El juez Federico Diez, de la Sala VII del Tribunal de Juicio, condenó a prisión perpetua a Joaquín Octavio Viñabal (25) por el femicidio de Agustina Nieto (21), asesinada en 2018, y cuyo cuerpo fue encontrado en una casa abandonada del barrio San Benito de la ciudad de Salta. El crimen se cometió en un contexto ligado a las redes de narcotrático que operan en los barrios de la zona sudeste. En las audiencias surgió que hubo otros implicados.
“Estamos satisfechos con la condena, se le dio perpetua como pedíamos, estamos tratando de acomodar las ideas, nuestros sentimientos, y tratar de organizarnos porque todavía nos queda saber qué va a pasar con las otras personas que están implicadas en el asesinato de Agustina”, dijo a Salta/12 la hermana de la víctima, Daniela Nieto. Señaló que todas las pericias “han indicado que actuaron más personas y que Viñabal no fue el único que estuvo ese día cuando mataron a Agustina”.
Daniela destacó además que hay dos ADN de varones distintos, encontrados en la zona genital y en las uñas de la víctima, que hasta la fecha no han sido identificados.
La familia también insiste en la hipótesis "del ajuste de cuentas" porque la joven le habría sustraído pasta base a un "transa" y afirman que por información que les aportaron otros jóvenes adictos, saben que habría un policía involucrado. Aunque la familia aportó un sobrenombre de ese supuesto policía, no fue identificado y en las audiencias no se llegó a profundizar sobre este aspecto.
La fiscala Mónica Poma también señaló que por la forma en que se encontraban las pertenencias de la víctima, los implicados buscaban algo. "La mochila, el monedero, resultan de relevancia porque no se encontraron de forma prolija o acomodada en el lugar, sumado a la destrucción de prendas de vestir, hubo alguna búsqueda por parte de los causantes, manipulación de elementos de propiedad de la víctima", afirmó.
"Los mismos investigadores han dado a conocer que el entorno donde sucedió todo esto es de mucha droga, donde hay venta y consumo de pasta base, y que en muchos lugares que rodean esta casa (donde fue hallada la víctima) se vende droga. Se han mencionado los nombres de las personas que venden. Han descartado la hipótesis, de que sea un policía el que ha estado implicado con este tema de la venta de droga. Creemos que sí pudo haber sido por un ajuste de cuentas y que solo se haya tenido en cuenta la condena (a Viñabal) para decir que fue un femicidio y nada más, es algo con lo que no estamos de acuerdo. Se contradicen con lo que dicen los propios peritos del CIF (Cuerpo de Investigaciones Fiscales) que aseguran que participaron más de dos o cuatro personas", indicó Daniela.
En ese sentido aunque no hay otro u otros imputados, la familia solicitó que la investigación siga abierta, “porque este asesinato todavía no está esclarecido”. “Faltan personas por condenar, vamos a ver si tenemos el apoyo de la Fiscalía en esta nueva etapa, ver si surgen nuevos imputados y si podemos constituirnos en querellantes”, expresó Daniela.
En su alegato, la fiscala había solicitado la prisión perpetua para Viñabal, pero quitó la calificación con la que llegó a juicio, que contemplaba el concurso premeditado de dos o más personas, al considerar que esto último no quedó acreditado. Esto generó temor en los familiares, que teme que la causa se cierre y no se siga investigando a otros posibles involucrados, por ello solicitaron una reunión con la funcionaria.
La culpabilidad de Viñabal
Para la fiscala, se acreditó la presencia de Viñabal junto a Agustina en sus últimas horas de vida. Poma dijo que la escena del crimen fue la casa abandonada de San Benito, detrás de una iglesia mormona, donde se reunían personas para consumir y vender estupefacientes, y donde también se ocultaban cosas robadas, o se usaba de "baño" o para tener relaciones sexuales. La fiscala señaló la pertenencia de Viñabal al grupo Los Poseídos, que se dedicaba al consumo y venta de pasta base.
Poma citó el testimonio de un empleado de panadería, quien indicó que el día anterior al hallazgo del cuerpo, cruzó por la vereda de esa casa abandonada, aproximadamente entre las 19 o 20, y allí “vio a 'Gololo' (Viñabal), junto a L. (otra joven) y a la víctima”. El testigo no conocía a Agustina pero cuando la policía le exhibió su fotografía la reconoció.
Poma ratificó que en el lugar del hallazgo del cuerpo “estuvieron reunidos, Viñabal, Agustina y otras personas con problemas de consumo”.
Además, recordó que L. refirió que aquella noche estuvo con Agustina, con un hombre “morrudito”, “lo describió de forma similar al imputado y que se encontraron también con el dueño de la casa abandonada”. Este último era Abel Agüero Chavarría, sobreseído por inimputablidad debido a un retraso mental leve. L. dijo que “antes (otro día) se encontró con esta persona (Agüero Chavarría) quien le refirió que era su casa”.
Para la Fiscalía, el momento referido por L. fue posterior al momento que relató el panadero. L. dijo que cuando se retiró de la casa, Agustina quedó junto a los dos hombres, que para la investigación fiscal son Viñabal y Agüero Chavarría.
