El tiroteo masivo que acabó el martes en un colegio de primaria de Uvalde, Texas, con la vida de 19 estudiantes y dos profesores, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el control de armas en Estados Unidos. Para muchos, sobre todo del lado demócrata, es (otra vez) la gota que ha colmado el vaso.
A pesar de todo, según un recuento realizado por la CNN, antes de Uvalde ya se habían producido 39 tiroteos en colegios, institutos y universidades, con el resultado de, al menos, diez muertos y 51 heridos. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), 45.222 norteamericanos murieron por lesiones relacionadas con las armas de fuego en 2020, el último año del que se dispone de datos completos.
Pero, ¿por qué es tan complejo en Estados Unidos una legislación sobre el control de armas?
Los motivos principales son tres: por un lado, la magnitud de la realidad de las armas en el país, donde hay una media de 120 armas por cada 100 personas y más del 80% de la población tiene una; en segundo lugar, la propia Constitución estadounidense; por último, la falta de voluntad política, sobre todo por parte del Partido Republicano.
Recientemente ha habido al menos dos iniciativas legales importantes sobre el control de armas, ambas aprobadas en primera instancia por la Cámara de los Representantes, pero cuando estos proyectos de ley llegaron al Senado, los republicanos los tumbaron. Tras lo acontecido el martes en Uvalde, los demócratas en la Cámara alta pugnarán de nuevo por relanzar y someter a voto alguna de estas propuestas.
El único margen es regular el "derecho del pueblo a poseer y portar armas"
Para empezar, la cuestión de base está en la propia Constitución americana. Su segunda enmienda, aprobada en 1791, dice explícitamente: "Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas". El recurso a emplearlas, por lo tanto, no se aprobó para que uno se defienda de quien atraca su hogar: se aprobó para que el pueblo pueda formar "una milicia bien ordenada" para defenderse de los gobernantes o las élites, en el supuesto de que éstas lleven al país a la tiranía. Alterar esa segunda enmienda implicaría socavar ese derecho del pueblo, derecho que está ampliamente aceptado en Estados Unidos. Por lo tanto, el único margen que hay es regular ese derecho y jugar entre los márgenes que deja esta enmienda.
Una de las zonas del país donde el derecho a portar armas está más restringido es el territorio donde se halla Washington, el Distrito de Columbia (un distrito federal, que no es un estado). La legislación local vigente permite tener armas, pero establece un registro obligatorio supervisado por la policía, el portador no puede tener antecedentes penales y prohíbe portarlas fuera de la vivienda o del negocio particular. A pesar de esto, la norma está recurrida ante el Tribunal Supremo por socavar el derecho constitucional y durante el año pasado, según los datos oficiales de la policía, hasta 226 personas fueron asesinadas por armas de fuego (en una ciudad de 700.000 habitantes) y en lo que llevamos de año ya han fallecido 77. Sencillamente, es muy fácil comprar un arma ilegalmente o legalmente en los estados vecinos de Virginia o Maryland.
Iniciativas legales en el Congreso
En cuanto a las iniciativas legales para el control de armas, las dos propuestas de ley más destacadas están atascadas en el Senado, tras haber sido aprobadas en la Cámara de los Representantes. Para sacar adelante una ley de este calibre en la Cámara alta, se necesita afrontar la llamada norma del filibustero: es decir, tener una amplia mayoría de 60 votos a favor de los 100 escaños que hay en esa Cámara del Congreso.
Los demócratas llevarán a voto propuestas para ver si tras el caso de Uvalde logran convencer a republicanos
El sentido de esta norma es garantizar que la ley que se apruebe tenga casi obligadamente cierto apoyo del partido en la oposición, salvo que alguno de los dos partidos tenga por sí mismo 60 escaños o más, cosa altamente improbable. En estos momentos, hay un empate a 50 entre demócratas y republicanos, por lo que los primeros necesitarían diez votos de los segundos para sacar adelante una ley federal de control de armas. Con todo, el Partido Demócrata ha señalado ya que va a intentar llevar a voto alguna de las propuestas atascadas para ver si tras el caso de Uvalde logran convencer a esos diez senadores republicanos de dar un paso adelante.
