La idea monetarista monetaristas de que la emisión genera inflación fue invertida por el pensamiento estructuralista latinoamericano luego de analizar casos de inflación persistentes como el de Argentina. De acuerdo a la teoría del dinero pasivo o endógeno de dicha escuela de pensamiento, en economías donde las subas de precios tienen causas no monetarias, es la inflación la que induce una mayor emisión monetaria. En las economías de mercado, las operaciones de compraventa requieren dinero para realizarse por lo que, si los precios de las cosas aumentan por causa de la inflación, entonces la cantidad de dinero deberá aumentar para que las operaciones económicas puedan seguirse realizándose al nivel más elevado que van adquiriendo los precios.

En un nota artículo anterior, publicado el domingo pasado, se explicó cómo la inflación podía generar una mayor emisión de moneda al incrementar el valor nominal del déficit público financiado por el Banco Central. Ahora se precisará cómo la suba de los precios puede estimular una mayor emisión en economías donde la expansión monetaria se da por el canal externo. Para ello, vale mencionar que un superávit externo debido a, por ejemplo, un saldo comercial favorable puede inducir una monetización de la economía nacional. Ello se produce cuando el Banco Central, al acumular en forma de reservas el superávit externo de la economía, emite pesos para adquirir dichas divisas.

Así, cuando un exportador quiere cambiar sus dólares por pesos para pagar los costos internos de producción vende sus divisas en el mercado abierto de cambios. Por el contrario, si un importador requiere dólares para realizar una compra en el exterior procederá a comprar dólares en dicho mercado. Lo mismo hacen quienes tienen que pagar deudas al exterior o girar utilidades. Si al netear todas las operaciones del mercado de cambio hay un superávit, el Banco Central puede decidir intervenir comprando ese saldo de divisas para acumular reservas y evitar que baje la cotización del tipo de cambio oficial. Para ello emitirá pesos que utilizará en el mercado de cambios para comprar dólares y, de esa forma, inyectará dinero en la economía.

Se supone que a lo largo del año pasado el Banco Central compró unos 5000 millones de dólares netos en el mercado de cambio. Como el tipo de cambio oficial promedio al que operó fue de 100 pesos por dólar, para comprar esas divisas debió emitir unos 500.000 millones de pesos que monetizaron la economía a través de ese canal externo.

Ahora bien, ese superávit externo se mantiene al año siguiente y el Banco Central nuevamente lo acumula como reservas, pero el precio promedio del dólar subió a 150 pesos, dado que se ajustó el tipo de cambio oficial 50 por ciento para no quedar demasiado atrasado frente a una inflación de 55 por ciento que tiene causas no monetarias. En ese caso, la autoridad monetaria habrá inyectado 250.000 millones de pesos extra para acumular las mismas reservas que el año pasado. Se observa, entonces, cómo por la vía del canal externo la inflación también genera una mayor emisión monetaria.

@AndresAsiain