Cansades pero fortalecides y en las calles, así nos encuentra este nuevo 3J. A 7 años de un hito histórico en Argentina, Latinoamérica y el mundo, conversamos con militantes, activistas y organizaciones en distintos puntos del país, para conocer las discusiones, los puntos de tensión, acuerdo y encuentro que se tejen en los diferentes territorios.


Recuperar la manija

“La discusión de los feminismos en la escuela cambió el eje, pusimos en el centro la temática de los cuidados en nuestras casas: quienes hacen esas tareas, quién cocina, quién lee, quién tiene espacio para trabajar, quién limpia”, cuenta Maica Colantoni que tiene 17 años y participa del Centro de Estudiantes del Esnaola, en la Ciudad de Buenos Aires. Fue a todas las asambleas organizativas para el 3J, su voz contagia fervor y ganas de salir a la calle. A pesar de que hubo instancias de discusión y encuentro en los espacios estudiantiles, reconoce que “falta la manija” que había antes. Entró al secundario en el 2018, tras un año de tomas en las escuelas de la Ciudad contra la reforma educativa de Larreta, en un contexto en el que el aborto era el tema de debate en todos lados “era transformación política a cada momento, en la familia, en la escuela, en la calle. Muches tuvimos esa victoria, la conocemos. No todes vivieron la marea verde, ni presenciaron esas jornadas masivas en la calle”, reflexiona. 

Maica Colantonio

Con sus compañeres intentan compartir ese sentimiento a quiénes se suman a los debates, narrar la experiencia de las marchas, las vigilias, para transmitir las ganas y de a poco retomar las discusiones que quedaron pendientes y se pausaron con la pandemia: las nuevas masculinidades en espacios educativos, la maneras de relacionarse con los cuerpos, poliamor y monogamia. Este año las asambleas de estudiantes están atravesadas por una discusión concreta: los escraches en las escuelas secundarias. Maica señala a las instituciones educativas y familiares, por la falta de espacios para pensar entre pares los vínculos “tenemos que repensarnos, estamos teñidas por el sistema patriarcal. Con Milei y la nueva derecha en la juventud, hay mucha violencia, por ejemplo el bullying, algo que hoy está pasando y antes era impensado”, reconoce.

Orgullo villero

“Hace falta que salgamos de nuevo a la calle, hoy somos más compañeras que somos conscientes del tema de perspectiva de género y diversidad”, afirma Polla Ferreyra, de Villeres Disidentes en Ciudad Oculta. Hoy cuentan con casa propia, en la que organizan talleres de electricidad, escritura, ollas populares, apoyo escolar, un espacio abierto para todxs, pero con proridad hacia mujeres, lesbiana, travestis, trans y personas no binarias.Para Polla, lo más importante en la Villa es reconocer y poner en agenda las tareas de cuidado que siguen invisibilizadas en el barrio. 

Polla Ferreyra, por María Eugenia Sollas

Muchas vecinas no pueden salir a marchar porque se tienen que quedar a cargo de sus hijxs o trabajando “cocinar, gestionar los merenderos, son tareas que recaen sobre nosotros".Para este 3 de Junio desde la Red de Géneros Oculta, van a replicar el recorrido por el barrio que también hicieron para el 25 de noviembre y 8 de marzo “ocupamos los pasillos, intervenimos las paredes, todo eso deja impacto y muchas vecinas se asoman a las ventanas a ver qué está pasando”, cuenta y agrega que muchas mujeres van de la casa al trabajo “de repente en ese recorrido nos miran con una sonrisa, de complicidad cuando decimos: mujer que se organiza, no plancha más camisa”. Polla dice que ella aprendió así, escuchando “no juzgo a nadie porque estamos aprendiendo y verlo en mis vecinas me emociona”.

Reparación

La Casa Lohana y Diana es un espacio de encuentro para la comunidad travesti-trans. Funciona desde 2018 en Gregorio Laferrere (Bs. As). “Muchas chicas, ingresaron a trabajar”, cuenta orgullosa Florencia Guimaraes, activista travesti. Se realizan talleres de oficios, encuentros y asesoramiento, este año se sumó el sábado como opción para quiénes trabajan entre semana. En las rondas, de las que participan entre 10 y 15 personas, uno de los principales temas es la necesidad de generar empleo para quiénes tienen entre 40 y 60 años. También la Ley de Reparación, una indemnización para adultas mayores “queremos que el Estado pida perdón por todos los años de encarcelamiento, represión y criminalización”, detalla Florencia. A principios de mayo a raíz del décimo aniversario de la Ley de Identidad de Género, se lanzó una línea de apoyo económico para las personas travestis y trans mayores de 50, Florencia asegura que todavía no abrió el registro. La medida beneficiaría aproximadamente a 1000 personas “no hay muchas compañeras mayores de 60, esto demuestra, lo que venimos diciendo hace años, la expectativa de vida entre los 35 y 40 años”.

