Agustín Rossi se fue del Gabinete y volvió en menos de un año. El Presidente Alberto Fernández oficializó este sábado, a través de su cuenta de Twitter, que el dirigente santafesino se hará cargo de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en reemplazo de Cristina Caamaño. La de Rossi será una nueva etapa en la exSIDE: ya no se tratará de una intervención para sanear lo que Fernández llamó los “sótanos de la democracia”, sino una nueva gestión que aspira a transparentar y profesionalizar la Agencia.
Después de acortar el descanso con la familia en el sur, Rossi se reunió el sábado por la mañana con Fernández y Caamaño para coordinar la transición en el edificio de la calle 25 de Mayo, al que llegará oficialmente el martes. El exministro de Defensa conversó con Página/12 sobre los desafíos al frente de los servicios de inteligencia y dijo que Mauricio Macri fue usuario del espionaje ilegal –práctica que asoció también con otros integrantes de la coalición de Juntos por el Cambio–.
–¿Cómo piensa la gestión al frente de AFI y qué pudo hablar con el Presidente?
–El Presidente está muy conforme con la gestión de la intervención que hizo Cristina Caamaño. Yo trabajé bastante con ella durante el tiempo en que estuve al frente del Ministerio de Defensa. Mi objetivo es seguir profundizando esa línea de trabajo, que se basa fundamentalmente en la profesionalización y la transparencia de la Agencia. En ese marco, vamos a trabajar sobre todo lo que son los objetivos estratégicos de la inteligencia, ciberdelitos, lo que le corresponda a la Agencia sobre crimen organizado y la profesionalización de los analistas en los distintos ámbitos desde energía hasta las cuestiones internacionales. Hay que continuar con la línea que siguió Caamaño de vincularla a las agencias más profesionalizadas del mundo.
–Mientras estuvo en Defensa participó de la discusión sobre la reforma de inteligencia que impulsó Caamaño, ¿se mantiene la idea de avanzar con ese proyecto que anunció el Presidente el 1 de marzo?
–Sí, la ley está ahora analizándose en el ámbito del Poder Ejecutivo. Nosotros alcanzamos una cantidad de sugerencias que tenían que ver con el área de Defensa. Como mi gestión quedó a caballo de la confección de la ley, hay aportes de Jorge Taiana también.
–¿Con su llegada se terminaría la intervención?
–Entiendo que sí por lo que me ha dicho el Presidente que enviaría el pliego al Senado. Hasta que el Senado lo trate, quedaría en comisión --como algunos pliegos de otras áreas que necesitan acuerdo del Senado y que no han sido tratados--.
–¿Qué opinión tiene sobre las denuncias que presentó la intervención sobre la gestión Cambiemos?
–Yo acompañé a Cristina, cuando era ministro de Defensa, en la denuncia sobre el espionaje a los familiares del ARA San Juan. Entiendo que es una responsabilidad de cualquier funcionario que se encuentra con una irregularidad o con una cosa que presume que se ha hecho de forma ilegal llevar adelante la denuncia ante la justicia. En el caso del ARA San Juan, además de ilegal, es profundamente inhumano porque hay que hacerle espionaje a un colectivo tan vulnerable como el de los familiares a dos meses de que había desaparecido el submarino. En esa denuncia específicamente yo creo que la responsabilidad del expresidente Macri es indubitable porque no solamente ordenó el espionaje sino que fue usuario directo de lo producido por ese espionaje. La información obtenida por ese espionaje fue utilizada por el propio Macri en la reunión que tuvo con los familiares del ARA San Juan. O sea que Macri no solamente fue responsable funcional y político de esa acción de espionaje ilegal sino que lo usufructuó.
–¿Comparte la caracterización que hizo la Bicameral de Inteligencia sobre la existencia de un plan sistemático de espionaje durante el macrismo?
–Sí. Entiendo que también hubo acciones paralelas o espionaje paraestatal. Ése es el caso claramente de (Marcelo) D'Alessio: ahí quedó comprobada la articulación con dirigentes políticos y con sectores de la Agencia. A mí me pasó algo muy singular cuando era parlamentario del Parlasur en 2016, (Mariana) Zuvic --que también era parlamentaria del Parlasur junto con el actual prófugo (Fabián) Rodríguez Simón-- dijo en un reportaje televisivo que me estaban investigando. En ese momento, yo hice un discurso preguntando en carácter de qué Zuvic me estaba investigando. Yo estaba convencido de que todas las denuncias que generaban Zuvic y la Coalición Cívica tenían que ver con la utilización de informes que salían de forma directa o paralela de la Agencia. Después sucedió lo del caso D'Alessio, que recordemos que la última comunicación antes de ser privado de su libertad fue con la diputada (Paula) Oliveto.
–¿Más allá de que no sea una intervención van a continuar con las denuncias o con el relevamiento de información de gestiones anteriores y particularmente sobre la dictadura?
–Sobre lo que sucedió entre el '76 y el '83, me dijo la interventora que ya había un convenio con la Casa de la Moneda para digitalizar todo. Eso se va llevar adelante y todas las investigaciones que queden por hacer se seguirán haciendo.
–¿Piensa mantener la estructura de la AFI sin un subdirector?
–A mí me parece que tal cual está la estructura que diseñó la actual interventora es mucho más funcional y mucho más acorde al funcionamiento y a la mirada que hay que tener de la Agencia que la anterior con un director y un subdirector. Este diseño de una intervención con tres secretarías y algunas subsecretarías me parece mucho más dinámico y operativo, así que estoy conforme.
–¿Cómo ve su vuelta al gabinete?
-Estoy contento. No es habitual la situación de alguien que se va del gabinete y regresa al mismo gabinete. En general, cuando uno se va espera a otro gobierno para participar. Que el presidente me haya honrado nuevamente con su confianza para hacerme cargo de un lugar de tanta responsabilidad es un motivo de orgullo.
–¿Cómo vive esta fase en la que el Frente de Todos ventila públicamente sus debates?
–Yo he dicho que Cristina cuando estuvo en el Chaco hizo un aporte interesante calificando todo esto como un debate y refiriéndose a que el debate es siempre de ideas y alejado de otras palabras como peleas o discusiones que están relacionadas a las disputas de poder. Ahora, entiendo que el debate, en algún momento, tiene que finalizar en el sentido de que somos una fuerza política que está en el gobierno. Somos una fuerza política que tiene responsabilidad de gestión y la fuerza no puede seguir en un estado de debate hasta la finalización de la gestión. O bien el debate encuentra una síntesis o lo que logramos es convivir con las diferencias.
–¿Se puede?
–Esto me parece que es razonable porque cuando uno ve experiencias de otras coaliciones en lugares cercanos, como el Frente Amplio uruguayo o la propia Concertación chilena. Por ejemplo, el Frente Amplio dio presidentes que no pensaban exactamente lo mismo en todos los temas --como Tabaré o Mujica-- y pudieron convivir y ganar elecciones. Mujica mismo fue ministro de Agricultura de Tabaré. La Concertación dio presidentes de origen democristianos como (Patricio) Aylwin y (Eduardo) Frei o socialistas como (Ricardo) Lagos y (Michelle) Bachelet. Me parece que, en algún momento, esto tiene que encontrar una síntesis o el debate tiene que bajar de tensión y la coalición tiene que aprender a convivir con las diferencias privilegiando las responsabilidades de gestión, que son las que tenemos ante el conjunto del pueblo argentino.