"Te pido Alberto que uses la lapicera con quienes tienen que darle cosas al país". La frase fue de Cristina Fernández, tras una explicación comparativa acerca de cómo cree que deben "pelearse" las condiciones de una licitación ante una contratista. La completó lo gestual: al finalizar el acto, en el momento del saludo entre ambos, la vicepresidenta depositó en las manos del Presidente, efectivamente, una lapicera. Fue el nuevo capítulo de una novela que expone y amplifica las internas hacia adentro del gobierno, pero que al mismo tiempo avanza en una foto de peso simbólico: Alberto y Cristina Fernández volvieron a compartir un acto, luego de tres meses signados por fuego cruzado, sin apariciones compartidas y sin hablarse mutuamente. Fue en el acto por los 100 años de YPF en Tecnópolis, con gran despliegue y asistencia tanto de funcionarios y legisladores en el pabellón donde transcurrió el esperado momento político, como en el resto del predio de Villa Martelli, donde antes y después de los discursos se extendió una fiesta para unos 15 mil empleados y familiares de la empresa, llegados de todo el país.
"Gobernar sin endeudarse es un acto de responsabilidad", dijo, por su parte, Alberto Fernández, apuntando la crítica a la gestión del Gobierno anterior. Y destacó que “cuando un país se endeuda pierde libertad”, recordando afectuosamente una frase del expresidente Néstor Kirchner. "No todo es lo mismo, que YPF siga en manos del Estado no es garantía de nada", marcó también. "Para que la YPF que tenemos hoy siga siendo esta YPF, necesitamos que no se adueñen de la Argentina los que manejan el país como una estancia propia".
La fiesta por el aniversario redondo de la empresa argentina de energía tuvo la palabra y la participación del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y del presidente de la compañía, Pablo González. Tuvo una previa con mucho de suspenso, desde que antesdeayer la vicepresidenta anunciara su presencia (la del Presidente ya estaba confirmada), alrededor de lo que fue, en efecto, un reencuentro. Tuvo, finalmente, la foto de familia para testimoniarlo. Y hasta una previa más privada al llegar a Tecnópolis, en la que ambos se cruzaron e intercambiaron comentarios, con el senador Oscar Parrilli como uno de los que departieron en la amable charla. Pero hubo también también cruces por elevación, tonos y gestos que marcaron todo un estado de situación.
Presencias y ausencias
Casi todo el gabinete estuvo entre el público: Desde Martín Guzmán y Matías Kulfas, pasando por el secretario de Energía, Darío Martínez, incluido el canciller Antonio Cafiero, y también Aníbal Fernández, Juanchi Zabaleta, Gabriel Katopodis (que llegó tarde, igual que el Chino Navarro), Carla Vizzotti, Jorge Taiana, Tristán Bauer, o el círculo más íntimo cristinista, Oscar Parrilli, Carlos Zannini. También los gobernadores Axel Kicillof, Alicia Kirchner, Mariano Arcioni, Omar Gutiérrez; y Vilma Ibarra, Mariano Recalde, Martín Insaurralde, Cristina Alvarez Rodríguez, Fernanda Raverta, Victoria Donda, Juan Grabois, intendentes como Fernando Espinoza y Mario Secco, legisladores como Leopoldo y Cecilia Moreau, Victoria Tolosa Paz y Anabel Fernández Sagasti, sindicalistas como Omar Plaini y Víctor Santa María.
Las grandes ausencias, fueron las de Máximo Kirchner y Sergio Massa. Aunque hasta último momento desde la organización --no fue Presidencia sino YPF la que coordinó el acto y la prensa-- lo mencionaban entre las asistencias confirmadas, el presidente de la Cámara de Diputados no ocupó finalmente la primera fila de invitados. Hubo versiones que indicaron que había pedido figurar entre los oradores.
Para los 15.000 invitados de YPF --una empresa con 22.000 empleados en todo el país-- hubo shows de Tini, Damas Gratis, Turf y Soledad en el cierre. También un espectáculo con doscientos "drones lumínicos", anunciado como "el primero de este tipo en la Argentina", juegos para niñes, carritos con comida (como la de las estaciones de servicio) gratuita.