Florencia Guimaraes en primer plano.

La pandemia evidenció la falta de acceso a todos los derechos, principalmente salud y vivienda “para nosotras el quédate en casa nunca existió. Estábamos desesperadas con las cuestiones habitacionales, en los hoteles el tiempo se acababa y no había plata. La mayoría de las compañeras viven de la prostitución y no podían salir a la calle, poque te llevaban presa”. La situación de emergencia y la necesidad de cubrir la ausencia del Estado, les permitió generar lazos con otras organizaciones transfeministas de la zona. Florencia reconoce que en estos dos años hubo un quiebre en la fuerza política del movimiento LGTBI+ relacionado con el ingreso al Estado de “muchas compañeras, algo que apaciguó la furia que salíamos a manifestar en las calles”. Suma también que muchas organizaciones quedaron atrapadas en las cuestiones político partidarias y a veces “pierden el sentido de autocrítica”. El avance de los discursos trans excluyentes en Argentina y a nivel internacional, es una de las preocupaciones actuales en la Casa de Lohana y Diana, “no hay que subestimar, hay que organizarse, porque se replican en los medios, en proyectos de ley, en Viviana Canosa instalando que las travestis vamos a cobrar subsidios porque somos vagas”, denuncia Florencia.

Tortas al sur

El 7 de marzo, día de la visibilidad lésbica, nació la Asamblea torta Conurbana Sur. “Necesitábamos un lugar donde encontrarnos y acompañarnos, teniendo en cuenta que muchas veces los movimientos feministas más cisexistas no contemplan dentro de sus agendas las urgencias de las disidencias sexogenéricas”, cuenta Eli Hernández, integrante de la asamblea, que se reúne los fines de semana y ya realizó varias actividades la plaza de Escalada. La pregunta ¿Dónde está Tehuel? aparece en carteles, pegatinas y stenciles cuando intervienen el espacio público.

Eli Hernández, de la Asamblea Torta Conurbana Sur

“A partir del 2015 hubo una ampliación en términos de derechos, una ola del movimiento transfeminista, pero sigue pasando que nos desaparecen cuando vamos a buscar trabajo o nos detienen por portación de cara”, dice Eli refiriéndose al caso de dos pibes trans violentados por la policía la semana pasada en la estación de Lanús. Para las integrantes de la flamante “Asamblea torta Conurbana Sur” la fuerza está en recuperar y habitar las calles después de dos años de pandemia y aislamiento “se vio claro en el juicio por la Absolución de Higui, donde logramos generar espacios de encuentro y organización”. Incluso para visibilizar los cuerpos disidentes en territorios dónde las prácticas policiales y de varones cis “buscan adoctrinarnos y exponernos a situaciones de violencia”.

Contra la objeción de conciencia

En Río Grande, Tierra del Fuego, hace más de un mes que la Colectiva Feminista empezó a reunirse para coordinar la marcha del 3 de junio. Una ciudad en la que, a un año y medio de la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, el Hospital Regional sigue siendo objetor de conciencia. “Las compañeras son derivadas a Ushuaia, a más de 250 kilómetros de distancia, con todo lo que eso implica emocionalmente y sabiendo que jugar con los tiempos no es una posibilidad”, cuenta preocupada Agustina Ochoteco, que participa de la Colectiva. 

Agustina Ochoteco, de la Colectiva Feminista de Tierra del Fuego.

Desde la Campaña por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito a nivel regional elevaron reclamos a la gobernación, pero los obstáculos continúan afectando directamente a las personas con capacidad de gestar y colocando las creencias religiosas por encima de los derechos. Este año los nombres de Zulema Medina, víctima de femicidio, y Nicolás Cristal, un adolescente trans que se suicidó tras varias situaciones de discriminación y violencia en su casa, estarán al frente de las banderas durante el recorrido de la marcha en la ciudad. Agustina está muy entusiasmada por esta nueva convocatoria y espera que supere a la del 8 de marzo. Reconoce que bajó la participación en las manifestaciones los últimos dos años, pero de a poco se fue expandiendo y muchas marcharon por primera vez. Como espacio, reclaman también la erradicación de la cultura conservadora y patriarcal en la provincia. Un mecanismo que revictimiza cuando se realizan las denuncias en la comisaría y pone frenos en los procesos judiciales.