La fiscala citó otros testimonios como el de un vecino que relató que otro hombre, Gillermo Díaz, sobre quien pesa un pedido de detención, le dijo que “junto a Cabrera, Gololo, habían matado" a Agustina, entre las 3 y 4 de la madrugada. Poma destacó que esta afirmación coincide con otras pruebas, como los dichos de una vecina que dijo que escuchó un grito a eso de las 3.
Poma insistió en que varios de esos testimonios “hablan de la mecánica, lugares, la intervención de determinadas personas, la participación de Gololo, como responsable de la muerte de la víctima”.
Señaló asimismo las contradicciones de Viñabal que en una declaración en la policía dijo que estuvo con Agustina consumiendo estupefacientes, que luego ella se retiró a un costado, se cayó sola y él se retiró. Pero, luego, en la Fiscalia, Viñabal negó todo, incluso dijo que no formaba parte de Los Poseídos en ese momento.
Además la fiscala citó a la psicóloga Natalia Colombo, que entendió que Agustina y Viñabal "eran conocidos, que había un contexto común entre ambos (de las adicciones) y esto puede haber llevado a la víctima a bajar sus condiciones de alarma".
Para la defensa, hay implicados libres
El abogado Roberto Reyes pidió que Viñabal sea absuelto por el beneficio de la duda, y planteó que las pruebas "no han llegado a ser irrefutables". Calificó de "aberrante" la investigación policial porque llegó por "rumores" a su defendido y no indagó otras líneas de investigación.
El letrado dijo que no se investigó a un hombre apodado "El Diablo", que "se aprovechaba del infortunio de estas niñas (con problemas de adicciones) y las volcaba al ejercicio de la prostitución". "'El Diablo' desapareció, los informantes no han seguido esa línea investigativa", sostuvo. Este hombre fue mencionado en las audiencias, por testigos, como alguien que había andado buscando a una chica para prostituirla, y además como alguien que dijo que vio cruzar aquella noche a Agustina, aunque también se consideró que llevó a la joven para prostituirla con un hombre adulto mayor que declaró en la audiencia y ratificó que le pagó a la víctima por ello. También Reyes señaló que se debió investigar a otro hombre, "un ingeniero Julián" y a "Orejita".
Reyes insistió en la "mala forma de investigación que generaron los funcionarios policiales". "Los verdaderos culpables están afuera", afirmó. "Esta investigación tiene que proseguir pero la situación procesal de Viñabal tiene que resolverse (...), está preso sobre rumores. El verdadero culpable está fuera por culpa de estos informantes, que no profundizaron en las líneas de los propios familiares acercaron", manifestó.
Redes narcos que siguen operando
La hermana de Agustina Nieto señaló que los lugares donde se vende droga en los barrios de la zona sudeste, que se mencionaron en el juicio, no han sido desbaratados y siguen operando. "Son los mismos policías los que han dado ubicaciones", sostuvo.
Daniela Nieto dijo que la casa abandonada del barrio San Benito donde se cometió el crimen de Agustina, "sigue tal cual estaba en ese momento, sin una puerta". También manifestó que siguen funcionando otros sitios mencionados en el juicio.
"Si se sigue vendiendo (drogas) en los mismos lugares donde se vendía hace cuatro años, obviamente no se hizo nada al respecto. Todo el mundo sabe donde venden. La policía dijo que la comisaría 10 de Santa Cecilia cuenta con una policía comunitaria que tiene datos, direcciones donde se vende y no se hace nada al respecto. No hubo ningún cambio, ni intervención por parte de la justicia como para clausurar", manifestó.
Daniela indicó que este contexto también conlleva el regenteo de las mujeres, adolescentes y jóvenes para la prostitución, ya que es una forma con la que solventan las adicciones en una extrema vulnerabilidad.
Añadió que el Estado tiene "muy poca intervención" en la contención y tratamiento a personas con adicciones. Recordó que en el juicio la policía revictimizó a la familia señalando que naturalizaban la adicción de Agustina a la pasta base. Daniela manifestó que no fue así, y relató la complejidad de esta problemática en la que las familias quedan también desamparadas sin recursos para contener a quienes padecen esta problemática y ante las redes de narcotráfico que operan en los barrios.
Daniela dijo que en Salta hay "mayormente instituciones privadas de muy alto costo" que brindan tratamientos a las adicciones, a los que no pueden acceder las familias de los barrios populares "donde se instala la pasta base". "Lo único con lo que se cuenta es con el Hospital del Milagro, hablé con un psiquiatra y con el doctor que maneja la parte de lo que son las internaciones por adicciones y lo primero que me dijeron es que ellos (las personas con adicciones) tienen que permanecer de manera voluntaria, lo que se hace complicado, porque un adicto no reconoce su adicción como una enfermedad, no reconoce que tiene un problema. Si llegamos a esa instancia de que tiene un problema, llega un momento en que su abstinencia y la falta de tratamiento hacen que vuelvan a recaer en su adicción ", señaló.