En la mañana de este lunes 6, cuando se anunció que parlamentarios del partido Conservador habían pedido un voto de confianza, o más propiamente de falta de confianza, en el liderazgo Boris Johnson, comenzó el fin de su era.
Johnson sucedió a Theresa May en 2018, llamó en diciembre del 2019 a elecciones y ganó espectacularmente. De todos modos, casi con seguridad será Boris “el breve”. Votaron en secreto los 359 parlamentarios conservadores; Johnson necesitaba la mitad más uno para ganar. Obuvo 211 votos con 148 en contra, pero quedó fatalmente herido. El resultado, opina la BBC, es peor que el que forzó a May a renunciar pese a un resultado mejor que el de Johnson. Muchos parlamentarios en esta votación secreta votaron contra Johnson pese a sostener en público que lo apoyarían.
La posición de Johnson en este largo proceso de deterioro se mantuvo porque no apareció y sique sin aparecer un parlamentario que encabece la rebelión.
Como todos los primeros ministros que enfrentaron un voto de confianza al poco tiempo tendrá que irse. May se fue a los 6 meses. John Major ganó el voto de confianza en 1995 pero perdió las elecciones en 1997 de forma tan estrepitosa que el conservadorismo pasó 13 años en oposición. Margaret Thatcher en 1989 no obtuvo una mayoría suficiente y tuvo que renunciar.
Obviamente ningún proceso político se repite mecánicamente, aun con las reglas funcionado. Pero esto es el comienzo del fin.
Los parlamentarios conservadores están agrupados en una comisión conocida como el Comité 1922. En un principio lo integraban los que no estaban el gobierno. Si bien ahora los miembros del gabinete pueden concurrir a deliberaciones, no pueden votar en elecciones que determinan quienes dirigen la jefatura de bloque. Las reglas del Comité determinan que, cuando el 15 % de los parlamentarios expresan en correspondencia secreta que no tienen confianza en el jefe del partido, en este caso 54 parlamentarios, tiene que haber la votación. El lunes 6 se anunció que habría votación entre las 18 y las 20 horas porque se había sobrepasado el número y que a la brevedad daría a conocer el resultado.
¿Como es que se deterioró en tan poco tiempo el liderazgo de Johnson después de coronar su campaña a favor del Brexit y ganar las elecciones en diciembre del 2019 que resultaron en una mayoría imponente de 87 parlamentarios en una Cámara de los Comunes con 650 bancas?
Las razones son varias y los parlamentarios que anunciaron públicamente su decisión de pedir un voto las enumeraron. Todas se originan en la personalidad de Johnson: cree que todo se lo merece y que atenerse a la verdad es para seres inferiores:
1. La escasa claridad con que financió la redecoración del departamento que ocupa en el no. 10 de Downing Street, la residencia oficial de los primeros ministros.
2. La cantidad de escándalos financieros por 17 mil millones de libras que rodearon la adjudicación de material para luchar contra la Covid.
3. Su escaso respeto por el parlamento manifiesto en su intento en el 2018 suspender el funcionamiento de los Comunes. Un fulminante veredicto de la Corte Suprema declaró al intento ilegal.
4. Una sucesión de fiestas en Downing Street cuando la legislación promulgada por él mismo prohibía reunirse. La policía lo multó por una fiesta. Pero hay fotos de su concurrencia a por lo menos una docena más. Su intento de negar que existieran estas fiestas, documentadas con fotos y el demoledor informe de una funcionaria Sue Gray que sostuvo que en la oficina del primer ministro había fallas de liderazgo y que evidenciaba ausencia de sentido común.
5. La convicción de la mayoría de la población y de partidarios del conservadorismo, que intentando evadir responsabilidades sobre las fiestas ilegales Johnson le habría mentido al Parlamento. Esto constituye una violación del código de conducta para ministros y debería llevar a la renuncia. Encima Johnson anunció que cambiaría el código para aguarlo.
6. El gobierno de Johnson carece de proyecto que no sea seguir en el poder. Brexit sigue sin resolver y los tratados comerciales requeridos al irse de la UE siguen sin reemplazar.
El Jubileo de los 70 años de Isabel II jugó un papel importante. Principalmente, el receso parlamentario permitió que los parlamentarios volvieran por más tiempo a sus circunscripciones. Al interactuar con sus partidarios concluyeron que Johnson ya no garantizaba la reelección y por el contrario, era un estorbo que impediría que el conservadurismo fuera reelecto. Además, al concurrir al oficio del Acción de Gracias Johnson y su excesivamente influyente mujer fueron abucheados a la vista de millones que estaban ante el TV.
Guillermo Makin tiene un Ph. D. Universidad de Cambridge. Publicó “Las crisis políticas argentinas: estructura institucional y patrones de comportamiento” (Ed. Dunken) y “Presidencialismo y Parlamentarismo: un estudio del caso británico”, El Cid editor, http://www.e-libro.net/libros/libro.aspx?idlibro=90.