Con las elecciones legislativas en el horizonte cercano, aunque todavía sin candidatos firmes, en el Congreso ya se tejen especulaciones sobre posibles resultados. El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, auguró que la interna peronista “quitará protagonismo al kirchnerismo”, que “crecerá la representación legislativa” del sector del PJ que apuesta por “la gobernabilidad” y que, por lo tanto, el gobierno de Mauricio Macri tendrá en la segunda parte de su Gobierno el respaldo parlamentario para “avanzar en transformaciones estructurales como la reforma tributaria”. Transformaciones que, dentro del propio macrismo, extienden a la reforma jubilatoria con la ampliación de la edad para acceder al beneficio y hasta cierta flexibilización laboral. Desde el PJ sostienen, en cambio, que las promesas incumplidas del Ejecutivo a los gobernadores dieron por terminado en diciembre “el compromiso republicano” que tanto fruto le dio al oficialismo en el Senado.
El diálogo entre Monzó y la prensa se dio en el marco del agasajo que la presidencia de la Cámara de Diputados brindó a los periodistas por su día. En el Salón Delia Parodi de la Cámara baja y en una amplia ronda con una veintena de periodistas, Monzó arriesgó su pronóstico sobre el nuevo escenario parlamentario tras las elecciones de octubre. El diputado macrista se explayó más sobre la interna peronista que sobre las aspiraciones de la alianza oficialista Cambiemos, con el kirchnerismo como eje de confrontación del Gobierno. Para Monzó, “la interna peronista le quitará protagonismo al kirchnerismo”, que ya fuera del poder no podría imponer sus candidatos en las listas de legisladores.
Monzó sostiene que en esa puja prevalecerá el peso territorial de los gobernadores peronistas, que distanciados del kirchnerismo –según su opinión– llevarán al Congreso y a la Cámara de Diputados en particular a legisladores comprometidos “con la gobernabilidad” y más proclives a negociar con el gobierno nacional. Una ecuación que, para Monzó, le permitirá al gobierno de Macri avanzar con “reformas estructurales”, que el presidente de la Cámara baja asoció “con proyectos como la reforma tributaria”, en la que el Ejecutivo ya trabaja.
Sin embargo, en el mismo ámbito, otros referentes macristas se animaron a ampliar el horizonte de las reformas estructurales por las que irá el Gobierno: allí incluyeron la “reforma del sistema jubilatorio” –que desde el Gobierno por ahora niegan y que aspira a ampliar la edad para acceder al beneficio de la jubilación, entre otras cuestiones–; también apuntan a impulsar cierto grado de “flexibilización” para “bajar el costo laboral” que tanto preocupa al Presidente y los empresarios que lo respaldan.
Las respuestas de diputados peronistas del interior del país y con peso propio en la bancada del FpV-PJ –consultados por este diario– dieron por tierra con el pronóstico de Monzó. “La posible migración de diputados a un bloque justicialista es un sueño del oficialismo. Si fuera así tiene un concepto erróneo sobre el tamaño del peronismo, porque el Bloque Justicialista no superó los 17 miembros. El peronismo está representado por el bloque del FpV-PJ. Ahí está el peronismo”, sostuvo uno de ellos.
Conocedores del pago chico, también expusieron sobre el papel de los gobernadores. “Es verdad que en estas elecciones los gobernadores van a tallar más en el armado de las listas de diputados, pero eso no significa que el Ejecutivo podrá influir en los mandatarios provinciales como vino haciendo hasta diciembre pasado cuando terminó el ‘compromiso republicano’ que tanto fruto le dio en el Senado”, dijeron. “Ya saben que el Ejecutivo pide, promete y nunca cumple, entonces no serán sumisos como hasta ahora, pero tampoco son alocados y revolucionarios. En todo caso, las negociaciones van a ser más duras”, agregaron ante PáginaI12.
Luego analizaron los aspectos que, a su juicio, aportaron logros al oficialismo: “Sólo hay tres gobernadores que tienen bien administradas sus provincias y están hace años al frente de los poderes ejecutivos. Gildo Insfrán, Alberto Rodríguez Saá y Carlos Verna. El resto son nuevos, sin experiencia y se comieron las invitaciones, las fotos, las sonrisas y promesas del PEN. Eso cambia”. Y sentenciaron: “Hasta el año pasado algunos pensaban que si se llevaban bien con la Rosada luego serían más fuertes a nivel del peronismo, pero la realidad les demostró lo contrario. Siguen siendo gobernadores, pero el poder se les diluye cuando se acercan a los límites de sus provincias”.