“Testigos de su propia historia”: así define la artista Anne Butler a las piezas de su serie en curso Objects of Time, donde recrea en cerámica elementos que hasta hace poco tiempo eran de uso cotidiano, prácticamente ubicuos, presentes en gran parte de los hogares, aunque hoy en día ya hayan quedado caducos, al borde de la extinción, a orillas de la arqueología. Verbigracia, teléfonos con disco o máquinas de escribir; tecnologías del siglo XX, en resumidas cuentas, que son reconstruidas en cerámica a partir de variedades de técnicas, sea fundición, sea tallado, sea ensamblaje, por esta mujer formada en la Universidad de Ulster y en la Universidad de Gales.

“Rebosantes de textura y sorprendentes por su dimensión, las obras de Butler exploran la memoria cultural, las asociaciones que suscita la historia inmediata, las impresiones que estos objetos han dejado en el mundo mucho después de haberse abandonado su uso generalizado”, sintetiza cierta crítica sobre Objects of Time, a la par que la propia artista aclara: que elige, al momento de finiquitar sus piezas, que salten a la vista ciertas imprecisiones, irregularidades “para poner de manifiesto que son de fabricación casera en pos de cuestionar las técnicas industriales, automatizadas”.

Adelanta Anne que, en lo sucesivo, irá ampliando esta propuesta -envuelta, sobra decir, por un halo de nostalgia- reproduciendo cámaras réflex analógicas y básculas de cocina, por mencionar algunas cosas que tiene en la mira y que, por supuesto, elaborará con la materia prima de sus amores, la cerámica. Materia que, según esta irlandesa del norte, le permite “construir, superponer, excavar, deconstruir y fragmentar a los fines de revelar los vínculos entre el pasado, el presente y el futuro, entre los recuerdos materiales, culturales y personales, y asimismo explorar cualidades contrastantes como la fuerza, la falibilidad, la permanencia y la pérdida”.