Pocas personas podrían negar la importancia de la Economía en la educación formal y lo necesaria (por no decir imprescindible) que resulta su incorporación en los niveles obligatorios de escolaridad. Más aún, por la actual realidad local y regional los “temas económicos” tienen una presencia considerable en la agenda mediática y en el debate político, pero sobre todo porque se viven (y se padecen) en la vida cotidiana.
De acuerdo a algunos autores, la Economía resulta fundamental en la educación formal y obligatoria por su aporte a la formación ciudadana. Especialmente, para brindar algunas herramientas conceptuales básicas para comprender, de manera crítica y reflexiva, no solo fenómenos económicos complejos como la inflación, el desempleo, la renta de la tierra, la desocupación, la pobreza, la deuda externa o el desarrollo, sino principalmente procesos sociohistóricos centrales como la conquista, sustracción y restitución de derechos, la construcción de los Estados y la definición de políticas públicas. También, se señala la necesidad de su incorporación desde el inicio de la escolaridad para contribuir en lo que se denomina la “alfabetización económica” de las personas, elemento clave en la formación ciudadana.
Las y los docentes son, con independencia del nivel educativo, modalidad y disciplina en la que desempeñen su tarea, antes que nada, trabajadores culturales e intelectuales. Tienen en sus manos la enorme responsabilidad de transmitir a las nuevas generaciones “los pedacitos de cultura” que como sociedad se consideran valiosos. Por su parte, las y los recién llegados tienen derecho no sólo a recibirlos sino a hacer con ellos lo que deseen para seguir construyendo el mundo. La enseñanza de la Economía, tanto en los espacios de formación obligatoria y no obligatoria, contribuye a delimitar esas claves epocales que permiten comprender en qué mundo se inscribe nuestras prácticas sociales.
Desde la temprana infancia, ya se adquieren nociones básicas sobre el funcionamiento de la economía, de sus formas y relaciones más simples como valor, trabajo asalariado, mercado o dinero, entre otras, que resultan necesarias para la vida en sociedad. Sin embargo, es sumamente llamativo el hecho de que, en Argentina, es posible transitar toda la educación formal obligatoria sin haber visto en ningún espacio curricular contenidos específicos de Economía.
Economía y Contabilidad
En la escuela secundaria, la Economía ha ocupado históricamente un lugar bastante marginal dentro del curriculum. Estuvo presente en la antigua escuela comercial, pero en un lugar acotado y relegado por el amplio espacio de la Contabilidad dentro de las materias del plan de estudios de una escuela secundaria que había nacido con una matriz elitista y excluyente. Posteriormente, en la década del 90, con la sanción de la Ley Federal de Educación y el surgimiento del Polimodal, la Contabilidad pierde cierto terreno y se achican sus espacios curriculares, pero eso no implicó que la Economía lo ganase. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires se incluyó la asignatura en el último año del plan de estudios dentro de dos de las orientaciones de la modalidad bachiller, tramo de la escuela que todavía no era obligatorio. Los contenidos de esas materias presentaban un sesgo marcadamente ortodoxo (y por tanto, poco o nada crítico) que respondía a la influencia del neoliberalismo de la época.
Con la sanción de la Ley Nacional de Educación en 2006, y la reforma la escuela secundaria se extiende la obligatoriedad hasta el último año del nivel y se apunta a una escuela inclusiva que forme para el ejercicio pleno de la ciudadanía.
En este contexto, se inicia un nuevo proceso de reforma curricular que muestra una diversidad de situaciones en las diferentes regiones y provincias que conforman el sistema educativo nacional, donde cada distrito fue adecuando su propia escuela a la nueva ley. En lo que refiere a la presencia de la Economía en los planes de estudios y también al enfoque de sus contenidos, se observan situaciones muy disímiles.
Situación en las provincias
Un relevamiento realizado por el Área de Economía del Instituto del Desarrollo Humano de la UNGS da cuenta de algunas particularidades que presenta el estado actual de la enseñanza de la Economía en la escuela secundaria argentina.
Hay provincias como la de Buenos Aires donde la carga horaria se incrementó y se incorporó una materia de Economía más dentro del plan de estudios, pero donde su presencia sigue limitada a dos orientaciones de las ocho de la modalidad bachiller.
En la Ciudad de Buenos Aires en cambio, Economía aparece incluida dentro del tramo general del ciclo orientado de la escuela secundaria por lo que es un espacio curricular por el que cualquier estudiante debe transitar con independencia de la orientación que elija. No obstante ello, los contenidos de la CABA muestran un enfoque con mayor predominio de la ortodoxia en relación a los de la provincia.
En otras provincias como Mendoza, San Juan, Salta y Catamarca, Economía aparece también como asignatura transversal en todas las orientaciones de la escuela secundaria, al igual que en la CABA. No ocurre lo mismo en otras jurisdicciones como Córdoba, Río Negro o Jujuy donde, al igual que en provincia de Buenos Aires, la Economía no forma parte del tramo común de materias de la modalidad bachiller.
Contenidos
En lo que respecta al sesgo de los contenidos, hay algunos resultados alentadores para quienes promovemos la enseñanza heterodoxa y plural de la disciplina. La incorporación de la Economía Política en la provincia de Buenos Aires lleva ya varios años de implementación y representa un claro avance en ese sentido. Más allá de la inclusión de una perspectiva estructuralista y latinoamericana, la restitución de la “política” en su denominación es una decisión epistémica central que pone en tela de juicio la artificiosa separación que la perspectiva neoclásica introdujo (que es todavía hegemónica) entre economía y política. También la inclusión de la Economía Social y Solidaria en Mendoza, San Juan y Jujuy es otro hecho destacable y significativo en cuanto al enfoque de contenidos.
La enseñanza de la Economía en la escuela secundaria argentina presenta una situación heterogénea pero que, en términos generales, permite reconocer experiencias que intentan cuestionar la mirada del “pensamiento único” propuesto por el enfoque ortodoxo.
Queda como desafío para futuras reformas curriculares la inclusión de la materia economía política como asignatura del cuerpo común a todas las orientaciones en el nivel secundario, su incorporación en contenidos específicos de la formación de maestros, maestras y profesores del nivel inicial y primario con el objetivo de que se puedan desnaturalizar y enseñar nociones económicas desde el inicio de la escolaridad obligatoria. Asimismo, se hace necesaria la incorporación de los aportes de la economía feminista y la economía ecológica dentro de los contenidos curriculares.
Creemos que la enseñanza de la economía política desde una perspectiva crítica y descolonizada es una puerta de entrada imprescindible para la construcción de una ciudadanía plena, único camino hacia una sociedad cada vez más justa, igualitaria y democrática.
* Docente UNGS-UNM-ISFD N 42. [email protected]
** Docente ISFD Nº41. UNLZ FCS (CEMU). [email protected]