La Cámara del Crimen porteña confirmó el procesamiento del ex futbolista de Boca Juniors Alberto Márcico por el delito de "estafa" en la causa en la que está sospechado de vender departamentos de un emprendimiento inmobiliario que ya tenían dueños. Entre los presuntos damnificados se encuentra uno de sus excompañeros en Boca, el arquero Martín Herrera.
Este miércoles, los camaristas Ignacio Rodríguez Varela y Hernán López ratificaron el procesamiento que enfrenta el deportista junto a su hijo Lucas por "defraudación por desbaratamiento de derechos acordados y por estelionato", dictado por el juez Fernando Caunedo en marzo pasado. Estos delitos que contemplan penas de hasta seis años de cárcel.
El tribunal también confirmó los embargos sobre ambos, por 1,8 millones de dólares y siete millones de pesos.
El caso que compromete a Márcico
Luego de su retiro como jugador, Márcico se dedicó con éxito al negocio inmobiliario. En 2011, sin embargo, comenzó a enfrentar problemas judiciales luego de Herrera, exarquero cordobés y compañero de vestuario del ídolo xeneize, presentara una denuncia en su contra.
Según consta en la causa judicial, Márcico y su hijo Lucas acordaron la venta de 16 departamentos y seis cocheras con Marta Zulema Rondinella y de cinco departamentos y un local comercial con el exfutbolista Martín Herrera, en tres edificios que estaban construyendo. Con el tiempo, Rondinella y Herrera descubrieron que esas propiedades habían sido revendidas luego a otras personas.
“Siempre me pateaba para adelante. Me decía que no me los podía dar porque tenía que solucionar unos problemas. Así fue durante varios meses", declaró en ese momento Herrera, en calidad de testigo y damnificado, sobre los problemas que enfrentó cuando quiso tomar posesión de las propiedades.
Finalmente, se enteró que los departamentos que él le había comprado a Márcico habrían sido revendidos y que incluso ya había gente viviendo en los domicilios, hecho que terminó de comprobar cuando viajó a Buenos Aires y se entrevistó con Ariel Rodríguez, un representante de la inmobiliaria.
La investigación judicial
En su defensa, los Márcico dijeron que no había celebrado con los denunciantes un contrato de inversión inmobiliaria sino de inversión financiera.
Sin embargo, en el procesamiento de primera instancia la justicia determinó que "si Alberto José Márcico interpreta que firmó esos boletos de compraventa en garantía del préstamo de dinero tampoco debió disponer libremente de los inmuebles afectados a esa garantía".
La Cámara del Crimen porteña rechazó por el mismo motivo el argumento de los Márcico y decidió ratificar el procesamiento de ambos al dar por probadas, en esta etapa de la causa, "las maniobras en la que se involucró la empresa a la que pertenecían los imputados al prometer en venta a diversas personas las mismas unidades funcionales, dificultando así la consolidación del derecho en cabeza a alguno de ellos".