La defensa de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner recusó ayer al juez federal Claudio Bonadio y reclamó que se aparte de la causa en la que la investiga por supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA a raíz de la denuncia presentada por el fallecido fiscal Alberto Nisman, tras la firma del fallido Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán. “Es un juez al que apartaron dos veces de la investigación sobre las irregularidades en torno del esclarecimiento del atentado por estar vinculado a su encubrimiento, cuya relación con otros dos sospechados (el policía Jorge) Palacios y (el ex funcionario menemista Carlos) Corach, está probada y que fue acusado por el propio Nisman de haberlo amenazado. Todo eso hace que sea un juez que no da garantías de imparcialidad”, resumió Alejandro Rúa, uno de los abogados defensores de la ex presidenta.
Luego de que él y su colega Graciana Peñafort presentaran la recusación en su contra ayer a la mañana, Bonadio abrió el juego a las otras partes en la causa para que opinen. La base del pedido de apartamiento del juez es el recorrido del vínculo entre el juez y la historia del encubrimiento de la explosión en la sede de la AMIA, hace ya 23 años. En el texto, los abogados enumeraron una serie de hechos que provocan en la defensa un “temor de parcialidad” de parte del juez en el que recayó la denuncia de Nisman en contra de la ex presidenta, ex funcionarios y diputados a propósito del Memorandum de Entendimiento con Irán que impulsó el gobierno kirchnerista. Nisman denunció en enero de 2015 a la ex presidenta, el ex canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque y el dirigente Luis D’Elía, entre otros, por supuesto encubrimiento del atentado. Para el entonces titular de la UFI-AMIA, el acuerdo significó una maniobra con miras a lograr la impunidad para los ciudadanos iraníes con pedido de captura internacional por el ataque a cambio de obtener intercambio comercial con Irán. La investigación fue puesta en marcha luego de que en dos instancias judiciales previas la hubieran considerado vacía de delito. El expediente había recaído en manos del juez federal Ariel Lijo, pero por decisión del titular de la Cámara Federal porteña, Martín Irurzun, terminó en el despacho de Bonadio, quien resolvió así un conflicto de competencia planteado entre ambos magistrados.
“No puede intervenir en la investigación del hecho principal ni en las de su encubrimiento”, sostuvo la defensa de CFK sobre Bonadio al pedir el apartamiento. La primera razón que esgrimieron fue la decisión que la Cámara tomó en 2005 de correr al juez de la causa que investiga el encubrimiento de la explosión tras cinco años de estar a cargo “por ser juez y a la vez imputado” en el expediente, apuntó Rúa en diálogo con este diario. “Su participación en cualquier causa que pretenda investigar encubrimiento en el atentado a la AMIA es sencillamente ridícula y contraria al más elemental sentido común: Bonadio ha sido señalado como el ‘encubridor del encubrimiento’ y es parte imputada en las actuaciones en que ello se investiga”, apuntaron en su escrito los abogados.
Luego, señalaron el segundo apartamiento que Bonadio sufrió del sendero judicial abierto detrás del atentado. “Conservó un tramo de la causa – vinculado a la falsificación de una firma en un allanamiento vinculado con la explosión de la bomba– desde el que empezó a producir prueba con el único objetivo de beneficiar al ‘Fino’ Palacios y a otros imputados en el expediente que le habían quitado de las manos”, añadió el abogado de Fernández de Kirchner. La Cámara le sacó esa línea de acceso a la causa otros cinco años después, en 2010 y, recordó Rúa, “todas las medidas que ordenó fueron declaradas nulas por el juez Lijo”, quien se hizo cargo del encubrimiento después de Bonadio.
A estos dos elementos se suma otro más: un expediente abierto a raíz de una denuncia presentada por el propio fiscal Alberto Nisman en contra de Bonadio. En 2010, Nisman, entonces a cargo de la unidad fiscal especializada en el atentado, lo acusó al juez, a Corach y a Palacios de haberlo amenazado con “sacarlo del medio” de la investigación sobre los presuntos responsables de la explosión. “Molestos con Nisman, le advierten que Bonadio ya había matado, que Palacios le había armado la escena del crimen, que ya le habían pinchado los teléfonos de Nisman y que tenían su movimientos y que estaba en marcha avanzar sobre sus hijas”, resumió Rúa, quien indicó que la causa todavía está en trámite a cargo del magistrado Sebastián Casanello y la fiscal Paloma Ochoa. Fuentes judiciales indicaron que el llamado a indagatoria de Bonadio en este expediente es inminente.
“Tenemos un juez que fue dos veces apartado de la causas vinculadas con el encubrimiento del atentado y dos veces imputado por maniobras e irregularidades para encubrir a sospechosos de desviar las líneas de investigación de los responsables del atentado; que además está acusado de amenazas por quien fue el fiscal del tema durante años. Todo eso hace que sea un juez que no da garantías de imparcialidad, que es lo que necesita todo expediente”, concluyó Rúa.