La cuarta temporada de Borgen (estreno del último jueves por Netflix) se inicia con una elocuente postal nórdica: un grupo de hombres carnea a una ballena mientras otros descubren petróleo en las inmediaciones de un fiordo declarado patrimonio de la Humanidad. Tan cruda como limpia, la escena en cuestión podría avizorar algún que otro simbolismo sobre la historia que se presenta en estos ocho episodios, y por elevación, sirve de metáfora para el drama político concebido por Adam Price. “Borgen es más que nada un estudio del poder”, dijo recientemente su creador. Nueve años han pasado desde su última edición, y más allá de que haya un nuevo rol y dilema para su personaje principal, nada huele rancio. Lo podrido viene por esa disección del poder en Dinamarca y la agenda geopolítica actual.

“El futuro es femenino” –así se titula el primer capítulo- presenta a Birgitte Nyborg (imponente Sidse Babett Knudsen) como la encargada de Asuntos Exteriores de una coalición que parece el casting de “una película de Hollywood destinada al éxito”. “Incluyeron mujeres, daneses no étnicos, hombres sensibles, sexualidades alternativas y sillas de ruedas como para que funcione bien”, describe un analista en tevé. Al interior de la administración, sin embargo, querrían que la ex mujer fuerte de Borgen (así se llama coloquialmente a la sede de los tres poderes) funcionara como un elemento decorativo. Es más, la gran antagonista en este tramo del relato es la nueva primera ministra. Más allá de que hagan notas de prensa juntas, Signe Kragh (Johanne Louise Schmidt) cuenta con unos modos y visión diferentes a la de su antecesora.

El detonante de esta historia será el descubrimiento de hidrocarburos en una región del Ártico. “A mí me importa el clima, por lo tanto a este gobierno también. Y Dinamarca ha gobernado por más de trescientos años Groenlandia, así que tienen derecho a ser sensibles”, declara Nyborg. Como una The West Wing que cambia Washington por Copenhague, Nyborg tiene que mediar entre sus ideales que representa y la coyuntura. El manejo del poder asoma con sus personajes (funcionarios, periodistas y asesores) y si bien toca teclas oscuras (intereses cruzados, tejemanejes, la relación con la prensa) no abandona cierto toque idealista y –gran logro– ser verosímil al mismo tiempo. Sin ir más lejos, la intromisión de las superpotencias  en regiones ajenas por recursos naturales le otorga a la T4 de Borgen una inusitada actualidad.

Otro interés de la entrega pasa por profundizar en la vida íntima de sus personajes o, mejor dicho, cómo el trabajo les pasa factura en el terreno familiar. “Ya no hay niños en casa ni esposos abandonados. No tengo obligaciones”, asegura la protagonista con su libido puesta en la cosa pública. Katrine Fønsmark, una de las poquísimas personas de su confianza (Birgitte Hjort Sørensen), acaba de ser ascendida a jefa de un canal de televisión, ergo, no puede ser vista confraternizando con la funcionaria. Para el máximo responsable de la entrega, antes que una cuarta temporada, esta versión reinventa y revitaliza la saga manteniendo su ADN y foco primordial. “Birgitte Nyborg está en un capítulo diferente de su vida. Ya no es la novata que habíamos visto en la primera temporada”, sentenció Price.


Programados

* El próximo miércoles Disney+ estrenará Ms. Marvel. La serie tiene como protagonista a Kamala Khan (Iman Vellani), una geek adolescente amante de Marvel que encontrará un brazalete superpoderoso. Para hacerse una panzada con The Boys https://www.youtube.com/watch?v=fH3gc-kr8Rc

* The New Look sumó más figuras a su elenco. John Malkovich, Emily Mortimer y Maisie Williams son los últimos en sumarse al proyecto de Todd A. Kessler (Bloodline). Durante la Paris de la Segunda Guerra Mundial se explorará la batalla personal entre Christian Dior (Ben Mendelsohn) y Coco Chanel (Juliette Binoche). La serie se podrá ver por Apple TV+.

* TNT Series estrenará hoy a las 23.30 Bajo Presión, serie brasileña acerca del día a día en una caótica sala de emergencias de Rio de Janeiro. El equipo de médicos se desenvuelve entre sus propios conflictos personales, las dificultades de la profesión y las historias detrás de cada paciente. Drama hospitalario nao tem fin.

El personaje

Mira de Irma Vep (Alicia Vikander). Una estrella de cine estadounidense llega a París para actuar en una producción con jet lag y una ruptura amorosa a cuestas. Durante el rodaje empieza a fusionarse con la vampiresa gala que le toca interpretar. Ficción y realidad se vuelven una misma cosa para la mujer a la que se la come el personaje.