El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió este jueves prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad en un sorpresivo discurso que tuvo lugar después de varios tiroteos masivos en el país, con decenas de víctimas fatales.

"Necesitamos prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad. ¿Cuántas matanzas más estamos dispuestos a aceptar? Y si no podemos prohibir las armas de asalto, deberíamos aumentar la edad para comprarlas de 18 a 21 años", manifestó Biden.

En esta línea, el mandatario demócrata calificó de "inconcebible" la negativa de la mayoría de los senadores republicanos a votar normas más estrictas sobre las armas de fuego, en medio de las conversaciones en las un grupo de nueve senadores republicanos y demócratas buscan acordar medidas de control con el apoyo de legisladores de ambos partidos.

"Es hora de que el Senado haga algo; los congresistas no pueden fallarle otra vez al pueblo estadounidense", remarcó.

En otro momento de su discurso, sentenció que con estas medidas no se busca "quitarle derechos a nadie" sino "proteger a las familias".

"No se trata de arrebatarle los derechos a nadie. Se trata de proteger a los niños, de proteger a las familias. Se trata de proteger a comunidades enteras. Se trata de proteger nuestra libertad para ir a la escuela, a una tienda de comestibles, a una iglesia sin ser asesinado a tiros", exclamó.

Según Biden, los supervivientes de las masacres tienen un mensaje para los políticos: "Hagan algo, solo hagan algo, por el amor de Dios, hagan algo, porque después de Columbine, después de Sandy Hook, después de Charleston, después de Orlando, después de Las Vegas (...) no se ha hecho nada".

En tanto, también pidió mayor asistencia a la salud mental. "Aún antes de la pandemia, los jóvenes ya tenían problemas, hay una crisis muy seria de salud mental, tenemos que tener más consejeros, más servicios de salud mental y personas que actúen como mentores. Esta gente no los va a sanar, pero si ayudar", insistió.

"Escuchamos el llamado y vamos a decir que vamos a actuar. Qué Dios bendiga a las familias que han pasado todo esto", cerró.

Horas antes de que el jefe de Estado diera este discurso sorpresivo, cinco personas resultaron heridas durante un tiroteo en un cementerio de la ciudad de Racine, estado de Wisconsin, durante el entierro de un hombre muerto por la policía.

"A las 14.26 horas (hora local) se han producido múltiples disparos en el cementerio de Graceland. Hay víctimas, pero se desconoce cuántas en este momento. La escena sigue activa y se está investigando", ha precisado la Policía de Racine en su cuenta de Twitter.

El hecho se suma a lo ocurrido durante el miércoles cuando un hombre armado mató a un cirujano y a otras tres personas en el Hospital Saint Francis de Tulsa, en el estado de Oklahoma.

Sin embargo, el caso que mayor repercusión tuvo sucedió el 24 de mayo pasado, cuando un ataque armado dejó al menos 21 personas fallecidas, 19 de ellas niños y dos adultos, en la escuela de primaria Robb de la ciudad de Uvalde, en el estado de Texas, en el sur de Estados Unidos.