Una reforma judicial transfeminista

“Ni una Menos Mendoza”, funciona como un colectivo heterogéneo con más de 50 organizaciones activas. En la provincia gobernada por Rodolfo Suarez, un radical de Cambiemos, la Iglesia es un poder más de gobierno que junto con el Judicial replican prácticas violentas y misóginas. “Nuestra realidad es muy hostil, por eso en las asambleas tenemos una pluralidad política muy grande”, relata Silvia Fernández, periodista integrante de NUM Mendoza. “Es un momento muy importante para nosotras, volver a salir masivamente a las calles”, comenta Silvia. Este año el principal reclamo es el pedido de justicia por tres desaparecidas en democracia Gisela Gutiérrez (2015) Viviana Luna(2016) y Abigail Carniel (2021). “La Justicia no actuó, no hay respuestas para las familias, no hay nadie preso ni imputado”, además el gobierno provincial tampoco se pronuncia al respecto. Es por eso que este año se movilizan junto a los organismos de Derechos Humanos, las Abuelas y las Madres, les Nietes y les Hijes, quiénes acompañan los reclamos del colectivo.

Silvia Fernández, de Ni Una Menos Mendoza

La masividad callejera se viene recuperando desde el pasado 8 de marzo cuando millones de personas salieron a las plazas de todo el país. En Mendoza vivieron una de las marchas más numerosas, 25.000 personas. Para Silvia es esencial la masividad, porque es una forma de generar presión, imponer agenda y visibilizar los reclamos, “Mendoza es una provincia mucho más feminista después de ese primer 3 de junio, logramos construir colectivamente y a escuchar a nuestras abuelas, madres, a nuestras viejas feministas y a las pibas”, concluye.

La persecución como política de Estado

Después del último Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Jujuy (como se nombraba en ese entonces), se conformó la Multisectorial de Mujeres y Disidencias. Fue en 2006, cuando la lucha por la libertad de Romina Tejerina era una urgencia y uno de los principales reclamos en ese entonces. “Nunca abandonamos las calles, tuvimos durante la pandemia cinco femicidios en un mes, se recrudeció la violencia”, cuenta Miriam Morales, integrante de la multisectorial. “El doble femicidio de Ramona y Pamela Gorosito, en abril de 2022, demuestra la desidia estatal, una de ellas había hecho la denuncia siete veces por violencia de género, incluso hubo un pedido de restricción de acercamiento pero no se atendió”, lamenta y considera que es un caso de muchos que se replican en la provincia por la impunidad y complicidad entre el poder policial y judicial. En Jujuy te detienen por marchar, revela Miriam “nos hacen contravenciones, lo hicieron con la mamá de Iara Rueda, víctima de femicidio en Palpalá”, un caso que a finales de 2020 que provocó un levantamiento popular y la posterior sanción de la Emergencia por Violencia de Género. “Intentan desarticular los espacios con infiltrados, muchas compañeras tienen causas, la persecución es la política de Estado de Gerardo Morales”, afirma Miriam, al mismo tiempo que asegura que no lo van a lograr porque están movilizadas y organizadas. Por último agrega que desde la multisectorial piden la unificación del Encuentro en San Luis, porque consideran que es muy grave dividirse mientras avanzan los discursos reaccionarios y de derecha.

Respuestas territoriales

Pía Ceballos, activista travesti afroindígena y salteña, aún mantiene la emoción por las jornadas del tercer parlamento de mujeres indígenas por el Buen Vivir, realizado en la provincia el último fin de semana. Compartió discusiones con más de 250 personas de 20 naciones indígenas de la región del NOA que elaboraron un petitorio para presentarle al presidente Alberto Fernandez, en el que exigen que el chineo, la violación sistemática por parte de criollos a niñas indígenas, sea declararlo como crimen de odio y sea imprescriptible. 

