Luego de su paso por pantallas de relieve como las del Festival de Cine de Mar del Plata y el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, Camila saldrá esta noche, de la cordobesa Inés Barrionuevo (Atlántida, Julia y el zorro, Las Motitos), conoce su estreno formal en las salas del país, y entre ellas en Rosario. Según la directora, en diálogo con Rosario/12: “Estrenar en festivales no es lo mismo que el estreno comercial, primero porque es tu país y tu lugar, pero todavía tengo que estrenar en Córdoba, con toda la familia y todo lo que eso implica. Seguramente haya más nervios. No es la primera película que estreno, pero siempre es algo nuevo, que hay que hacer otra vez”.
Como refiere Barrionuevo, Camila saldrá esta noche tuvo su première mundial en octubre, en la Competencia Oficial de San Sebastián, “y más allá de lo que significa estar en lugares así, tener una pantalla para la película permite movimiento. Se pudo vender, se va a estrenar en España y en Francia, y a partir de allí nos invitaron también a otros festivales”. Interpretada por Nina Dziembrowski, Camila saldrá esta noche pone su atención en una adolescente díscola, a punto de terminar el secundario, obligada a vivir en Buenos Aires a raíz de la enfermedad de su abuela. Camila, junto con su hermana y la madre, conviven ahora en la casa de la abuela, en un lugar de temporalidad quieta, que su madre teme alterar. Mientras, debe sobrevivir al nuevo colegio, ahora privado y religioso.
-Destaco la personalidad tan segura de Camila, quien parece esperar su oportunidad para salir al choque y confrontar.
-Ella viene de una educación pública y se mete en un colegio privado y religioso; siendo además un “bicho político”, como se dice en la película. Más allá de su impronta feminista, se trata de alguien que está muy plantada, que seguramente vaya a seguir un camino por ese lado; lo digo también pensando en jóvenes que he visto y escuchado, durante las tomas de los colegios, por ejemplo. Pienso un poco en estos chicos, chicas, chiques, que han crecido en un contexto que abona en la cuestión ideológica, en la cuestión política; muy diferente de lo que me pasó a mí, durante los ‘90.
-Justamente, situás la película en una adolescente politizada, y eso es algo a celebrar.
-Hay gente que me lo ha criticado (risas). Yo lo celebro, por supuesto. Fui parte de una generación en donde esto estuvo diezmado, opacado, pasteurizado, algo propio de los ’90. ¡Hubiese querido tanto ser adolescente en esta época! Lo digo en relación a derechos queer, LGBTI, la ESI. Son un montón de cosas que también se pueden dar porque hubo luchas políticas de décadas así como gente que la pasó muy mal.
-Me interesa cómo está trazado el vínculo entre las tres mujeres que son Camila, la madre y la abuela (siempre fuera de cuadro).
-Había algo que me interesaba mostrar de ese vínculo, y que justamente no se tratara de una madre que reta. Me pregunté qué pasaría si esta madre fuese más comprensiva con Camila, con sus decisiones de levantar la voz en el colegio y sus vínculos. Pero aun así, al construir la historia con Andrés (Aloi), veíamos que no dejaba de ser una madre con una hija adolescente. También había un conflicto familiar anterior, sobre ser madre y ser hija; y por otro lado está la abuela, que es el hueco generacional, el “generation gap” como dicen los ingleses. Entre ellas son alrededor de 80 años, y si bien son muchos años en la vida de una persona no es así en relación a las décadas que vivieron estas tres mujeres, cuando empezás a pensar en las diferencias generacionales entre las décadas. En el caso de Nina (Dziembrowski), ella tenía exactamente la edad de su personaje cuando comenzamos a rodar, 17 años, y vivió con naturalidad lo que sucedió desde el feminismo en estos últimos años.
-Qué extraordinario lo que el cine permite, porque así como ella vive la película desde un personaje que le es afín, a vos la experiencia te debe haber transformado también.
-Fue bastante particular, porque Nina tiene una gran personalidad y eso me parece que es algo que se traspasa a la cámara. Cuando la convoqué al casting, me pasó algo que en general me sucedió con todas las chicas y los chicos, había cierta cosa de ver qué era esta película, qué íbamos a hacer. Cuando le dije que había sido elegida, me pidió hablar conmigo. Nos sentamos en la cocina del lugar donde hacíamos el casting y me dijo: “Inés, yo no quiero hacer un panfleto del feminismo; si éste es el lugar donde me vas a poner, no quiero”. Ella todavía no había leído el guión final, sino escenas sueltas. Y fue muy duro. Tuvimos una conversación muy larga, durante una hora. Fue increíble y estuvo buenísimo, porque yo quería saber qué era lo que ella pensaba acerca de esa palabra que utilizaba, acerca de ese término, qué significaba para ella con sus 17 años. Había también una cuestión de confianza. Ella quería confiar en lo que yo iba a hacer y que no lo fuera a tomar a la ligera, desde un oportunismo. Hablamos mucho y fue increíble. En general, así fue con todos los chicos y las chicas que participaron.
Junto a Nina Dziembrowski, la película cuenta con las participaciones de Maite Valero, Adriana Ferrer, Carolina Rojas, Guillermo Pfening, Diego Sánchez, Federico Sack y Laura Daniela Visconti.