El presidente Alberto Fernández supervisó en la ciudad paraguaya de Ayolas junto a su par de Paraguay, Mario Abdo Benítez, los avances del proyecto de maquinización del brazo Aña Cuá. Se trata de una obra clave que posibilitará ampliar la capacidad de generación de energía de la Central Hidroeléctrica Yacyretá entre un 9 y un 20 por ciento. Es un proyecto estratégico en el sector de energía.
"Argentina y Paraguay tienen un destino común que queremos profundizar, y parte de ese destino común lo estamos construyendo aquí", afirmó Fernández durante la recorrida, acompañado por la primera dama, Fabiola Yáñez; el canciller Santiago Cafiero y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.
El jefe de Estado destacó que "estas obras son importantes porque suman más energía para los dos países en un mundo en el que está siendo muy demandada", y señaló a su vez la importancia de "trabajar mucho más juntos en el Mercosur y de ese modo unirnos para poder llegar al mundo".
Con una lógica similar, el presidente de Paraguay resaltó que “la obra representa un ejemplo del compromiso que tenemos en los procesos de integración regional y de la coordinación entre Paraguay y Argentina". Aseguró que "todos sufrimos la necesidad de generar trabajo en un momento en el que, a consecuencia de las medidas sanitarias, el empleo era un problema en toda la región, pero esta obra casi no paró y eso permitió generar un impacto social importante".
En la actividad también participaron la primera dama de Paraguay, Silvana Abdo; el ministro de Relaciones Exteriores paraguayo, Julio César Arriola; el embajador argentino en el país vecino, Domingo Peppo; y los directores de la Entidad Binacional Yacyretá Nicanor Duarte Frutos (por Paraguay) y Fernando De Vido (por la Argentina).
Detalles de la obra
Las obras de ampliación de la central hidroeléctrica se iniciaron en junio de 2020 y suponen una inversión total de más de 310 millones de dólares, de los cuales 63 millones ya fueron desembolsados, y su ejecución posibilita la generación de 800 puestos de trabajo directos y 2400 indirectos.
El proyecto de maquinización del brazo Aña Cuá permitirá ampliar la capacidad de generación de energía de la central hasta un 20 por ciento, según las fluctuaciones del nivel de agua del río Paraná, realizando un aprovechamiento de los caudales que deben ser erogados por razones ambientales.
Bajo impacto ambiental
La iniciativa tiene un bajo impacto ambiental, ya que no genera nueva superficie inundada ni relocalizaciones, que contempla las obras de la embocadura y el canal aductor a la central, la casa de máquina y el canal de fuga. Se requerirá también una instalación para la transferencia de peces y una playa de maniobras e interconexión, con las correspondientes líneas de transmisión.
Aña Cuá puede verter hasta 40.000 m3/s con el embalse en una cota de agua promedio. Actualmente cuenta con 16 compuertas de acero que regulan el caudal del río. Es que por acuerdos ambientales, el vertedero debe mantener un nivel de agua "ecológico" permanente de entre 1000 y 1500 m3/s que preserve la fauna ictícola.
Por este motivo y a diferencia de Yacyretá, las bajantes del río Paraná no terminan impactando en la producción de energía en este sector, que generará como mínimo 6 millones de dolares de facturación por mes, pudiendo llegar a 7,5 millones de dólares con un cauce normal. Con un cálculo conservador, la inversión se recuperaría en cinco años.