España, Italia, Grecia, Chipre y Malta instaron este sábado a la Unión Europea (UE) a mostrar la misma solidaridad que está ofreciendo a los refugiados ucranianos con los inmigrantes que llegan al continente por mar, mediante un mecanismo de distribución equilibrado.
Así lo reclamó en un comunicado conjunto el llamado grupo Med5, compuesto por los países del Sur del continente y por lo tanto, punto de llegada para los migrantes de África y Medio Oriente, durante una cumbre de dos días en Venecia.
Mecanismo de solidaridad
En su nota, el Med5 pidió al bloque europeo que garantice la "participación de una masa crítica de Estados miembros y países asociados en la reubicación" de migrantes, pues consideran que es la forma efectiva de que el mecanismo de solidaridad propuesto por la Presidencia francesa sirva para reducir la presión que sufren los países de primera línea.
La guerra en Ucrania "demostró la unidad de la UE y su capacidad para expresar solidaridad con Ucrania y los Estados miembros que brindan protección a millones de refugiados que huyen del conflicto", lo que "estableció nuevos estándares que deben reflejarse en la negociación en curso del Pacto Europeo sobre Migración y Asilo".
El objetivo del encuentro es "consolidar una visión estratégica sobre los elementos esenciales del nuevo sistema europeo de gestión migratoria", expresó la ministra del Interior italiana, Luciana Lamorgese, en una rueda de prensa conjunta.
Crisis alimentaria
"En este nuevo contexto global, en el que no se puede excluir una grave crisis alimentaria por el bloqueo del grano, este encuentro es un punto de referencia importante en vista del próximo Consejo Europeo de ministros de Interior", añadió.
Por su parte, el ministro del Interior español, Fernando Grande Marlaska, dijo que esperan alcanzar un "pacto migratorio razonable y valioso" y destacó que "la unidad del Med5 está resultando esencial para que la propuestas hayan sido tenidas en cuenta y lo sigan siendo".
Asimismo, Grande Marlaska insistió en la necesidad de afianzar la cooperación con los países de origen y tránsito y valoró el hecho de que Francia, que ostenta la presidencia de turno de la UE, haya hecho una propuesta que incluye mecanismos de reubicación de los migrantes que llegan a la Unión Europea.
"Tenemos una oportunidad para conseguir un compromiso político de nuestros socios europeos para impulsar un mecanismo de solidaridad diseñado, específicamente, para responder a la realidad que nuestros cinco países afrontamos", agregó ante sus homólogos de Italia, Chipre, Malta y Grecia.
Propuesta de Francia
Grande Marlaska también destacó que la propuesta de la presidencia francesa reconoce expresamente la singularidad de los rescates realizados por los países Med5, en aplicación del derecho internacional marítimo.
"Supone un primer paso para consolidar el principio de que la Unión Europea debe asumir que la inmigración por vía marítima, la que exige rescatar a personas en el mar, debe ser considerada como una responsabilidad compartida de la UE", aseveró el ministro español.
En la última sesión de la cumbre también participaron los representantes de Francia y República Checa, presidentes saliente y entrante del Consejo de la UE respectivamente. La discusión sobre migración en la Unión Europea es de larga data y se sintió con fuerza durante la crisis migratoria de 2015, cuando algunos países, entre ellos Hungría, se negaron al reparto por cuotas propuesto por Bruselas para aliviar la presión sobre otros como Italia y Grecia, que recibieron el mayor flujo.
En Venecia Grande-Marlaska insistió en la necesidad de que Europa encuentre "un equilibrio entre responsabilidad y solidaridad", así como en "llegar a acuerdos con los países terceros, en África, sobre este desafío estructural y permanente al que debemos enfrentarnos".
"Hoy hemos mostrado la unidad del Grupo del Mediterráneo que es esencial para que nuestras propuestas se tomen en consideración", dijo el ministro."España está comprometida en continuar hablando con una sola voz", tras recordar que esta última reunión en Venecia es el final de un proceso que antes tuvo a Atenas y Málaga como sedes de sus reuniones.