Lula irrumpió en la vida política brasileña en las huelgas del ABC industrial paulista, que rompieron la política de contracción salarial, eje fundamental de la dictadura militar. A partir de ahí, Lula se convenció de que la lucha sindical no era suficiente, era necesario dar la lucha política. Así, participó en la fundación del PT, el primer partido de los trabajadores en la historia de Brasil. Fue candidato a la gobernación del estado de São Paulo, como su primera participación electoral. Años más tarde fue diputado constituyente. Luego, por primera vez, en 1989, fue candidato a la presidencia de Brasil, llegando a la segunda vuelta y siendo víctima, de manera abierta, de la edición del debate de segunda vuelta, para que la derecha eligiera a Fernando Color de Melo.
Lula volvió a postularse para presidente de Brasil en 1994 y 1998, siendo derrotado. En 2002, Lula finalmente logró ser elegido presidente por primera vez. Fue el primer trabajador y líder sindical en convertirse en presidente del país. Hizo los gobiernos más importantes de la historia de Brasil, habiendo sido reelecto para un segundo mandato en 2006. Centrado en las políticas sociales, logró reducir las desigualdades sociales y regionales, crear más de 22 millones de empleos formales, elevar el salario mínimo en un setenta por ciento por encima de la inflación, además de ser el presidente que más creó universidades públicas y escuelas técnicas. La mayoría de las universidades en el noreste, que paso’ a tener más estudiantes universitarios que el sur del país.
Lula dejó la presidencia de Brasil en 2010, con un 87 por ciento de apoyo, a pesar de sufrir un ochenta por ciento de referencias negativas en los medios, que siempre se han opuesto con fuerza a su gobierno. Lula eligió a su sucesora en 2010 y la ayudó a ser reelegida en 2014.
El nuevo golpe, en 2016, impidió que Lula fuera candidato y elegido presidente de Brasil nuevamente en 2018, cuando, aunque estaba en prisión, era favorito para ser elegido presidente en la primera vuelta. Brasil se habría librado del enorme sufrimiento que aún vive, por la acción criminal de los medios de comunicación y del Poder Judicial, que arrestaron y condenaron a Lula sin ningún fundamento, como tuvieron que reconocer luego.
Liberado y habiendo recuperado plenamente sus derechos políticos, Lula volvió a ser el favorito para volver a ser elegido presidente de Brasil. Retomando las experiencias exitosas de su gobierno, denunciando la debacle que representa para Brasil el actual gobierno y animando a los brasileños a que es posible rescatar al país, Lula es favorito para ser elegido presidente de Brasil, quizás incluso en la primera vuelta.
Consciente de que las encuestas reiteradamente le dan ventaja a Lula, el actual presidente vuelve a amenazar con algún tipo de golpe de Estado, para lo cual contaría, según él, con el apoyo de los militares. Contando con el apoyo del gran capital y parte de los evangélicos, aún logra capitalizar lo que sobrevive del antipetismo, insuficiente para triunfar, pero suficiente para darle el apoyo de alrededor del treinta por ciento de las preferencias en las encuestas.
A medida que pasa el tiempo y cada vez más amplios sectores de la población, así como los formadores de opinión pública se definen a su favor, Lula está listo para ganar y rescatar a Brasil de la peor crisis de su historia.
Lula se apoya en su experiencia de gobierno, con enorme prestigio internacional, con el apoyo mayoritario de las mujeres, los jóvenes, la población pobre del país, la gran mayoría nororiental, con el apoyo de todos los amplios sectores antibolsonaristas, para evitar cualquier aventura golpista, triunfar, tomar posesión y volver a presidir Brasil. Cada vez menos personas dudan de que esto suceda. El lanzamiento de su precandidatura volvió a sembrar un clima de esperanza y optimismo en todo el país, rompiendo un casi consenso de que habría un golpe de estado en Brasil.
El comienzo de la campaña electoral de Lula debería convertirse en un verdadero tsunami de apoyo y movilización popular en todo Brasil, ya que Lula reanuda sus caravanas por todo el país. Lua debe ganar las elecciones y hacer que Brasil vuelva a ser un país menos desigual, menos injusto, un país mejor para todos.