Enojados (y preocupados) por el armado de las listas, diputados y senadores nacionales de la UCR le exigieron a las autoridades partidarias que se planten frente al “dedazo” del PRO en el reparto de los lugares en las boletas. Durante una extensa reunión, los radicales expusieron el escenario electoral en cada provincia y rechazaron el veto ejercido por la Casa Rosada en distintas provincias donde sus candidatos son competitivos. El distrito más conflictivo actualmente es Córdoba, donde el macrismo le bajó el pulgar a Diego Mestre, hermano de Ramón, el intendente de la Capital. Pero la situación se replica en el resto de los distritos grandes como Capital Federal, Buenos Aires y Santa Fe. Según los cálculos que se manejaban ayer en la reunión, el PRO podría obtener después de las elecciones entre 8 y 12 diputados más que el radicalismo, arrebatándole el dominio de Cambiemos en la Cámara baja. “No puede haber imposiciones”, advirtió el titular de la Convención radical, Jorge Sappia.

Diputados y senadores de todo el país comenzaron a llegar al Hotel Savoy pasado el mediodía. El encuentro fue producto de la reunión de bloque de la semana pasada, en la que los diputados exigieron una reunión urgente con el presidente del partido, José Corral. “Hubo un repaso de todas las provincias, tenemos la vocación de consolidar Cambiemos y queremos también tener la mayor representación posible”, afirmó Corral, tratando de hacer equilibrio entre el enojo de sus correligionarios y el cuidado de la relación con el Gobierno. En declaraciones luego de la cumbre, Corral señaló que “el radicalismo tiene una posición unificada para mejorar la representación del partido dentro de Cambiemos”. “La UCR liderará los dos tercios en Diputados porque va a encabezar la mayoría de las listas, queremos mantener el mismo número de la elección de 2013”, completó.

Lo cierto es que el macrismo no quiere primarias en ningún distrito y no está dispuesto tampoco a habilitar la candidatura de dirigentes radicales competitivos. En Santa Fe vetó la postulación de Mario Barletta y en su lugar impuso que encabece la nómina Albor Cantard, actual secretario de Políticas Universitarias. 

“Lo que vemos es que la situación de (Martín) Lousteau no era una excepción sino una pauta. Y la arbitrariedad no puede ser nunca una pauta”, disparó ayer una dirigente porteña de la UCR. La situación del ex embajador en Estados Unidos es paradigmática. El PRO y la Coalición Cívica decidieron no permitir que Lousteau pelee en las PASO y ahora no habrá ninguna fuerza que lleve oficialmente el nombre Cambiemos en el distrito. 

Ricardo Alfonsín fue el encargado de transmitir el malestar de varios dirigentes en provincia de Buenos Aires. Allí la gobernadora María Eugenia Vidal también les obstruyó la posibilidad de las PASO y de los tres lugares previstos para la UCR, les impuso que el primero será para Facundo Manes, el neurocientífico de origen radical pero sin pertenencia ni militancia en el partido. “Lo mejor para Cambiemos era que en la provincia fuéramos a las PASO, para que quienes no quisieran votar a la oposición, pero no estuvieran conformes con el PRO, pudieran elegir qué ala había que reforzar de Cambiemos”, afirmó ayer Alfonsín, quien ratificó que no buscará renovar su mandato.

En este contexto, ayer los radicales reafirmaron que el Comité Nacional defenderá la autonomía del radicalismo para elegir a sus candidatos en cada distrito. “No aceptamos el veto arbitrario”, remarcó un diputado en diálogo con PáginaI12. Además, adelantaron que se va a “penalizar” el negocio del radicalismo “personal”. Es un mensaje para aquellos radicales que, como podría suceder en la Ciudad de Buenos Aires, acepten integrar una lista de candidatos que no sea la avalada por las autoridades de cada distrito. “El radicalismo duró 100 años porque tiene reglas”, insisten en la UCR porteña. Con esa actitud le marcaron la cancha a Facundo Suárez Lastra y Jesús Rodríguez, los dos dirigentes radicales que suenan como posibles candidatos en la lista que encabezará Elisa Carrió. “Cuando Manuel Garrido fue candidato por el GEN fue expulsado del partido”, amenazaban. 

De todas maneras, el ala menos optimista de la UCR daba ayer prácticamente por agotadas las negociaciones con el PRO y se resignaba a rediscutir el rol del radicalismo en la coalición después de la elección.