La historia que sensibilizó a todo un país terminó con un final feliz. Este jueves a media mañana el perro Coco se reencontró con su dueño Franco, tras cumplir los 10 días de cuarentena por orden del Senasa, y emprendió camino rumbo a Córdoba. Si embargo, el aislamiento no termina, porque ahora debe permanecer 20 días más sin contacto con otros animales, pero en la tranquilidad de la casa familiar y no en un canil en el Aeropuerto Internacional Ezeiza.


Luego de recibir la vacuna antirrábica, el perro que nació en Polonia, emprendió su viaje en auto a las sierras cordobesas en el Día Nacional del Perro. Minutos antes de las 10 de la mañana, la veterinaria de la familia llegó al predio para aplicarle la inyección reglamentaria. Además de la médica y el dueño del can, en el lugar estuvo presente una representante de abogada de la familia para garantizar que el trámite se concrete de manera adecuada.

En diálogo con la prensa, Franco agradeció el apoyo brindado por la sociedad para destrabar la situación de su mascota y adelantó que van a quedarse por un tiempo en Argentina, hasta que la familia decida dónde será su nuevo destino. Además, aportó un detalle referido a al transporte seleccionado para viajar a Córdoba: van a hacer el trayecto en auto para evitarle a Coco posibles malas experiencias en los aeropuertos. 

La historia de Coco conmovió tanto a la opinión pública que hasta crearon la cuenta de Instagram @liberen_a_coco”, en la cual difundieron fotos y videos durante la semana para informar sobre la situación del perro, quien permanece encerrado en una jaula donde cumple el aislamiento.

Arribo a Ezeiza y cuarentena

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) decidió el pasado jueves 26 de mayo que el perro “Coco” haga la cuarentena y sea vacunado contra la rabia en un espacio cedido por la Aduana, en la zona primaria del aeropuerto internacional de Ezeiza. El perro había llegado al país desde España junto a sus dueños Franco y Camila.

De esta manera, el can que arribó sin su Certificado Veterinario Internacional (CVI) y con la dosis antirrábica vencida hacía ocho días, quedó en custodia "hasta que se defina su regreso al país de origen". En un comunicado, el Senasa destacó que el ingreso del perro al país ponía potencialmente en riesgo a la población, porque la rabia es una enfermedad que también afecta a los seres humanos.

"El país de origen es el responsable de autorizar el embarque de los animales con la documentación sanitaria exigida por el país de destino", reiteraron. "En este caso puntual, ni la condición de salud ni la vacunación antirrábica, que además está vencida, fueron avaladas por el servicio veterinario del país de origen (Hungría) con lo cual, la situación sanitaria de este animal es desconocida y, por lo tanto, correspondería su reexportación", concluyeron.