La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicó este lunes un informe en el que estimó que aproximadamente 7,8 millones de personas de la región están en riesgo de caer en inseguridad alimentaria producto del conflicto bélico en Europa, la inflación y la desaceleración del crecimiento económico.
En el documento, denominado “Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?”, el organismo observó que la tendencia hacia el crecimiento del precio de los alimentos por arriba de la inflación perjudica “no solo a las personas extremadamente pobres, sino también a los hogares de las partes media y media baja de la distribución de ingreso”.
“Esto es únicamente tomando en cuenta inflación y crecimiento. Si se le suma que golpea mucho más el tema de las mujeres (en alusión al deterioro de los ingresos y situación de empleo de las mujeres por la pandemia), a los sectores informales, que no hay recursos para mejorar en lo social, entonces el impacto de la situación puede ser todavía mayor”, explicó en una conferencia de prensa el secretario ejecutivo interino de la Comisión, Mario Cimoli.
Asimismo, subrayó que la actual situación no puede ser vista como un “fenómeno aislado”, ya que sus “efectos se combinan con los causados por más de un decenio de crisis financieras internacionales, tensiones económicas entre Estados Unidos y China, y la pandemia”.
Entre otras cosas, el informe también actualizó los datos de la pobreza y pobreza extrema en la región luego del conflicto Rusia-Ucrania y la pandemia. Ante este panorama, la pobreza pasaría del 29,8% en 2018 al 33,7% en 2022, y la pobreza extrema del 10,4% al 14,9%. En la misma línea, añadió que las peores cifras se registrarían en México, Colombia, Brasil y Paraguay.
“Lo que está pasando ahora es un proceso de distintos ‘shocks’, secuencias de crisis y un proceso acumulativo”, añadió el secretario.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, la inseguridad alimentaria implica que una persona no pueda acceder a “alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana”.
De la Agencia Regional de Noticias.