La fiscal de Homicidios Dolosos Gisela Paolicelli, que investiga el ataque al policía Gabriel Sanabria, afirmó que “hay escasez de recursos” para avanzar con la causa que ya tiene a cuatro personas detenidas e imputadas. Además, señaló que los sospechosos podrían tener vinculación con una organización criminal, que se develó que sería la de Matías César, condenado por balaceras a edificios judiciales y domicilios de jueces. La víctima, en tanto, se encuentra en estado crítico y estable y ya enfrentó la tercera operación, mientras no se descartan que deba ser sometido a nuevas intervenciones. Respecto a los autores, se determinó que fueron cinco jóvenes los que estaban en el auto del que partieron los disparos cuando el uniformado intentó identificarlos junto a un compañero. Dos de ellos están a disposición de la Justicia de Menores y buscan a los otros tres, uno de ellos sería el hijo de la única mujer presa.

Después de las cinco aprehensiones del viernes a la madrugada, dos personas –Mariana Meyer (41 años) y Brian Nahuel Brito (30)– fueron imputadas por la fiscal este domingo por el delito de encubrimiento, ya que están sospechadas de haber alojado a uno de los posibles atacantes. Y además porque en ese domicilio se secuestraron cuatro armas de fuego y municiones.

Por otra parte, los dos adolescentes detenidos ya fueron indagados el viernes mismo y ahora quedaron a disposición del Juzgado de Menores Nº 1 a cargo de la jueza María del Carmen Musa. De acuerdo a la investigación, las huellas de uno de los imputados fue “levantada” del Peugeot 206 desde el que partieron los disparos al joven agente.

El quinto aprehendido recuperó la libertad, ya que, según la fiscal, no había elementos que lo vincularan con la balacera y además fue arrestado después del procedimiento de las armas.

“Hay muchas cámaras que están siendo relevadas. Hay escasez de recursos para hacer estas tareas. Todavía no se reconstruyó el recorrido”, aseveró Paolicelli con relación a la ruta de la fuga de los agresores de Sanabria, que se presume que son quienes fueron aprehendidos en Hungría y Ayacucho minutos después.

La funcionaria del Ministerio Público de la Acusación (MPA) también contó que un adolescente “está siendo sindicado por información de calle” como el presunto tirador de Sanabria. Casualmente, es el hijo de Mariana Meyer, la mujer que fue imputada este domingo por encubrimiento.

A Meyer y a Brito les imputaron haber ayudado al adolescente H. G. que huía del personal policial. Le achacaron ocultar al chico en su casa cuando se fugaba por los techos linderos. Además haber recibido y ocultado una mochila con una pistola ametralladora PMA3, calibre 9×19 sin numeración visible, un dispositivo de disparo de fabricación casera calibre 9 mm, una pistola calibre 9 por 19 de doble y simple acción marca Taurus, una pistola 9 por 19 marca Taurus la cual se encontraba en el patio interior de la vivienda. Ambos quedaron en prisión preventiva por 30 días.

La fiscal contó que los policías que perseguían a los dos menores no los perdieron de vista, y los vieron ingresar a la propiedad donde ya estaban los dos adultos. Y las armas halladas en la mochila aún no fueron cotejadas con los elementos balísticos secuestrados dentro del vehículo y en el lugar del hecho.

La funcionaria agregó que en el auto se encontraron huellas dactilares de uno de los menores detenidos por lo que están en condiciones de decir que uno de ellos estuvo arriba del auto.

En cuanto al estado de salud de la víctima, el joven policía se encuentra en estado crítico pero estable. El director del Heca, Jorge Bitar, informó que el paciente se encuentra alojado en la Unidad de Cuidados Intensivos y que “si bien está con asistencia respiratoria, presenta una estabilidad hemodinámica favorable que hace a la esperanza”.

El uniformado recibió 10 balazos en el cuerpo y el sábado fue sometido a la tercera intervención quirúrgica, el galeno dijo que “las lesiones primarias que se encontraron cuando ingresó están resueltas”.