Lo que en la Argentina el juez Claudio Bonadio ordenó destruir, Finlandia lo exporta a los Estados Unidos. Hospitales de varios estados de ese país comenzaron a entregar cunas de cartón y neceseres para familias de bajos recursos, similar al Plan Qunita que había lanzado el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y que fue desechada por la administración de Mauricio Macri.
Según el diario Washington Post, que se hizo eco del tema, la “Baby Box” es otorgada a madres y familias que recibieron una atención prenatal y la solicitaron vía web. Es un producto que la empresa Baby Box Co vende a organizaciones sin fines de lucro y los estados interesados en distribuirlas. Su valor oscila entre los 70 y 225 dólares, lo que en la Argentina equivaldría a 1120 y 3600 pesos.
Lo que hicieron las empresas y organizaciones norteamericanas fue tomar una iniciativa que en Finlandia se había lanzado en 1938 y con la cual, según datos del gobierno de Helsinski, bajó la tasa de mortalidad infantil. En ese año, la tasa era de 65 por cada mil niños, mientras que en 2016 cerró con 2,5 muertes cada mil bebés.
La tasa en Estados Unidos es de 5,8 y pretende ser disminuida con la entrega de cunas y un programa de atención integral que el plan lleva consigo. Nueva Jersey fue el primer estado en financiarlo y entregarlo. Luego hubo convenios con hospitales y agencias gubernamentales de Ohio, Texas, Virginia y Alabama, donde la entrega es gratuita.
La iniciativa norteamericana ofrece una cuna de cartón, pañales, un mini botiquín, un termómetro y paños sanitarios para las madres. El plan puesto en marcha por el gobierno anterior otorgaba algo más: una cuna no de cartón sino de madera, sábanas, un acolchado, un toallón, al menos tres mudas de ropa para el bebé, un neceser, juguetes, un libro de cuentos, un bolso cambiador y pantuflas y ropa para la madre. A esto hay que sumarle el seguimiento sanitario anterior y posterior al parto.
El Programa de Acompañamiento de la Madre y del Recién Nacido “Qunita” había sido lanzado por CFK en julio de 2015, en Tecnópolis. Poco más de medio año después, una vez asumido el gobierno de Cambiemos, Bonadio dispuso la suspensión del reparto de ese beneficio en las maternidades y meses más tarde ordenó al Ministerio de Salud la destrucción de los 60 mil moisés y sacos de dormir que había en stock.
El argumento de Bonadio fue la existencia de supuestos sobreprecios y direccionamientos en la licitación, y procesó por ello al ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández y a otros 23 ex funcionarios y empresarios. Luego, los fundamentos para mandar a destruirlas fueron que las bolsas de dormir “resultan riesgosas para la salud” de los bebés” y que la “custodia y almacenamiento (de las cunitas) generan importantes costos a la administración pública nacional”.
Con argumentos menos sólidos, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, ya había dejado de entregar el kit un mes antes de la orden de Bonadio. La decisión de la mandataria y del juez fue repudiada por un amplio sector del arco político y también por asociaciones de neonatólogos y pediatras, que destacaron su efectividad. Las quejas llegaron hasta los oídos del papa Francisco. Ante esa reacción, Bonadio dio marcha atrás en su decisión y dejó las cunas en custodia de la cartera que conduce Jorge Lemus. Pero siguen sin entregarse.