El principal lobby proarmas de Estados Unidos, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), celebra su convención anual en Houston, en medio de una polémica por el momento en que se produce el encuentro, lo que llevó a políticos y estrellas de la música country a cancelar su asistencia. El que sí asistió fue Donald Trump. Criticó a Joe Biden por su postura en contra de la portación de armas y propuso como solución a la locura de las masacres en las escuelas... armar a los docentes.
Tras recordar “la horrible masacre de Uvalde”, y leer todos los nombres de las víctimas, el expresidente relanzó la propuesta de defender a los docentes dándoles armas. “Queremos salvar las vidas de nuestros niños, las escuelas no deberían ser un blanco fácil para golpear”, dijo. “No hay nada más peligroso que una zona libre de armas”. La NRA, por su parte, afirmó que la convención era una oportunidad para “reflexionar” sobre lo ocurrido en Uvalde, apartándose de toda responsabilidad.
También estuvo presente el senador republicano por Texas Ted Cruz. El gobernador Gregg Abbott, también republicano, optó en cambio por dar una conferencia de prensa en Uvalde. Abbott, gran defensor del derecho a la tenencia de armas y candidato a la reelección este año, eligió hablar a través de un video pregrabado.
Miles de entusiastas de las armas se paseaban por el amplio centro de convenciones de Houston, repleto de stands de fabricantes que exhiben rifles semiautomáticos y equipos de caza. “Tengo armas de fuego en todas las habitaciones de mi casa”, dijo riéndose un hombre de 60 años, cuando se le preguntó si el rifle que consideraba comprar sería el primero.
Varias estrellas de la música country decidieron no acudir. Entre ellos, Don McLean, conocido por su canción “American Pie”, que consideró “irrespetuoso” actuar allí. El artista Lee Greenwood, cuyo éxito patriótico “God Bless the USA” acompaña los mitines de Donald Trump, también prefirió cancelar su presentación.
Otra ausencia notable es la firma Daniel Defense, fabricante del fusil semiautomático AR-15 utilizado por el autor de la masacre en Uvalde.
La NRA, que cuenta con cinco millones de miembros, dijo que para garantizar la seguridad de Trump –a quien la organización donó decenas de millones de dólares para sus dos campañas presidenciales– se prohibieron las armas de fuego en la sala. Fuera del edificio, los manifestantes se reunían con carteles que pedían la prohibición de los rifles de asalto o exigían “dejar de matar niños”.
La masacre, calificada de “nueva Sandy Hook” por la prensa estadounidense, en referencia a la matanza ocurrida en una escuela primaria de Connecticut en 2012, reabrió las heridas de otras tragedias escolares en Estados Unidos. Los rostros de los niños víctimas del ataque, retransmitidos por televisión, y los testimonios de sus angustiados familiares conmovieron al país, reavivando una oleada de reclamos para cambiar la regulación de la tenencia de armas.