La imagen de Alfonsina Storni que más ha perdurado en la memoria colectiva es la de poetisa melancólica que le cantó al amor, la que en sus últimos versos entrelazó los temas del mar y la muerte y la que un día convirtió en acto uno de sus poemas y se suicidó arrojándose desde el espigón de la playa La Perla en Mar del Plata. Es una imagen conveniente para el paradigma patriarcal porque convierte a Alfonsina en el prototipo de la loca romántica. De esa forma se invisibilizan y sumergen otros sueños en los cuáles se cifró su existencia. Por ello, uno de los méritos de la obra de teatro de Darío Cortés -autor y director de otras obras de teatro queer como "Desmesura" y "La estrategia del escarabajo"- es recuperar a la artista que podía escribir idealizadas metáforas sobre el amor pero a la vez denunciar el paradigma de la dominación masculina y a la militante que luchaba por los derechos civiles, sociales y políticos de las mujeres. En efecto, en el unipersonal "Alfonsina" -declarado de interés cultural por la Legislatura Porteña (2016) y cuyo texto fue editado por el Ministerio de Educación (2013) para repartirse a docentes de todo el país en el marco del Programa Nacional de Educación Sexual Integral- la fémina vuelve de la muerte más radical que nunca.
¿Qué aspectos queer Alfonsina rescatás en tu obra?
Darío Cortés: Desde niña, Alfonsina fue un sapo de otro pozo. A los cuatro años se autodescribe redonda, chatita y fea. Desde su adolescencia besa a los varones sin esperar a que la besen y prontamente abraza el anarquismo. A los veinte años y embarazada emigra desde San Juan y Rosario hacia una Buenos Aires hostil que la discrimina. Pero ella se reivindica como madre soltera en poesías como “La loba”, adopta un rol masculino para la época (“El sustento me lo gano y es mío/ Porque tengo una mano que sabe trabajar/… y tengo en la mano pronto un puñal”) y se abre paso en un mundo de hombres como es la literatura. Siempre fue una marginal, una “rara” en todo sentido que convirtió el insulto social en orgullo.
¿Por qué creés que se convirtió en símbolo de las mujeres y de las diversidades sexuales?
D. C.: Entre otras cuestiones, porque inéditamente es la mujer que introduce en la literatura argentina el deseo femenino. En el barco donde viaja a Europa describe muchos jóvenes sensuales de la edad de su hijo y entre ellos “el hombre más hermoso del mundo, semidesnudo” con hombros potentes como el acero. También porque fue amiga de Gabriela Mistral, icono lésbico. Siguiendo los documentos de la época, en mi obra las hago reunirse en el Tortoni. Asimismo, la figura de Alfonsina, tiene algo de andrógina y fue retomada por la comunidad LBTBIQ+. Poesías como “Tú me quieres blanca” o “Oveja descarriada” denuncian al patriarcado y los privilegios de los varones y vindican la rebeldía social y tienen un tono que se presta a la apropiación trans, drag y travesti, incluso a la parodia, pero sin perder su costado subversivo. Por eso, muchos años después de su muerte, artistas icónicos como Batato Barea, Urdapilleta travestido y Tortonese la rescatan en el under “Alfonsina y el mal (con L de loca y L de luz)".
¿Qué temas introducís en esta nueva versión?
D. C.: Pasaron diez años del estreno de la obra en que se sucedieron avances normativos que Alfonsina hubiera aplaudido: la ley de identidad de género o la IVE. Agiornado, el unipersonal retoma el espíritu de estos tiempos de intensas luchas de las mujeres de las cuales Alfonsina fue pionera. No solo denunció la inequidad laboral sino que en muchos poemas alertó sobre las señales de las violencias de género que pueden terminar en feminicidios y en revistas femeninas ridiculizó a los machirulos. Esta nueva versión profundiza sobre esos tópicos a partir del texto, la música y recursos audiovisuales.
"Alfonsina" escrita y dirigida por Darío Cortés. Unipersonal con Marilina de la Iglesia. Estreno 29 de mayo 16 horas. Tadrón Teatro. Niceto Vega 4802. 5 únicas funciones.