“Ustedes pelearon como verdaderos soldados y van a ser recordados por todos los argentinos como héroes”, les dice un militar a los jóvenes combatientes de Malvinas, chicos de 18 años, hacia el final de Iluminados por el fuego, de Tristán Bauer. Pero esa arenga presuntamente patriótica ya fue desnudada en la narración de esta historia: es apenas la máscara de un cínico de botas largas que no había hecho otra cosa que humillarlos durante todo el conflicto. Aquel que repetía que no importaban el frío y el hambre que taladraban esos jóvenes y vulnerables. El militar invocaba solo a “Dios y la Patria”. Otra máscara para sellar la impunidad militar que alcanzó su punto máximo cuando intentaron hacerles firmar a los chicos un pacto de silencio, después de la rendición.
En esa frase inicial también hay un tiro por elevación con el que Bauer parece apelar al espectador: ¿Qué hizo el pueblo argentino? ¿Cómo recibió a esos combatientes? A cuatro décadas de Malvinas, Iluminados por el fuego es una de las grandes películas sobre el tema y los efectos de la guerra. Y por sus méritos cerrará el ciclo Cine y Soberanía. Malvinas. 40 años, 40 películas -organizado por la plataforma Octubre TV-, este martes 31 a las 19 en la Sala Caras y Caretas (Sarmiento 2037), con entrada gratuita.
“La noche de clausura es con la película de Tristán Bauer, hoy ministro de Cultura pero que también es un cineasta”, explica Paula de Luque, también cineasta y directora de Octubre TV. “Una cosa son las películas que se pueden hacer ahora sobre Malvinas con la perspectiva de cuarenta años y otras son las que se hacían al calor de la cercanía. Y calor digo por el fuego, por las bombas, por la muerte”, sostiene De Luque. “En ese sentido, nos pareció muy bueno cerrar con esta gran película”, destaca la realizadora, quien agrega que el ciclo recorrió diferentes películas que se hicieron en diferentes momentos y con diferentes perspectivas. “En ese sentido, Iluminados por el fuego fue la primera gran película que se hizo sobre Malvinas”.
Pero tras la proyección habrá otra gran propuesta: el prestigioso tenor argentino Darío Volonté, veterano de Malvinas y sobreviviente del crucero General Belgrano, interpretará un repertorio en la Sala Caras y Caretas. “La muestra se llama Cine y Soberanía. Y yo pienso que no se puede hablar de soberanía política si no se habla también de soberanía cultural”, dice De Luque sobre las razones de convocar a Volonté y de programar el ciclo. “Por eso cine, por eso 40 años, 40 películas porque como directora de la muestra considero que es muy interesante ver esos múltiples relatos, diversos, acerca de lo que fue la Guerra de Malvinas. El cine es el lenguaje que garantiza por lo menos contrarrestar los discursos de los medios o los discursos de la política sobre un hecho particular de la historia, justamente porque tiene múltiples miradas”, agrega. “El cine, el arte, las expresiones artísticas son siempre espejo de una época y, al mismo tiempo, interactúan con esa época. En ese ese sentido, también nos pareció desde el Grupo Octubre que Darío Volonté condensa con la música, el canto, la voz y con su condición de veterano de guerra un hermoso cierre para este ciclo”, agrega De Luque.
En cuanto a la repercusión del ciclo, la directora de Octubre TV evalúa que “fue muy buena porque vino mucha gente y porque los espectadores pudieron ser testigos de múltiples miradas”. “Yo creo que el cine une al estar en una misma sala, compartiendo una misma película, con sentimientos tan diferentes porque a cada uno le toca en su subjetividad”, argumenta. El ciclo también fue pensado para las nuevas generaciones que no vivieron la guerra ni sus implicancias. “Los que tenemos 40 y pico, 50, sabemos qué fue, lo podemos recordar, nos podemos acordar de aquel Mundial ‘78, de la guerra, del ‘Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla’, pero hay mucha gente que no sabe qué eso”, afirma De Luque. “Cuando uno habla de un hecho histórico en perspectiva, hacer una muestra de cine es lo mejor porque después para todo lo otro está Google. Ahí hay una impronta de cada uno de los autores y autoras que muestran su mirada particular y eso, en general, toca fibras íntimas, como es el arte”, plantea De Luque.
La realizadora también aporta su mirada sobre cómo abordó el cine argentino la Guerra de Malvinas. “Como cineasta, uno se pregunta si las películas envejecen o no. Y a las películas hay que mirarlas en perspectiva histórica. Hoy los tiempos cambian muy velozmente. Hace quince años no existían las plataformas. Hoy las plataformas se convirtieron en casas productoras. Y son productoras multinacionales y, en ese sentido, el cine argentino corre un altísimo riesgo si no tiene un fomento del Estado. Dicho esto, como cineasta, haciendo un ciclo de películas que se hicieron en diferentes momentos, también ratifica que el cine es espejo de una época, modos de hablar, modos de relacionarse… Hoy hay redes sociales, antes no las había y sólo estaban los medios para contar lo que sucedía en el frente. Y cada medio tiene su línea editorial. Todas estas cosas atraviesan la muestra y todas estas reflexiones”.
De Luque entiende que “Malvinas nos une” porque más allá de las ideologías políticas “es o debiera ser una causa nacional”. “Debería ser algo que vaya más allá de los partidos políticos, o de los gobiernos, incluso, de turno. Hay causas que no se discuten en los países serios: su personalidad, su cultura, su soberanía, su territorio. También por supuesto que todo el mundo coma, se pueda educar, que todo el mundo pueda tener salud. Son temas de Estado”, concluye la directora de Juan y Eva.