El Papa Francisco advirtió este lunes que “la pobreza material, educativa y espiritual” son el principal motor para engendrar “conflictos y extremismos peligrosos”, ya que genera un “terreno fértil para alimentar el odio, la ira, la frustración y el radicalismo”.

El máximo pontífice de la Iglesia Católica brindó un discurso desde el Vaticano frente a representantes de la organización social judía estadounidense B'nai B'rith International, una asociación “líder nacional y mundial en la promoción de los derechos humanos”, que tiene el objetivo de “hacer del mundo un lugar más seguro, más tolerante y mejor”, según detalla su sitio web.

En esa línea, Jorge Bergoglio destacó la necesidad, que se “aplica aún más a nosotros, judíos y cristianos, que debemos proteger al extranjero, al huérfano y a la viuda, es decir de las categorías sociales más débiles, de las personas más marginadas”.

En ese sentido, fortaleció el impulso de “ayudar a los últimos, a los pobres, a los enfermos: es la forma más concreta de promover una mayor fraternidad”. Y recordó que "vivimos en una época en la que la paz está amenazada en muchas partes del mundo por intereses egoístas y el afán de lucro, que parecen querer imponerse cada vez más”.

"Perspectivas particularistas y nacionalistas, impulsadas por intereses egoístas y codicia de ganancias, parecen querer imponerse cada vez más. Pero esto aumenta el riesgo de que, al final, pierda y sea pisoteada la dignidad humana", añadió.

Por eso, sostuvo que, "para prevenir la escalada del mal, es importante hacer memoria del pasado, recordando guerras, recordando la Shoah (Holocausto), y muchas otras atrocidades".

Por último, el Papa señaló que “las personas necesitadas tienen derecho a la ayuda y la solidaridad de la comunidad que las rodea, tienen derecho sobre todo a la esperanza” y que "la violencia siempre genera más violencia, las armas producen muerte y la guerra nunca es la solución sino un problema, una derrota".