Discursos, tonos, gestos
El primer discurso, tal como estaba anunciado, fue el de Pablo González, presidente de YPF. El exdiputado, senador y vicegobernador de Santa Cruz destacó el modo en que "la historia de YPF sigue la historia de la Argentina", desde su fundación --mediante un decreto de Hipólito Yrigoyen y con la mayoría en el Congreso en contra--, hasta sus 42 trabajadores desaparecidos durante la dictadura cívico militar, la caída de inversiones y el aumento de la deuda que comienza en los 90, la estatización de 2012, a la que definió como "la segunda fundación de YPF". "Yo era entonces senador por mi provincia, y con orgullo voté la ley", recordó. Y mencionó que en una charla previa al acto, "con Cristina nos preguntábamos qué hubiera pasado hoy, en este contexto mundial, si no hubiéramos recuperado YPF y Vaca Muerta".
Continuó, también siguiendo el protocolo, la vicepresidenta. Fue el momento para repasar todo lo logrado en doce años de gobierno kirchnerista, con la privatización de YPF como hito. También para traer a colación el demorado inicio de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner --"con el 25 por ciento del aporte solidario que sancionó el Congreso de la Nación, cosa que me llena de orgullo"--. “Hay que sentarse, no como amigos. Hay que pedirles que devuelvan… Hay que pedirles que las chapas de laminado las fabriquen acá. Pongan la línea de producción en la Argentina si han ganado fortuna, Alberto”, le dijo entonces al Presidente, comparando una negociación que llevó adelante Axel Kicillof durante su gobierno, cuando era el representante de Anses en el directorio de Siderar.
La lapicera y las tapas
"Te dije la otra vez cuando hice un documento, que vos tenías la lapicera. Yo lo que te pido es que la uses, la uses con los que tienen que darle cosas al país. Hay que usarla. Que no significa ni pelearse ni nada pero, significa que es necesario", completó en el momento más recordado del acto. "El que quiera gobernar la Argentina sin tensiones ni conflictos, yo le recomiendo que se postule para la presidencia de Suiza. Pero, acá en la Argentina, salvo en los cementerios, siempre, en todos lados, hay tensiones", marcó también.
En un discurso que se extendió por algo más de media hora, mostró también las tapas de los diarios al anunciar la estatización de YPF, diez años atrás. La de La Nación decía: "La Presidenta le dio un portazo al mundo". Clarín: "Expropian YPF y el 51 % será del Estado". También mencionó la de Página/12 (la del 4 de mayo de 2012, cuando la Cámara de Diputados aprobaba la expropiación por contundentes 208 votos, mostraba, sin título alguno, simplemente el logo de YPF rodeado por la bandera argentina), y la de Tiempo Argentino.
A su turno, Fernández advirtió que "hay que recordarle a los argentinos que quienes machacan sobre su desánimo son los que cuando gobernaron hicieron que cayera a la mitad la inversión" en exploración y explotación de los yacimientos hidrocarburíferos argentinos. "Entre 2015 y 2019 YPF fue cediendo su espacio en el mercado en favor de otros, cayó casi la mitad de la inversión que se hacía para explotar esos yacimientos. Lo único que creció en YPF, fue la deuda. En estos tiempos en que la antipolítica crece sin esfuerzo, hay que recordar lo que se hizo y quiénes lo hicieron", apuntó a la oposición.
El tema de "la lapicera" fue el que quedó flotando como imagen destacada, con su debida repercusión en redes. "¿Qué le pareció la metáfora de la lapicera, y el hecho de que Cristina al final del acto le diera una al Presidente?", le preguntó Página/12 a Aníbal Fernández. "Como yo soy ricotero, hago uso de mi libertad de metáfora, y elijo pensarla como yo quiero. Todos preguntaban cuándo se van a encontrar, y se encontraron, aquí están. Los conocen cómo son, ninguno de los dos es de arrear con un palito. Este es un trabajo en conjunto, no se salva nadie solo. Tranquilos que las lapiceras tienen tinta, la del presidente y la de la vicepresidenta", observó el ministro de Seguridad.