fondo los aprontes y mediciones del frente de frentes que algunos sectores abrigan como herramienta posible para enfrentar a quien el oficialismo instale en carrera para el año próximo; hoy por hoy, el senador Marcelo Lewandowski mide mejor en las encuestas del peronismo aunque él mantenga prudente silencio al respecto. Por lo pronto, ese nuevo mosaico de la política local tendría nombre: Cambia Santa Fe.
En rigor, es el radicalismo el que apura reuniones en uno y otro rincón del escenario político santafesino. Michlig, Julián Galdeano y otros compartieron una mesa el lunes con autoridades del Partido Socialista, su titular, Enrique Estevez, y los diputados Pablo Farías y Joaquín Blanco, entre otros. Y la semana próxima ya tienen en agenda más café con el PRO, el partido GEN (Mónica Peralta), el PDP y hasta Peronismo Republicano, un partido creado por el exsenador y actual auditor general de la Nación, Miguel Pichetto, integrante de la coalición Juntos por el Cambio.
Claramente, la UCR se percibe en el centro del ring y quiere articular la mayor cantidad de expresiones no peronistas, o por lo menos, no kirchneristas.
De la reunión con los socialistas, el cristobalense se llevó la certeza de que al interior del partido de la rosa hay disenso. Si bien el sector que lo hegemoniza en la conducción evalúa a distancia la posibilidad de reeditar y acaso ampliar lo que hasta acá se conoce como Frente Progresista, la corriente Bases –liderada por Eduardo Di Pollina y Claudia Balagué– rehúye de esa posibilidad y encuentra más coincidencias con posiciones del Frente de Todos.