La patria canaya hervía anoche el disenso con la comisión directiva de Central en un botón de muestra: más de 800 socios reunidos en asamblea en la sede Cruce Alberdi, para discutir el presupuesto 2022/23, bramaron su repudio a la gestión de la comisión directiva. Y allí el presidente Rodolfo Di Pollina tomó dimensión del rechazo que cosecha entre las distintas facciones de la oposición.

Fue apenas se sentó con sus colaboradores, en una mesa instalada en el centro de la cancha de básquet, cuando desde las dos tribunas colmadas bajó el estribillo inapelable: "Ohhh, que se vayan todos, que no quede ni uno solo", corearon los socios por un buen rato y sirvió como tenso preludio a lo que vendría después. El público siguió el cántico con insultos a voz en cuello contra el titular de la comisión directiva. 

Al pro tesorero Esteban Ferreyra, como orador por el oficialismo, le tocó exponer los detalles del presupuesto que estima para este período un superávit de USD 1,5 millón. Lo interrumpieron varias veces para anticipar lo que una decena de oradores de los distintos rincones opositores marcarían luego. 

Las voces que se sucedieron en el uso de la palabra se mostraron escépticas acerca del optimismo de las previsiones de la conducción del club. Al cierre de esta edición, la asamblea se encaminaba a un probable rechazo al presupuesto. Y solo la agrupación Unidad Canalla había pedido pasar a cuarto intermedio.

Hubo quienes le recordaron a la comisión directiva el préstamo por idéntica suma que la AFA le extendió en la temporada pasada, los 150 millones de pesos que se gastan en el fideicomiso, y otras particularidades de la vida financiera del club de Arroyito. "Mientras tanto, hay pocas incorporaciones, y no hay ventas como para poder invertir en un equipo de jerarquía", reprocharon varios. 

Un orador alineado en la agrupación Canayas Unidos afirmó que Central "afronta un déficit anual de 5 millones de dólares que se va cubriendo con transferencias", dijo para refutar el superávit previsto por la CD. "No hay un estado real de la situación financiera actual", reclamó. 

La pésima campaña en el torneo, donde Central finalizó en el fondo de la tabla, y la derrota todavía fresca del amistoso contra Arsenal hicieron de contexto para las diatribas contra la comisión directiva.

La asamblea había sido convocada para aprobar el presupuesto auriazul para el segundo semestre del año y el primer semestre del año próximo, pero en lo formal es un hito de poca relevancia para la vida institucional canaya. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no tiene en cuenta este aspecto de la estructura institucional de los clubes para permitirles la competencia. Sí les exige el balance aprobado para competir, pero eso anoche no fue el orden del día en el estadio cubierto de Catamarca al 3500. 

Di Pollina, en el centro, tuvo que escuchar los airados reclamos de los socios

A excepción de la agrupación Origen Canaya (fusionada con 1889), referenciada en Diego Lavezzi, que se abstuvo de pronunciarse, el resto del arco opositor manifestó su rechazo al presupuesto presentado por Di Pollina. Los dirigentes Coqui Moretti (Canayas Unidos) y Juan Cruz Rodríguez (Espacio Canaya) lideraron el rechazo sólido a la moción del oficialismo.

Di Pollina, en tanto, antes de realizar el llamado para iniciar la asamblea, había restado dramatismo a la ocasión. Dijo que si la asamblea de socios no aprobaba el presupuesto –todo indicaba que el desenlace sería el rechazo–, se pasaría a un cuarto intermedio, y si la masa asamblearia persistía en no autorizarlo, la gestión del club continuará con el presupuesto actual.

Pero el verdadero valor de la asamblea fue político y no tanto financiero: fue la penúltima asamblea previa a la elección de autoridades que tendrá lugar en octubre próximo. Síntoma de ello fue la concurrencia superior a la de asambleas pasadas. 

Por lo tanto, las agrupaciones canayas convergieron en el estadio de Cruce Alberdi para sentar presencia y marcar la cancha.  A las agrupaciones referidas antes hay que sumarle la de Raza Canaya, referenciada en Ramiro Colabianchi y Gonzalo Belloso.

No pasó desapercibida una silla vacía en la mesa de la comisión: era la que debería haber ocupado el vice Ricardo Carloni. Pero el número dos del club dio el ausente con aviso, porque integra la delegación de AFA que viajó a Inglaterra para el partido entre las selecciones de Argentina e Italia. Y así zafó por una vez del clamor de insultos que sus compañeros de comisión tuvieron que digerir. 

La silla vacía alimentó suspicacias, como si Di Pollina hubiera querido marcar la ausencia.