Qué lindas son las mieles de la cultura popular cuando regalan estrambótico material de lectura e ingobernables ficciones. Esas obras que, en el revoleo, invitan a zamparse en la nostalgia, en la reflexión sagaz, en la tradición cyberpunk. Y, de paso, qué lindas son también las novedades editoriales cuando vienen acompañadas de seso. Aquí, una selección caótica reunida por la coincidencia cósmica de sus recientes lanzamientos, pero mucho más porque promocionan algunos de los rincones más geniales del entretenimiento: las tiendas de historietas con historia, el cine caprichoso, el sci-fi menemista, el miedo visceral y el pasado -casposo, colorinche, a veces rancio, a veces de avanzada- que no se fue.
► Camelot, épica de una comiquería, de Gustavo Gabbrielli (Signos del Sur Editores)
A esta altura de la soirée, decir que Camelot Comics Store fue la comiquería que empezó con "todo" es una obviedad. Caos, desmesura, un peso un dólar, cómics, mangas, libros, model kits, bandas sonoras, remeras, pósters, VHS, todo, ad-infinitum. Sin embargo, sobran los motivos para volver sobre esa historia, para hacer un close-up a los mitos y verdades que ayudaron a configurar la nerdencia argentina.
"Para muchas generaciones, Camelot significó un lugar especial donde conseguir merchandising raro. Era valorado por su amplia disponibilidad horaria y por su galería repleta de dioramas, que configuraban una suerte de exposición permanente", desgrana Gustavo Gabbrielli, autor de este libro que ya agotó una primera edición relevando cientos de anécdotas del mítico local de Gerardo Busto emplazado en Av. Corrientes.
La sensación de infinito, de aquella tienda en la que un padre le compraba un Gremlin a su hijo, de la promoción constante de publicaciones y eventos ñoños, de la promesa de "entra el jueves" y de su indestructible slogan "Si no lo tenemos, no existe" hicieron de Camelot un lugar inigualable. "No creo que existan continuadores de ese espíritu particular", confirma Gabbrielli. "Generaba un sentido de pertenencia, una satisfacción de formar parte de un grupo muy importante en una época en la que ser un nerd no era algo tan habitual como hoy."
► Compendium, de Revista 24 Cuadros (Zeta Ediciones)
Que los cumplas feliz, 24 Cuadros. La quinceañera revista de cine celebra su onomástico rescatando un tendal de textos de sus primeros años: hay zombies, mumblecore, un ensayo sobre True Detective y hasta una lectura corrosiva de Dark Knight Rises de Christopher Nolan (¿Batman es fascista y Bane de izquierda?). "Es una oportunidad para hacer una curaduría que sintetice nuestra identidad e impronta", acerca Fabio A. Vallarelli, editor y una de las firmas insignia de la histórica publicación digital.
Al mismo tiempo, este Compendium se yergue como una carta de presentación y una herramienta para llegar a más lectores. "La 24 es una revista de los márgenes. Siempre lo fue y es algo que, de alguna manera, nos queda cómodo. No tenemos la obligación de abordar un tema u otro, tampoco de definir un perfil editorial", sigue Vallarelli. Pensado entonces como un longseller, como un artefacto cultural que no busca métricas ni chiches efímeros, este Compendium pretende revolver ideas con una honestidad pocas veces vista en las publicaciones de cine, como una idea pariente del primer El Amante, tal vez.
"Nuestro principal aporte es saber de dónde venimos, por qué hacemos lo que hacemos y demostrar que es posible sostener un proyecto así durante tanto tiempo", suma el editor de esta revista oriunda del conurbano bonaerense. Y, justamente, su existencia entroniza la noción del porque sí: era un proyecto de amigos, se les fue de las manos y hoy sobresale potente en el cosmos de los medios del palo.
► La Venganza de Killing, de Rafael Bini (Walden Editora)
"Mi novela apunta a devolver el terror y la psicodelia de haber nacido en un país que tiraba gente viva desde los aviones", sostiene el multifacético Rafael Bini, autor de La venganza de Killing, la primera novela cyberpunk criolla, publicada en 1992 gracias a la Fundación Antorchas. Recuperada ahora por Ariel Pukacz y su sello Walden, la nueva edición 2022 le habla a lectores que, posiblemente, apenas estaban naciendo cuando fue escrita. "Mi novela conversa mejor con esta generación", aclara.
