El Consejo de la Magistratura se reunió por primera vez con su composición de veinte miembros y la presidencia a cargo del titular de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, quien tuvo así su debut en la doble función para la que se autovotó. En el marco de las tensiones entre el Gobierno y el máximo tribunal, el cuerpo buscó consensuar una agenda de prioridades y una dinámica de funcionamiento. La primera definición fue fijar el próximo jueves 2 de junio para el primer plenario ordinario. No se trató el núcleo de la disputa entre oficialismo y oposición: los concursos para designar jueces en Comodoro Py.
El encuentro fue cerrado, ni siquiera los asesores de los consejeros pudieron estar en el primer piso de
la sede de Libertad al 700. Hubo hermetismo de parte de los participantes y el organismo se limitó a informar que el clima de la reunión, que se extendió más de dos horas y media, fue de “cordialidad” entre los viejos y los nuevos consejeros.
En la cabecera de la mesa se sentó Rosatti y frente a él se ubicaron Gerónimo Ustarroz (consejero por el Poder Ejecutivo); los jueces Alberto Lugones, Ricardo Recondo, Agustina Díaz Cordero y Juan Manuel Culotta; los senadores Martín Doñate, Mariano Recalde, María Pilatti de Vergara y Silvia Giacoppo; los diputados Graciela Camaño, Vanesa Siley, Pablo Tonelli y Roxana Reyes; los abogados Diego Marías, Carlos Matterson, Jimena de la Torre y Fernanda Vázquez; y los académicos Diego Molea y Pamela Tolosa.
Se trató de una primera reunión de labor o coordinación. Rosatti inició el encuentro agradeciendo a los trece consejeros que vienen de la composición anterior y en especial a los dos últimos presidentes del cuerpo, el académico Molea y Lugones, por haber encabezado el proceso de reestructuración del organismo (forzado por un fallo de la propia Corte).
Una de las cuestiones que se analizaron fue la “fisonomía de las comisiones”, es decir, la vigencia de los mandatos de los presidentes y la composición que debe tener cada una. Con la nueva integración, se deberá volver a elegir a los miembros y autoridades de las comisiones de “Selección de magistrados y Escuela judicial”; “Disciplina”; “Acusación” y “De Administración y Financiera”.
Rosatti y los diecinueve consejeros evaluaron también fechas para las pruebas de oposición en los concursos para cubrir vacantes en el Tribunal Oral Federal de Jujuy y para designar titular para el Juzgado Federal de Tartagal, Salta. Al finalizar el encuentro, el Consejo emitió un comunicado en el que reafirmó el “compromiso de continuar trabajando en agendas vinculadas a la transparencia y la perspectiva de género en materia judicial”.
La "cordialidad" se debió sobre todo a que no se abordó la cuestión que divide a oficialismo y oposición en el Consejo, es decir, la selección de magistrados para los tribunales federales de Comodoro Py. La Cámara Federal es el caso más serio, el que pondrá a prueba el criterio de Rosatti, pero también hay tres juzgados vacantes y seis cargos en tribunales orales de Retiro. Las ternas de candidatos están listas pero deben ser votadas por el pleno para ser elevadas al Poder Ejecutivo. Juntos por el Cambio rechaza aprobar a los candidatos elegidos con el argumento de que Comodoro Py “no se toca”, la confirmación de la afinidad opositora con la corporación judicial. En línea con lo que ya votó la propia Corte, Rosatti debería impulsar la elevación de las ternas. Con su voto y el de los consejeros jueces, se podría avanzar en normalizar la Cámara Federal.