El primero de los proyectos bloqueados se trata de la Ley Bipartidista de Verificación de Antecedentes de 2021. Fue impulsada en la Cámara de los Representantes por el congresista demócrata por California Mike Thompson. La norma ampliaría la verificación de antecedentes para todas las ventas o transferencias de armas de fuego en el país. En la actualidad, la ley federal no exige la comprobación de antecedentes para las ventas y transferencias de armas realizadas por vendedores privados y sin licencia (otra cosa es que algún estado pueda requerirlo en su legislación particular).
En su voto en la Cámara de Representantes el año pasado la ley salió adelante por 227 a 203, con ocho republicanos a favor y sólo un demócrata votó en contra. Sin embargo, los republicanos la tumbaron luego en el Senado debido a la regla del filibusterismo: la votación fue 54 votos a favor y 46 en contra, con cuatro republicanos que se unieron a la mayoría de los demócratas en apoyo.
En la Cámara alta es el polémico senador demócrata Joe Manchin (polémico por vetar los planes climáticos de Joe Biden) su principal promotor. Manchin, en declaraciones recogidas por el medio de Washington The Hill, lamentó se lamentó tras el tiroteo de Uvalde: "Si no podemos aprobar esta ley, ¿cómo va uno a conseguir los votos suficientes para cualquier cosa (en este país)?".
El tiroteo de Uvalde "es absolutamente horrible. Todo el mundo sabe cuál es mi posición y haré todo lo que pueda [por sacarla adelante", dijo Manchin, pero descartó tumbar la regla del filibustero en este caso: "El filibustero es lo único que nos salva de la locura total". El filibustero logró, de hecho, que durante el gobierno de Donald Trump, el presidente sólo lograra aprobar una ley federal en cuatro años.
Segundo proyecto: la "laguna de Charleston"
El segundo proyecto de ley que podría relanzarse a consecuencia del tiroteo de Uvalde fue aprobado también por la Cámara de Representantes, en este caso a propuesta del congresista demócrata por Carolina del Sur Jim Clyburn.
Según informa la CNN, esta norma cerraría lo que se conoce como la laguna de Charleston, que permite que algunas ventas de armas con licencia se realicen antes de que se lleve a cabo la comprobación de antecedentes requerida. Aprovechando esa laguna, un hombre blanco pudo comprar legalmente un arma de fuego para matar a nueve personas en una iglesia históricamente negra de Charleston, Carolina del Sur, en 2015.
Los republicanos han llegado a proponer como solución que los profesores estén armados en los colegios
Los demócratas del Senado anunciaron la noche del martes su intención de mover ficha para llevar a voto este proyecto de ley, nombrado Ley de Mejora de los Controles de Antecedentes de 2021. Necesitarán convencer a diez senadores republicanos para que pueda salir adelante y hasta ahora, por los pronunciamos que han hecho, no salen las cuentas.
El senador por Texas, Ted Cruz, uno de los nombres fuertes del partido en esa Cámara, señaló el martes que "los demócratas y mucha gente en los medios de comunicación tienen como solución inmediata intentar restringir los derechos constitucionales de los ciudadanos que cumplen la ley".
Desde el lado republicano se ha llegado a proponer como solución a casos como el de Uvalde que los profesores estén armados en los colegios. Así lo afirmó el martes el fiscal general de Texas, Ken Paxton, en una entrevista al medio Newsmax: "No podemos evitar que la gente mala haga cosas malas. Podemos armar y preparar y formar a los profesores y otros administradores para que respondan rápidamente. Esa es, en mi opinión, la mejor respuesta".
Otro elemento final sería la influencia de los lobbies de las armas. A ellos se dirigió Joe Biden en su discurso a la nación tras la matanza de Uvalde: "Como nación, tenemos que preguntarnos: ¿Cuándo, en nombre de Dios, vamos a enfrentarnos al lobby de las armas? ¿Cuándo, en nombre de Dios, vamos a hacer lo que todos sabemos en nuestras entrañas que hay que hacer?"