Independiente atraviesa un duro momento desde lo económico y lo institucional, con deudas con varios ex futbolistas y el plazo vencido para convocar a elecciones presidenciales, mientras que el entrenador Eduardo Domínguez se queda sin suplentes para la temporada.
El técnico continúa esperando por los refuerzos mientras se le desarma el plantel con las bajas de Gonzalo Asís, Thomas Ortega y Gastón Togni, todos apartados por no ser tenidos en cuenta, y Domingo Blanco, Andrés Roa y Carlos Benavídez, quienes no renovarán su contrato con la institución y se irán libres a finales de junio.
La primera determinación es para presionar a la dirigencia y que se mueva para conseguirle los refuerzos pedidos, la segunda es una decisión directiva frente a la determinación de los propios futbolistas de irse en condición de libres, en un mercado que cerrará el 7 de julio en el país y a principios de agosto en el resto de las ligas.
Para colmo, Juan Cazares y Gerónimo Poblete, que arribaron desde Ucrania por la guerra con Rusia, podrían descontinuar su presencia porque finalizan el contrato firmado hasta el 30 de junio.
En principio, Cazares se quedará hasta diciembre, como arregló de palabra, pero Poblete tiene serias chances de emigrar a Lanús, que le acercó un ofrecimiento formal.
Por el lado de los refuerzos no hay novedades para Domínguez, que solicitó un marcador central, un lateral izquierdo, un mediocampista interno y dos delanteros, uno por dentro y otro por afuera.
Los nombres que sonaron y se esfumaron con el correr del tiempo fueron Iván Marcone, un clásico de los mercados de pases por su fanatismo por el club, Martín Cauteruccio, Emanuel Gigliotti y Rodrigo Aliendro, el único que todavía no rechazó formalmente la propuesta.
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