Carlos Melconian, extitular del Banco Nación, se sinceró ante el auditorio del Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) y les advirtió: "Ojo porque se puede ir todo a la mierda". Ante el pronóstico, la receta del asesor económico del PRO fue pedir más ajuste ante "el gasto público es muy elevado, sobre todo en materia previsional, de subsidios y recursos para las provincias". "La realidad va a imponer una mayor consistencia macroeconómica, porque aumentamos el gasto público y tenemos más pobres", evaluó.
El economista, que declaró su fidelidad al macrismo, sostuvo que "la cuestión fiscal es una de las patas que le faltan al modelo económico" y se quejó del "hipergradualismo fiscal hormiga", por lo que pidió que alguien ponga "el culo en la silla para lograr el equilibrio macroeconómico".
Tras su salida del Banco Nación, cruzada por diferencias con el gabinete Económico, Melconian apuntó que debería haber "dos coordinadores: uno en Economía y otro en el Banco Central" y aseguró que "va a ser ineludible una integralidad económica que le otorgue consistencia al programa".
En su cruzada liberal, Melconian insistió en que "se pueden traer 32 mil millones de dólares este año y se pueden traer 32 mil millones el año que viene", pero a la hora de marcar responsabilidades por la sequía de capitales extranjeros en la gestión de Cambiemos argumentó que "en el exterior tienen temor a que retorne el populismo".
En ese tono, el economista reconoció que el diagnóstico que se hizo desde Cambiemos de la situación del país durante la campaña presidencial estaba "parcialmente acertado" y luego lanzó un pronóstico de "riesgo de una recaída económica" en caso de que el oficialismo pierda en las elecciones de medio término.
Frente a los ejecutivos financieros presentes en el Congreso del IAEF, el extitular del Banco Nación confió en que "las elecciones legislativas van a ser un punto de inflexión" para avanzar en una reforma fiscal luego de octubre. En el escenario postelectoral, Melconian también aseguró que "seis puntos de déficit, más dólares de afuera es atraso cambiario", vaticinando una posible devaluación.