En medio del escándalo por sus vínculos con Rusia, el presidente Donald Trump finalmente propuso al nuevo director del FBI para reemplazar al despedido James Comey. Christopher Wray, ex subsecretario de la división criminal del Departamento de Justicia en la gestión de G. W. Bush, fue elegido hoy por el republicano, justo antes de que altos cargos del FBI, incluido Comey, testificaran ante el Senado por la investigación que analiza los lazos de la campaña del flamante mandatario con Rusia. Ahora será el Senado el que deberá aprobar su candidatura.
Trump anunció su decisión por Twitter, su canal de comunicación predilecto, y calificó a Wray como “un hombre de credenciales impecables”. Recibido en Yale y considerado un “veterano de la justicia estadounidense”, el casi seguro nuevo jefe del FBI tiene 50 años y fue una de las piezas clave del gobierno de George W Bush y representó a muchas de las 100 compañías más ricas del país, que han sido objeto de investigaciones estatales y federales.
La tarea de Wray no será fácil, porque su nominación llega un día antes de la comparecencia pública ante el Senado del ex director Comey, a quien el líder republicano expulsó de su puesto hace algo más de un mes “por ineficaz”, mientras lideraba la investigación sobre la posible incidencia rusa en las elecciones de noviembre y por el filtrado de los mails de Hillary Clinton. Esta decisión empañó la imagen pública del presidente porque, según una encuesta de la cadena ABC y The Washington Post publicada hoy, 61 por ciento de los estadounidenses cree que lo despidió para "protegerse a sí mismo", mientras que 27 por ciento opina que lo hizo "por el bien del país".
El ex jefe del FBI había escrito documentos en lo que detalla que Trump le instó a poner fin a las pequisas contra Michael Flynn, el ex ministro de Seguridad Nacional que tuvo que renunciar en febrero después de mentir sobre sus contactos con funcionarios rusos. Incluso, según el Washington Post, el republicano también ejerció presión sobre el director nacional de inteligencia, Dan Coats, para que lo convenciera de abandonar la investigación.
En medio de los testimonios que recibe el Senado, hoy la cabeza de la Inteligencia Nacional, James Claper, dijo a la prensa que “los eventos que están ocurriendo en Washington son más serios que el escándalo de Watergate” que enfrentó el ex presidente Nixon. Claper se refirió primero, a la crisis diplomática que generó Trump al compartir información confidencial con Rusia, pero además criticó la separación a Comey y la calificó como “atroz e inexcusable”.
Trump sostuvo a la prensa más de una vez, y lo ratificó al echarlo por Twitter, que Comey le había informado en tres ocasiones que la investigación no lo incluía, pero éste lo desmintió y se espera que lo vuelva a hacer mañana ante la Comisión de Inteligencia del Senado.