(A continuación, un mini spoiler de Succesion)

Succesion es una serie de HBO que relata las disputas de poder dentro de una familia liderada por el magnate ultra millonario de un conglomerado de medios, entretenimiento y turismo. En un momento de la trama, se plantea que dentro de la línea de cruceros que tiene esta empresa hubo situaciones de abuso sexual y se llamó a una de las sobrevivientes a declarar frente a un jurado. Sin embargo, antes de que ella se presentara en la corte, una de las integrantes de la familia la persuadió de que no lo haga: le dijo que muchos no le creerán, que su nombre aparecerá en los buscadores de Google para siempre asociado a un escándalo, que la gente se reirá de ella y no la tomarán en serio, que la convertirán en un chiste y que su reputación terminará perjudicada.

El jurado del juicio de difamación de Johnny Depp contra Amber Heard decidió que ella tendrá que resarcirlo a él por 15 millones de dólares, tras un proceso que fue visualizado en tiempo real por millones de personas, como si se tratara de un reality show inventado por los guionistas de la serie distópica Black Mirror. Más allá de la decisión tomada por los magistrados, y las evidencias mostradas entre ambas partes, (que expusieron para deleite de los espectadores el lado más tóxico de su relación), las redes sociales ya plantearon quién es su héroe definitivo y no hace falta decir quién es. La búsqueda de Google “Amber Heard Meme” arrojó 62,700,000 de resultados en 0,45 segundos y son todos ridiculizando a la actriz. En TikTok y Twitter la mayoría de hashtags hacen referencia a que es una mentirosa, una psicópata y quién merece verdadera justicia es Johnny, que es mostrado como un tipo canchero y tranquilo, frente a las imágenes infinitas de ella llorando o expresando ira o angustia.

Y esta nota no es para discutir, como muchxs plantearon, si este es el final del #MeToo y de la cultura de la cancelación. O si Amber Heard, una actriz blanca, millonaria y con muchísimos más privilegios y recursos que otras que se suben a un estrado desde el anonimato y con escasas herramientas legales, puede representar la lucha de un movimiento de mujeres masivo, global y popular que durante años militó para que las víctimas de abuso sexual sean escuchadas y creídas. Sino para preguntarnos: ¿qué sentidos hay detrás de eternos memes que se hicieron contra ella? ¿Qué sentidos operan? ¿Qué voces evocan?

Durante casi el mes que duró este juicio, cada movimieno de Amber fue escrutado, segmentado y diseccionado por una avalancha de internautas que la convirtieron no solo en la malvada del momento, la leprosa a la que nadie quiere acercarse, sino también en un meme viviente, socavándola y transformándola en una imagen de dos dimensiones que se volvió el blanco de una catarata de burlas. Los memes no solo sirven para ridiculizar, sino también para deshumanizar a quienes los protagonizan, abriendo la puerta a los señalamientos con rienda suelda y comentarios más crueles porque, ¿quién sentiría culpa de reírse del personaje de un meme, o de la plantilla de un meme?

Sin embargo, más que sentir “culpa” o hacer juicios moralistas, podemos decir que el litigio de Johnny Depp contra Amber Heard planteó interrogantes acerca de la violencia doméstica y su complejidad. Pero la “memificación” de este proceso transformó la discusión en una clocaca que conjugó morbo, suerficialidad, espectacularización y sobreexposición, que canceló cualquier debate. Porque así funciona el juego de internet. Desde la respuesta rápida y la crueldad sin límites. Y, sin dudas, le hizo al juego a personajes que ganan votos definiéndose como antifeministas y cada vez tienen mayor poder legislativo y popularidad.

Estos potentes dispositivos de comunicación no permiten más lecturas que una dirección inequívoca y no dan lugar a réplicas o a problematizaciones. Vanalizan y sesgan la información delimitándola a una viñeta. Su mensaje va directo al hueso y, en su repetición, construyen la sintaxis dogmática de una narrativa clara: Amber es una mentirosa y merece el escarnio público. Si estuviésemos en la edad media, su destino sería terminar prendida fuego en una plaza mientras los espectadores aplauden. Pero como estamos en el 2022, las redes sociales la apedrean transformándola en una caricatura grotesca. Johnny, por otro lado, es construído como un winner y la víctima de una mujer ambiciosa con una salud mental deteriorada. Si aparece en un meme, es para mostrarse como un campeón y cosechar likes por doquier.

Como en la serie Succesion, la pregunta es: ¿quién es la próxima que se animaría a declarar en un juicio contra un presunto abusador, si ya vimos lo que le pasó a Amber? ¿Quién se atrevería a poner su reputación en juego, sabiendo que puede transformarse en un hashtag viral si no contenta a una audiencia dispuesta a trollearla? Y aunque muchas estrellas ya fueron víctimas de memes por no cumplir con estándares de belleza hegemónicos, acá no se puede decir lo mismo porque ella es, justamente, la imagen de la bomba rubia perfecta: aquí el goce está en ver a una princesa de Hollywood destriparse en vivo.

Más allá de si sus alegatos sean legítimos o no, este juicio sentó un precedente: cualquiera puede ser la futura cara de un meme, sobre todo si es una mujer con un perfil público que se enfrenta a una estrella de Hollywood con millones de fans que lo adoran y que quieren ver en él la revancha contra el movimiento #MeToo. Y los trolls de la derecha que militan por el “día del hombre” están afilando los colmillos para ver quién es la próxima.


Este juicio trascendió a Johnny y a Amber como sujetos individuales. Como si se tratara de una obra de teatro, ambos encarnaron ansiedades sociales, personajes estereotipados y un deseo colectivo proveniente de un sector amenazado por el feminismo que depositó en la actriz su odio hacia este movimiento. Y los memes que hicieron sobre ella son el eco de estas voces. Porque en un contexto donde la derecha reaccionaria avanza globalmente militando discursos como el de #NadieMenos y “las mujeres inventan abusos sexuales para perjudicar la carrera de hombres inocentes”, este juicio es un escenario ideal para apalancarse. Y nada mejor que un meme -contundente, cerrado y de lectura rápida- para lanzarse como un dardo y cimentar estas narrativas.

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