Durante muchos años, La venganza de Killing tuvo el estatus de culto y la categoría de inconseguible. Ahora, sus nervios de ciencia ficción milenarista, con polvito a William Gibson y en sintonía con técnicas surrealistas, está disponible nuevamente. Y la extraña pintura de aquella Argentina alternativa, intacta. "Intentaba una relectura del horror que no cayera en los lugares comunes del ojo por ojo, para explorar el sadismo infinito de una dictadura sangrienta que barrió una generación del mapa porque no le gustaba cómo pensaba", continúa el periodista y músico.
"En lo personal, me sentía muy afectado por quedar fuera de todos los circuitos con mi proyecto Comida China, sin lugar para tocar, sin banda y sin laburo", recuerda sobre aquella época. Con prólogo de Martín Kohan -que habla de zonas crispadas de la historia argentina y menciona a Philip K. Dick-, La venganza de Killing compone una mirada cínica de los "años eternos" (1989-1992): de la hiperinflación a la pizza con champán en un santiamén. Con psicópatas, videojuegos, profetas de magia negra y los shoppings como enclaves del mismísimo Mal.
► Todo lo anacrónico está marchito, de Lucas Robledo (Survival Horror Downloads)
Estos relatos cortos deambulan por nociones profundamente humanas como la soledad, la depresión, la muerte y el olvido. Un terror, digamos, mental. Miedos internos proyectados a la luz de la literatura, con cierto olorcito a Silent Hill, una inspiración -lógica, claro- en Stephen King y un profundo desahogo: "Estas son las entrañas de mis emociones", parece decir el periodista Lucas Robledo en cada página de su primer libro.
"Busqué exorcizar un montón de demonios internos que me estaban comiendo por dentro. Hace algunos años viví diferentes situaciones bastante feas en lo emocional, que cayeron todas juntas y me dejaron en un lugar oscuro. Este libro fue la forma que encontré para poder cerrarlas. Literalmente, son todos esos sentimientos que tenía guardados, mezclados con sueños y pesadillas", explica el autor oriundo de Turdera.
Asimismo, el miedo impulsado por libros como Ceremonias macabras de T.E.D. Klein o El templo endemoniado, de Frank De Felitta ("Nunca los pude terminar", admite) lo empujaron a darle forma a esas imágenes perturbadoras que vivían en su mente. Todo lo anacrónico está marchito es un vómito que sale de las tripas: "Quizás debería haber ido al psicólogo en aquel momento, pero alguien me contó que escribir le había resultado y me puse a hacer lo mismo", concluye.
► Yo también jugué a la Game Boy, de Borja Figuerola (Redbook Ediciones)
Por estos días, la retronostalgia conforma uno de los más poderosos comodines de la cultura contemporánea: no solo por la vuelta estética y conceptual, sino por la evocación constante de aquellos tiempos. Yo también jugué a la Game Boy es un repaso veloz sobre los hitos más sexys de los '90: el cine de acción, los dibujos animados de los grandes estudios, las obras maestras testiculares, la avanzada del anime, el Duke Nukem 3D, Clerks, Blink 182, X-Files, el emoticón y mucho, mucho más.
Con su escritura pop y saltarina, el español Borja Figuerola repasa datos y acontecimientos de una de las épocas más creativas y afiebradas en la historia. Con la televisión como universidad y el logo de Playstation 1 como tótem religioso, los millennials podrán rendirle tributo y pleitesía a esta investigación que estimula, conmueve y comparte.
Desde la importancia de Antichrist Superstar de Marilyn Manson, pasando por la fantasía húmeda despertada por el Barco Pirata de Playmobil, hasta el doloroso final de la serie Dinosaurios: todo vive en esta coctelera de cultura pop, neón, chicles globo y profunda ausencia de solemnidad (¡qué bajón la solemnidad!). El libro fue publicado originalmente en 2019 pero, gracias a Ediciones Continente, ahora se consigue en Argentina junto a gemas europeas como El efecto Tarantino, La historia del rap, El universo de los súper héroes, entre otras.