El delantero de Atlético de Madrid y del seleccionado argentino, Ángel Correa, comunicó este sábado que le van a "corregir" una cicatriz de la operación de corazón que le realizaron en 2014, motivo por el que quedó desafectado del conjunto nacional en la previa al amistoso con Estonia.
"Me dieron ganas de escribir esta carta para contarles cómo estoy de salud y para agradecerles su preocupación. Me hace muy bien como persona que muchos me llamen y me pregunten cómo me siento, ya que recibo de ustedes fuerzas permanentemente y sin esas energías no podría crecer día a día en lo que amo que es simplemente jugar al fútbol", explicó el jugador en una extensa publicación en su cuenta de Instagram.
En 2014, el delantero fue intervenido en microcirugía cardíaca en Nueva York y volverá a pasar nuevamente por el quirófano para "corregir una cicatriz" que le quedó de aquella operación, informó en su mensaje. “Quiero que sepan que este lunes me van a corregir una cicatriz que me quedó de una vieja intervención que tuve hace años en Estados Unidos. Yo apenas tenía 18 años y salí adelante con fe y con amor a la vida, porque de eso se trata, de nunca darse por vencido ni aun en las más feas, nunca bajar los brazos. ¡Seguir metiendo y pensando en positivo!", destacó el futbolista.
En ese sentido, Correa relató un anécdota que tuvo cuando “un enfermero que me cuidaba en ese hospital, sin conocerme y sin saber quién era, se me acercó a la cama y me dijo al oído que debía estar orgulloso de mis cicatrices porque me iban a servir de mapa para no perderme en la vida, y que cada cicatriz enseña algo, tanto las de la piel como las del corazón y de los sentimientos".
El exfutbolista de San Lorenzo anticipó que si todo anda correcto en "una semana" estará para jugar "nuevamente".
Correa se perdió el partido del pasado miércoles contra Italia y en la jornada del viernes dejó la concentración de Argentina, por lo que no podrá estar este domingo a las 15 frente a Estonia.