Una investigación de Amnistía Internacional (AI) en El Salvador determinó que las autoridades estatales estarían perpetrando "graves violaciones a los derechos humanos" en el marco del estado de excepción vigente desde fines de marzo. La organización denuncia que al menos 18 personas han muerto bajo tutela del Estado durante los poco más de dos meses del decreto de emergencia que busca combatir a las pandillas en el país centroamericano. Este informe se da a conocer cuando empieza el cuarto año de gobierno del presidente Nayib Bukele, quien el miércoles por la noche dio un discurso a la nación en el que aseguró estar ganando la "guerra contra las pandillas".
Casos de tortura y malos tratos
"Tras entrevistar a víctimas y sus familiares, organizaciones de derechos humanos, periodistas, operadores de justicia, sindicalistas y líderes comunitarios, hemos concluido que aquí hay una situación de graves violaciones a los derechos humanos", sostuvo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de AI, durante una conferencia de prensa en San Salvador. Guevara Rosas indicó que, en las últimas semanas, AI "documentó en profundidad 28 casos emblemáticos de violaciones a los derechos humanos que corresponden a 35 personas".
"Hasta el 28 de mayo se reportaban al menos 18 personas muertas bajo tutela del Estado durante el régimen de excepción. Dada las precarias condiciones carcelarias, existe el temor fundado de que el número de víctimas fatales pudiese incrementar en los siguientes días", dijo la abogada, quien denunció "casos de tortura y malos tratos" en los centros de detención y prisiones, además de detenciones indiscriminadas.
"El país más seguro de América latina"
El presidente Bukele aseguró el miércoles por la noche que su país está "muy cerca de ganar la guerra contra las pandillas", en un mensaje ante el Congreso transmitido en cadenas de radio y televisión con motivo de su tercer año de gobierno. Bukele recordó que desde el fin de la guerra civil (1980-1992) las pandillas o maras habrían sido las causantes de la muerte de al menos 120 mil personas.
El Salvador, con unos 70 mil pandilleros, lucha por escapar de la lista de los países con más homicidios del mundo. Luego del asesinato de 87 personas en el país del 25 al 27 de marzo, el Congreso, controlado por aliados del gobierno y a pedido de Bukele, decretó un estado de excepción que fue prorrogado por la Asamblea Legislativa.
La "guerra" de Bukele contra las pandillas puso a miles de soldados a patrullar las calles y llevó en los últimos dos meses a la cárcel sin orden judicial a más de 36 mil presuntos integrantes de las maras, que se suman a 16 mil más que ya se encontraban en prisión. El mandatario dijo que gracias a las acciones tomadas por su gobierno el país va a pasar de ser el "más inseguro del mundo al país más seguro de América latina", y puso como ejemplo que en mayo solo se registraron 17 homicidios en el país.
"Populista y autoritario"
El discurso de Bukele despertó fuertes críticas en la oposición. El secretario general del Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), Óscar Ortiz, dijo que los "procesos populistas y autoritarios envejecen rápido y muy mal". "Más temprano que tarde, esta etapa oscura y sus protagonistas tendrán que rendir cuentas por sus abusos, ilegalidades, mentiras y errores", escribió el dirigente izquierdista en su cuenta de Twitter.
Por su parte el referente de la bancada del partido centroderechista Arena, René Portillo Cuadra, aseguró que Bukele "se dedicó a atacar a la comunidad internacional" y "en ningún momento habló de los proyectos ni de las promesas cumplidas".