El Reino Unido guardó ayer un minuto de silencio en memoria de las siete víctimas mortales del atentado del sábado en el Puente de Londres y el mercado de Borough, en un clima preelectoral signado por fuertes críticas a las políticas de seguridad del gobierno conservador que mañana buscará mantenerse en el poder.
La policía confirmó la identidad del tercer atacante de Londres a quien identificó con el nombre de Youssef Zaghba, de 22 años, un italiano de origen marroquí, que no estaba fichado por los servicios de inteligencia británicos. Ya había difundido el lunes los nombres de los otros dos autores del ataque: Khuram Shazad, un británico de origen paquistaní de 27 años, y Rachid Redouane, de 30 años y de origen marroquí o libio. Los tres fueron abatidos por ocho agentes después de cometer los actos violentos en apenas 8 minutos, durante los que mataron a siete personas e hirieron a 48, de las que aún hay 18 luchando por su vida.
Los jihadistas, identificados después como miembros del Estado Islámico, comenzaron su mortífero ataque al atropellar con una combi blanca Renault alquilada a los peatones que encontraban a su paso en el Puente de Londres, muy transitado un sábado por la noche. Luego, se dirigieron al concurrido mercado gastronómico de Borough, enclave muy popular entre los turistas, donde armados con cuchillos apuñalaron indiscriminadamente a los ciudadanos.
Un hombre de 27 años fue detenido ayer en el barrio de Barking, en el este de Londres, en el marco de la investigación que lleva adelante Scotland Yard, que ayer ordenó la liberación sin cargos de otras doce personas. En un comunicado difundido en su web, la Policía Metropolitana de Londres reveló que ese nuevo arresto se efectuó a primera hora de ayer, después de que los agentes llevaran a cabo un allanamiento en una dirección de esa zona de la capital. Los agentes también llevaron a cabo en la madrugada de ayer el registro de otra propiedad ubicada en el barrio de Ilford, en el noreste de la ciudad.
La confirmación de Scotland Yard de la identidad del tercer atacante, un joven italo-marroquí de 22 años que fue investigado en Italia, tierra natal de su madre, como presunto jihadista, acrecentó las críticas sobre las eventuales fallas en la prevención de ataque por parte de las fuerzas de seguridad británicas. Youssef Zaghba, tal es el nombre del atacante, vivía en el este de Londres, informó Scotland Yard en un comunicado en el que aseguró que no estaba fichado.
Sin embargo, el diario italiano Il Corriere della Sera aseguró que Zaghba estuvo detenido en 2016 en Roma, cuando intentaba abordar un vuelo con destino a Estambul, con la intención de viajar a Siria.
Esta información, no confirmada por los servicios de inteligencia del Reino Unido, abonó la tesis de fallas en el seguimiento de los sospechosos de pertenecer a las organizaciones fundamentalistas islámicas ya que, al menos, uno de los otros dos atacantes estaba bajo seguimiento policial.
Khuram Shazad Butt, un británico nacido en Pakistán de 27 años, estaba fichado por la inteligencia británica e incluso apareció en un documental televisivo del año pasado posando con una bandera del grupo islamista radical Estado Islámico (EI) en un parque público de Londres.
El fiscal antiterrorista británico, Mark Rowley, informó que por entonces fue investigado pero que las autoridades no encontraron pruebas de que planeara un atentado por lo que el servicio secreto MI5 y la policía lo dejaron en un segundo plano.
Para abonar el clima de negligencia, el diario The Times informó ayer que el jihadista abatido por la policía el sábado, tenía además conexiones con uno de los atacantes de los grandes atentados de Londres del 7 de julio de 2005 y también con un conocido predicador radical. El canciller británico, Boris Johnson, mostró su comprensión por las críticas, pero insistió en que los únicos responsables del atentado “son los terroristas”, dijo a la BBC.
En la recta final de las elecciones que mañana definirán quién será el nuevo primer ministro, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, uno de los principales dirigentes laboristas, advirtió que si Theresa May se impone en los comicios, las fuerzas de seguridad podrían sufrir nuevos recortes.
Entre 2010 y 2016, May fue ministra del Interior, un período que coincidió con el recorte de casi 20.000 puestos de trabajo en la policía, lo que se convirtió en unos de los argumentos principales de los laboristas para cargar la responsabilidad de los atentados a los conservadores.