Pía Ceballos

Pía, también forma parte de MTA (Mujeres Trans Argentina), con quiénes marchará este 3J “estamos discutiendo y tensando todo: queremos una reforma en el poder judicial, acceso pleno a todos los derechos, cumplimiento de la ley de cupo, ley de reparación y que cese la violencia de las fuerzas policiales sobre nuestros cuerpos”, enumera enfática. El primer NUM permitió poner en agenda las demandas de la población travesti - trans “a nosotras también nos matan, las compañeras mueren producto de una violencia sistemática y estructural”. La preocupación por el avance de la derecha es un tema común en las discusiones de las que participa Pia “en la provincia avanzan los feminismos radicales, también se ve en los medios y en los discursos de odio hacia nuestras identidades” y suma que ellas no quieren discutir con el feminismo transodiante, porque no reconocen sus identidades. Pía ya está participando de reuniones hacia el Encuentro Plurinacional en San Luis que se realizará en Octubre, “vamos a tener una agenda específica de personas travestis, trans y de las disidencias , queremos compartir nuestras realidades en los talleres”. Una bandera que se extenderá este 3 de junio en Salta y a lo largo del país es el sobreseimiento de Miranda Ruiz, una médica de Tartagal que está afrontando un proceso judicial por garantizar un aborto en el marco de la Ley, un intento de amedrentar a las y los profesionales de la salud.

Militantes por la salud

El pasado 28 de mayo, día de Acción Internacional por la salud de las mujeres, se hicieron actividades en varios puntos de la provincia de Santa Fe para reclamar la implementación de la Ley de Educación Sexual integral, la provisión de anticonceptivos y la aplicación plena de la Ley 27 610. A pesar de ser la provincia que produce misoprostol, casi el 80% de los Centros de Salud desconocen el 0800-222-3444 Del Ministerio de Salud de la Nación, así lo afirma Mariángeles Guerrero de la multisectorial de Mujeres de Santa Fe y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Segurio y Gratuito. “Estamos trabajando mucho en difundir información, porque un alto porcentaje de personas gestantes no tienen claro cómo acceder a ese derecho”, según indica el monitoreo santafesino de acceso a los cuidados de Salud Sexual, de los once departamentos del centro norte provincial. “Somos militantes por los derechos humanos, por la salud integral, por los derechos sexuales reproductivos y no reproductivos, son las mujeres y las disidencias sexuales las que sostienen los comedores populares, más en una situación de crisis económica”, dice Mariángeles y considera que hay un estereotipo de militancia relacionado con la masividad en las calles, sin embargo con sus compañeras entienden que los feminismos nunca dejan de activar y mucho menos en situaciones de crisis.

Unidad estratégica

“El pedido de justicia por el travesticidio de Aldana Lorens, asesinada a principio de año, es una de nuestras banderas”, relata desde el teléfono la voz firme de Victoria Stéfano, comunicadora de la Ciudad de Santa Fe e integrante de la Ronda de comunidades trans, travestis y no binaries. Victoria está convencida de que la popularidad del NUM en 2015, habilitó una discusión real sobre el sujeto político que los transfeminismos construyen en las calles, en los espacios de trabajo, en las escuelas, en los vínculos, en la militancia. Un debate que menguó por la pandemia, no porque dejara de existir, sino porque transmutó en fuerza militante en cada territorio. “El signo de ruptura del encuentro es la condenación de una serie de procesos donde asumimos que había discusiones que estaban saldadas, pero no lo estaban”, como ejemplo: los derechos de las personas trans, un tema que discute la sociedad, los discursos de poder y los medios de comunicación. 

Victoria Stefano (foto de Titi Nicola)

Para Victoria es necesario empezar a pensar pisos de acuerdo y abrazar esta crisis, este quiebre, tomarlo como un nuevo punto de partida y se pregunta “¿quiero construir con alguien que piense que las violencias que sufro son menos válidas?, enseguida respondo que no. Pero sé que hay muchas compañeras cis que nos abrieron enormes puertas y siento que es necesario seguir dando la discusión de forma estratégica, generando otros puntos de encuentro”. Para ejemplificar Victoria invoca a Lohana Berkins, la recuerda poniendose un pañiuelo verde de la Campaña, hablándole a las travas de la importancia de militar por el aborto para las personas con capacidad de gesrtar, y todo lo que esa discusipón implicaba en torno a poder decidir sobre nuetsros cuerpos. “El enemigo ya no es la pequeña misiva celeste que vimos en 2018, las derechas avanzan en todo el continente y hoy ya tienen representantes en el Congreso, ahí es donde se terminan los derechos”.