“Hay que avanzar tras los comicios”, alertó ayer el ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, quien se convirtió en la voz cantante del establishment económico que presiona por un mayor ajuste fiscal. “Alguien va a tener que poner el culo en la silla para lograr el equilibrio macroeconómico”, agregó el economista tras quejarse por el supuesto “hipergradualismo fiscal hormiga” del gobierno de Cambiemos. El ex funcionario participó del congreso anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), junto a sus pares economistas Dante Sica y Ricardo Arriazu, de cuyas exposiciones pudo desprenderse que tras las elecciones legislativas se profundizará la política contractiva. El ministro de Interior, Rogelio Frigerio, casi excusándose de no haber ajustado aún más, dijo que “hay que tener en cuenta que todos los cambios que se realizan en Argentina requieren de la búsqueda de consensos, y eso demanda lógicamente más tiempo”.

Luego de los tarifazos, quita de subsidios, paritarias por debajo de la inflación y restricción al acceso al crédito, el gobierno de Mauricio Macri insiste en que se aplicó una política gradualista. A esto se suma un sector empresario y financiero que boga por un mayor nivel y más acelerado ajuste, dado que el costo lo pagarán los asalariados. La pregunta que surge es si después de octubre, de salir bien posicionado el oficialismo, se profundizará el ajuste recesivo que aplicó hasta el momento. “Espero que después de esos comicios se generen consensos para avanzar en la cuestión fiscal, que es una de las patas que le faltan al modelo económico del Gobierno”, planteó Melconian, a quien puede reconocerse que no utiliza eufemismos para hablar de ajuste.

Melconian corrió, como si fuere posible, por derecha al Gobierno, del cual fue parte al frente del Nación y del cual pretendió ser su ministro de Economía. Aseguró que si no hace una buena elección, “habrá riesgo de una recaída económica”. “La realidad va a imponer una mayor consistencia macroeconómica, porque aumentamos el gasto público y tenemos más pobres”, agregó.

El ministro Frigerio sostuvo que se está transitando “un camino gradual para lograr el equilibrio de las cuentas públicas”, referencia a su anterior interlocutor y en clave electoralista. En ese sentido, insistió en que se está recuperando “una obra pública que estaba parada”, pese a que el detenimiento de las obras fue dispuesta por el gobierno para analizar las concesiones. “Estamos en el cuarto trimestre de crecimiento, de un crecimiento desparejo, pero en el que doce de los quince principales sectores económicos mostraron signos de recuperación durante el primer trimestre de este año”, aseguró.

Por su lado, Sica advirtió sobre un supuesto elevado gasto público y presión tributaria. “El excesivo tamaño del Estado afecta la competitividad”. Según fundamentó en su exposición, el gobierno “optó por el gradualismo, una experiencia inédita en el país”. “Es que en los últimos treinta años, siempre se aplicaron políticas de shock”, afirmó uno de los asesores del equipo económico de Cambiemos sobre industria, la actividad que, junto a construcción, es la más castigada por las políticas del gobierno. “Pero el gradualismo mantiene elevado el peso del Estado, mayor dureza monetaria para bajar la inflación, retrasa el ajuste de los precios relativos y necesita financiamiento externo para el fisco”, se explayó el titular de la consultora Abeceb.

Arriazu consideró “insostenible el nivel del gasto público”. “Este año vamos a tener más déficit que en los dos años anteriores, porque no se ha hecho un ajuste. El gradualismo no funciona”, sostuvo el economista cordobés. De todos modos, consideró que este año la economía “va a estar mejor, pero dependerá del resultado de las elecciones legislativas y de cómo sigan los desequilibrios macroeconómicos”; es decir, de si se aplica un mayor ajuste.