Los excombatientes de Malvinas denunciarán ante la Justicia federal casos de torturas y abusos cometidos por militares contra conscriptos durante la guerra. Las demandas están siendo preparadas por soldados de la provincia de Corrientes y de la ciudad de La Plata, quienes revelaron los vejámenes que sufrieron hace 25 años, en las islas. Entre los hechos que llevarán a los tribunales hay incluso cinco muertes, una por fusilamiento y cuatro por inanición.
Las denuncias están agrupadas en dos paquetes y apuntan contra oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas, a quienes acusan de haber cometido delitos de lesa humanidad, que no pueden ser dados por prescriptos. “Consideramos que las torturas que hubo en Malvinas, los estaqueamientos, todo ese tipo de accionar de los militares, fueron la continuidad de lo que ellos practicaban en los centros clandestinos de detención”, dijo ayer Orlando Pascua, uno de los querellantes.
Pascua es correntino. En Malvinas, vio el estaqueamiento de un soldado chaqueño de apellido Ferreyra, contó. “Lo castigaron por orden de un oficial de la Infantería de Marina, (Julio César) Binotti, por un supuesto acto de indisciplina. Lo ataron al suelo por los pies y las manos y le tiraron encima una lona, que no lo dejaba ver qué podían hacerle.” Lo tuvieron así desde la mañana hasta la media tarde, durante siete horas”. El oficial Binotti “después de la guerra siguió cumpliendo funciones en la ESMA”, donde se ganó fama de torturador inclemente.
Pascua y sus compañeros correntinos investigaron durante los últimos dos años los vejámenes cometidos en Malvinas. El Centro de Excombatientes, que está integrado sólo por exconscriptos, trabajó junto a la Subsecretaría de Derechos Humanos de Corrientes para reunir los testimonios que ahora llevarán a la Justicia. Grabaron cien declaraciones de las que seleccionaron 23 que encuadran con delitos imprescriptibles. El lunes, una vez terminada la Semana Santa, el secretario de Derechos Humanos de la provincia, Pablo Vassel, ingresará la denuncia en el Juzgado Federal de Tierra del Fuego, elegido por una cuestión simbólica, ya que es el que tiene jurisdicción sobre las islas.
El secretario de Derechos Humanos detalló que “entre los 23 testimonios figura el caso de un soldado asesinado por un superior, cuatro que murieron hambre –aunque los anotaron como caídos en combate– y quince por estaqueamiento”.
En eso consiste la primera denuncia. La segunda será presentada en los tribunales federales de La Plata a fines de abril o principios de mayo, según confirmó a Página/12 Ernesto Alonso, de los excombatientes de esa ciudad. La semana pasada, Alonso, sus compañeros de La Plata y una delegación de Corrientes se entrevistaron con la ministra de Defensa, Nilda Garré. Le dejaron una copia de las pruebas reunidas y le pidieron que el Estado los ayude en la investigación. Por ejemplo, “creando una comisión como la Conadep y levantando el secreto militar”, señaló el excombatiente.
¿A qué apunta el pedido de levantar el secreto militar? Alonso responde: “Al volver de Puerto Madryn, a los conscriptos del Ejército nos llevaron a Campo de Mayo. Nos daban de comer ocho veces por día, teníamos baños y ropa limpia: querían que mejoráramos nuestro aspecto. En esos días me interrogó personal de inteligencia militar, a mí y a todos los demás, con un listado de preguntas sobre lo que había pasado en las islas. Cuando terminó el cuestionario me advirtieron que no tenía que hablar, que era secreto militar y que contar lo que había pasado me podía causar inconvenientes. Esas fichas todavía existen y queremos conocerlas, porque esos hechos nunca fueron investigados”.
Alonso trabajó en la investigación de la película Iluminados por el fuego, que sirvió como punto de partida de estas investigaciones. “Iluminados... fue un canal para mostrar qué habíamos vivido allá, esa situación de estar entre dos frentes, de tener que soportar a los militares y a los enemigos-enemigos, los ingleses”.
Entre los represores que llevaron sus prácticas a las Malvinas, Alonso mencionó a Antonio Pernías, Alfredo Astiz, Mario Benjamín Menéndez, Horacio Losito y el ya nombrado Binotti.
Alonso hace un parangón entre la investigación de Malvinas y los Juicios por la Verdad. “Desde que volvimos de Malvinas estamos pidiendo que se forme una comisión investigadora, y también que nos den garantías para poder declarar. Lo que hay que romper es el silencio de muchos compañeros, que se vayan animando a hablar.”
Hasta ahora, sólo hubo una comisión militar en 1983, encabezada por el general Benjamín Rattembach, que juzgó la actuación de cada una de las fuerzas durante los 74 días en que se extendió la guerra de Malvinas y que previsiblemente no incluyó estos temas.
Uno de los problemas es que muchos de los militares a quienes deberán denunciar siguen teniendo poder. “Hay un testigo que contó que el subteniente Taranto lo sometió a un submarino, metiéndole la cabeza en el agua helada de Malvinas. Resulta ser que este suboficial retirado hoy tiene un programa en Radio 10. Y otros, como Mario Benjamín Menéndez, que no podía desconocer lo que pasaba, siguen cobrando una pensión por sus servicios.”
* Publicada el 3 de abril de 2007.