En el frente de frentes las conversaciones no se detienen con vistas al año que viene. “No tenemos conducción pero sí expectativas”, dice uno de los principales armadores del espacio en Santa Fe y cree que esa situación es mejor que la que atraviesa el Frente de Todos en la provincia. Obvio, el dirigente supone que en el peronismo santafesino la conducción está en crisis al igual que las expectativas.

Las charlas son programáticas por ahora, con el mayor celo puesto en sumar y contener encontrando las coincidencias para evitar que los desencuentros tumben la mesa. Por eso los radicales empezaron las conversaciones con el socialismo que es la pata más incómoda en la coalición que se viene. Sin definiciones hasta la bandera de largada, el PS por ahora llega hasta las fotos y se guarda las declaraciones estridentes.

“Nadie le va a pedir a nadie que se desperfile, al contrario que pesquen en su pecera para sumar después esa cosecha a la de todos los socios del espacio”, razonan con lógica implacable los radicales que convocan y se sienten en su momento triunfal. Más aún en Santa Fe que a nivel nacional, donde se cocinan las mismas recetas.

Además creen que el lanzamiento de esta semana en Rosario del espacio Nexo, donde estuvieron el exgobernador Antonio Bonfatti, el intendente de Rosario Pablo Javkin, su par de Santa Fe Emilio Jatón, el secretario de Salud Leonardo Caruana y la concejala Susana Rueda, entre otros, abona a esa teoría de mantener perfiles y pescar en la pecera propia para luego acarrear el producto a la plataforma madre.

También creen que todos deben tener derecho a la hora de decidir. “Si quiere venir (Javier) Milei, ¿qué haces, cómo lo decidís?”, se preguntó el experimentado dirigente ante un escenario que puede suceder o no pero que sin dudas marcaría algún límite para muchos. La frontera que para algunos de estos actores antes era Mauricio Macri, ahora parece ser la que marca el candidato de ultraderecha. Aunque nadie sabe qué podría pasar si ambos arreglan arriba.

Por la dudas allí está el diputado provincial Fabián Palo Oliver, tirando piedras desde afuera del radicalismo y recordando ese famoso reportaje a Raúl Alfonsín donde expresó con toda claridad que “el límite es Macri”. Aunque las imágenes están con sus audios correspondientes, algunos hasta niegan que el expresidente lo haya afirmado taxativamente, mientras que otros juegan con la ucronía respecto de qué diría ahora Alfonsín.

Con todo, el radicalismo se guarda el as en la manga y mira de cerca los movimientos de Javkin para que no los deje tan afuera y admiten que la posible candidatura provincial de Carolina Losada, sigue en pie. En estos conciliábulos poco se lo nombra a Maximiliano Pullaro que no para de sobreactuar en todos los temas de la agenda tratando de encantar al electorado corrido del progresismo. Aunque todos le reconocen su enjundia y el poder de bilocarse por toda la provincia como una suerte de conde de Saint Germain, merced a su juventud y estado físico. 

Mientras tanto los peronistas

La reunión de esta semana del gobernador Omar Perotti y el precandidato de la Corriente Leandro Busatto -que no fue secreta, pero de limitada difusión- tuvo su importancia en base a dos cuestiones: El gobernador vuelve a jugar la carta de la unidad de todos los sectores y no muestra claramente sus preferencias y, sobre todo, le deja en claro al espacio de Agustín Rossi que nadie lo está aislando en Santa Fe porque todos son necesarios. Para Busatto es una especie de reconocimiento "oficial" a su postulación como precandidato a gobernador y lo acerca más al escenario al que ya están subidos el senador Marcelo Lewandowski, la ministra de Gobierno Celia Arena, y los diputados nacionales Roberto Mirabella y Marcos Cleri.

El otro aspecto pasa por la articulación de Perotti con sus legisladores. Por ser el de diputados un bloque oficial con pocos miembros y por estar enfrentado los primeros años de gestión con un buen número de senadores peronistas; el gobernador había puesto en el freezer esas relaciones sobre todo porque las requería menos que ahora. Pero una definición sencilla de la política sería "es un conjunto de necesidades", la misión de satisfacerlas requiere de acuerdos. 

El día que el Ejecutivo provincial tuvo que levantar los pliegos de media docena de jueces porque no le daban los votos en la Asamblea Legislativas para validarlos, actuó como un punto de quiebre para que el gobernador entendiera que había que barajar y dar de nuevo en esa relación. Los diputados propios son pocos y los senadores algo taimados, pero son necesarios. Punto. Así lo manda la política y el último tramo de la gestión del peronismo en Santa Fe cuando todos están un poco más desgastados.

Para ser claros basta un ejemplo: una cosa es dialogar ahora con el senador Armando Traferri que está todo abollado por las denuncias y sospechas judiciales en su contra, y otra haber hablado con él desde el principio donde prácticamente reclamaba para sí el poder del mismísimo gobernador. En el peronismo nunca hay muchas vueltas para estas cosas y siempre llega un punto en el que la balanza se equilibra y fluye el verdadero diálogo que es, precisamente, el de las necesidades.

Busatto además de precandidato es el jefe del bloque del Frente de Todos en Diputados. Una jefatura que nunca pudo ejercer de manera gravitante porque los gestos hacia él desde el Ejecutivo eran raquíticos. Su pertencia a La Corriente que conduce Rossi y la interna que devino el año pasado por los cargos nacionales determinaron que a Busatto no se lo invitara "ni a inaugurar una canilla", como dijo un estrecho colaborador del diputado provincial.

Los tiempos cambiaron, la espuma interna empieza a bajar ante la necesidad de reunir soldados para la batalla final que será contra el espacio no peronista de Santa Fe que es ancho y largo como la bota santafesina. De los propios dirigentes del Frente de Todos con responsabilidad dependerá tener conducción y expectativas de cara a lo que se viene el 2023.