Politiquería, repartir mugre, ensuciar, embarrar. Los términos que el intendente Pablo Javkin utilizó en el acto del 25 de Mayo para describir la situación que vive la ciudad que gobierna respecto de la mafia y las organizaciones criminales fueron comprendidas y aceptadas por todos. El problema es cuando la tentación lleva a que parte de esa jerga se extiende para explicar algunos problemas en la gestión que no tienen que ver con el delito complejo. Eso fue lo que más o menos sucedió en la explicación por las denuncias de la secretaria de Control y Convivencia municipal Carolina Labayru ante concejales que determinó un escrache con fotos y todo de la funcionaria en la dirección de Tránsito sobre la que había deslizado sospechas.
Los propios concejales de la oposición rechazaron el escrache y además se solidarizaron con la funcionaria por su condición de mujer, pero no dejaron de insistir en que ante varios ediles Labayru habló de que se desbarataron “nichos de corrupción”, precisamente en Tránsito, donde fue repudiada públicamente. Los ediles opositores plantearon entonces que debió haber hecho la denuncia correspondiente tal cual era su obligación como funcionaria. Desde el Ejecutivo municipal se insiste en que la titular de Control nunca dijo eso y ahí vino el agregado de la “mugre y la politiquería”.
Los concejales del peronismo Lisandro Cavatorta y Norma López aseguran en realidad que “este intendente no tolera las críticas” y reivindican que como opositores están para eso precisamente, para observar los problemas, errores y desaguisados en la gestión. También para ser convocados y contribuir en los momentos delicados.
El tema deriva de larga data y quizás es real que el municipio haya tocado algunos intereses que en su momento no quiso dar a publicidad. Pero también es cierto que desde que comenzó la gestión no es la primera vez que se apunta al personal municipal para explicar algunas cosas incómodas. Aún resuenan las palabras del secretario de Obras Públicas José Luis Conde cuando dijo que los municipales “trabajan sólo tres de las seis horas” asignadas y que por eso se demoraban algunas obras públicas. Por supuesto, el gremio de los municipales tardó nada en salir a desmentir con vehemencia tales afirmaciones. Porque además creen que este tipo de observaciones contribuye a esa imagen extendida de que los empleados estatales son “vagos”. Y la verdad es que hay muchas áreas donde la dedicación y el esfuerzo es absolutamente comprobable.
Distinta fue la actitud del Ejecutivo local en uno de los temas más delicados que tuvo que afrontar en estos meses: el hallazgo de cajas del plan municipal Cuidar en el allanamiento a la casa de Ariel “el Viejo” Cantero. Tras la discusión generada en el Concejo por el tema, la municipalidad se constituyó en querellante de la causa e inició sumarios internos para aclarar la situación. Aunque en esa ocasión también señaló la distribución de “mugre y politiquería” en un momento delicado.
Hay otra trama que viene de más lejos y que se relaciona con el intrincado sistema de alianzas que funciona en el Concejo Municipal, que sostiene amplios acuerdos con el Ejecutivo pero deja a la intemperie -entre otros- a un sector del peronismo que reclama que se ponga fin a tal destrato político.
Otros ámbitos, otros frentes
La convocatoria de este jueves de la corriente interna del socialismo Bases, terminó siendo multitudinaria y como se dijo en ese acto “una asamblea de la militancia” en un momento donde hay pocos cara a cara para dirimir cuestiones políticas y la rosca chica termina por anular a las mayorías.
Más allá de los nombres, el encuentro terminó juntando al socialismo, un sector de la UCR, otro del peronismo, Ciudad Futura, el Frente Social y Popular, Igualdad y el partido SI. Como dijo la secretaria de Derechos Humanos de la municipalidad, Alicia Gutiérrez hace años que “los que estamos acá hemos transitado los mismos caminos, los mismos frentes, las mismas luchas”. Para luego agregar que “no vamos a ser nunca furgón de cola de una propuesta de derecha”, en alusión al frente de frentes que se arma en Santa Fe de cara al año próximo.
El diputado Carlos Del Frade pidió construir desde Rosario y la provincia, un espacio nuevo que tenga voluntad de gobernar para transformar. Y el referente de Bases, el ex diputado Eduardo Di Pollina, insistió en que el socialismo no puede estar nunca “con la derecha conservadora y las minorías que avanzan sobre los derechos de la gente”.
Desarticulado el Frente Progresista tal como se lo conocía, muchos creen en la necesidad de abrir un sector para la agenda progresista que no acompañará si el socialismo se integra a una coalición con radicales y el PRO. Como dijo la ex concejala socialista Lorena Carbajal en el acto en la Asociación de Empleados de Comercio “es mentira que no hay electorado (para estos sectores) y que todo ha virado hacia la derecha”.
También en su intervención en el mismo ámbito el filósofo peronista Juan Giani marcó que “este es un acto simbólico”, pero hubo una reunión previa de los dirigentes en las oficinas del sindicato de mercantiles donde no sólo se habló de lo que se iba a decir ante el público. Saber si fueron bases para una construcción política más amplia o una franja hacia la que el peronismo puede ensancharse electoralmente, dependerá de la voluntad de los actores y del rechazo que les genere observar impávidamente cómo la centroderecha y la derecha lisa y llana ocupan cada vez más espacio en la oferta electoral.