Tras la difusión del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril, una cifra se destacó por sobre el resto: el sector Indumentaria, que obtuvo una suba del 12,5%. La variación entre marzo y abril fue de un 9,9% -en marzo hubo un aumento del 10% frente a febrero- y 73,4% en términos interanuales.

Sin embargo, el precio de la ropa ya desde hace dos años tiene una suba por encima del promedio general del índice oficial.

Por ejemplo, en abril de 2019 registró una suba del 6,2% con respecto al mes anterior del mismo año, marcando un 41,1% interanual. Asimismo, de abril de 2018 a abril de 2019, el IPC se disparó a doble dígito y acumuló una aceleración del 55,8%.

Para el mismo mes, pero del 2021, la indumentaria alcanzó un 6% en relación a marzo, lo que constituyó un aumento del 79,1% con respecto a abril de 2020.

Desde el sector atribuyen las subas de precios a la recuperación de márgenes tras cinco años de aumentos por debajo de la inflación, la suba de de los costos internacionales de sus materias primas y un factor de estacionalidad por el recambio de la temporada otoño-invierno.

La guerra Rusia - Ucrania y nuevas formas de consumo, algunas de las razones en los aumentos

La Fundación Pro Tejer -que representa a gran parte del sector textil- argumentó que "se juzga al sector por los aumentos de precios del último año sin tener en cuenta que se acumularon 5 años seguidos de índices de precios inferiores a la inflación promedio", refiriéndose al período 2016-2019.

Uno de los puntos sobre los que insisten desde el sector textil es que el índice de precios al consumidor no refleja los nuevos patrones de consumo de la población. Es que la metodología del IPC se basa en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares de 2004, cuando había un mayor peso de los shoppings -donde hay más componente de prendas importadas- en la estructura de consumo de los hogares.

"El modo en que las familias consumían cambió sustancialmente en los últimos 18 años. Hubo un desplazamiento del consumo desde shoppings hacia nuevos canales comerciales con lógicas distintas y precios más accesibles y competitivos que los grandes centros de compra", explican desde Pro Tejer y dan como ejemplo el consumo en la calle Avellaneda, en redes sociales, ferias y showrooms.

Otro de los puntos es el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y el aumento de los commodities y materias primas que ello conlleva: el sector textil utiliza materias primas como el algodón, poliéster o el nylon que tuvieron aumentos de más de 50 por ciento en dólares entre 2020 y 2022.

La pandemia macrista

Según datos oficiales, entre 2015 y 2020 cerraron 1.200 talleres registrados, y en el sector de la confección el 80% está en la informalidad. Aunque se presume que el número es sumamente mayor.

La falta de espacios de confección hace que los que quedaron vivos luego de la política económica y criminal del gobierno de Mauricio Macri, sean más demandados y, por ende, suban sus precios.Por ejemplo, en los últimos tres meses, confeccionar un jean pasó de costar $180 a $500, mientras que una remera subió de $50 a $120, explicaron los dirigentes de la fundación.

Las críticas al sector por parte de Alberto Fernández

La semana pasada el presidente Alberto Fernández cuestionó la suba de precios del rubro textil en declaraciones radiales. “Uno los protege y cuida, pero después eso se vuelve en contra de la gente. Hay un desmadre de los precios entre el que confecciona y el que vende”. No obstante, puso hincapié en los comercios y no en la producción.

Algunos precios en la ropa de esta temporada otoño-invierno

Una campera de plumas, con o sin corderito, ronda desde los 11 hasta casi los 20 mil pesos tanto para hombre como para mujer.

Un sweater, también para cualquiera de los géneros, arranca desde 2 y llega hasta los 5 mil pesos.

En el mismo sentido, un buzo canguro puede llegar hasta 6 mil pesos.

Un cubrecamas acolchado comienza desde los 6 mil pesos y puede llegar hasta casi el doble, considerando desde uno para una plaza y hasta dos plazas o dos plazas y media.

En tanto, las frazadas también rondan desde los 6 hasta los 12 mil pesos, sean tradicionales o polares.