La inversión extranjera directa (IED) que ingresó a Argentina en 2016 fue la mitad que la del año anterior, según el registro de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad). La cifra resultante, de seis mil millones de dólares, se da “en gran parte por medidas adoptadas por el gobierno de Mauricio Macri, como el levantamiento de los controles del tipo de cambio en diciembre de 2015”, según un párrafo del informe presentado ayer en Ginebra y citado por la agencia oficial Télam. El levantamiento de las restricciones al giro de divisas “normalizó el pago de dividendos de filiales de empresas extranjeras a sus casas matrices, lo que llevó a una marcada reducción en la reinversión de las ganancias, que cayeron de 8.000 millones de dólares a 4 mil”, precisó el reporte. Por otra parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) bajó su estimación de crecimiento económico de Argentina en 2017 y 2018, a 2,5 y 3,1 por ciento, respectivamente. Su anterior pronóstico alcanzaba a 2,9 para este año y 3,4 el próximo.
El balance del Reporte Mundial sobre Inversiones 2017 de la Unctad dado ayer en Ginebra, Suiza, prevé un aumento en el flujo de capitales a nivel global del 5 por ciento para este año, tras el retroceso de 2 por ciento registrado en 2016. Las proyecciones más optimistas se asientan en una previsión de “mayor crecimiento en las principales regiones, la reanudación de la expansión del comercio y la recuperación de los beneficios empresariales”. En 2016, Estados Unidos siguió siendo el principal receptor de inversión extranjera directa, por un monto de 391.000 millones de dólares, seguidos por el Reino Unido, con 254.000 millones, y China, con 134.000 millones.
En cuanto a la región de América latina y el Caribe, el informe de la Unctad señala una disminución del 14 por ciento de la IED entre 2015 y 2016, al pasar de 165 mil millones a 142 mil millones de dólares. De esa suma, le correspondieron a Sudamérica 101 mil millones, y en particular a Brasil (principal país receptor), 59 mil millones, que sufrió una caída del 9 por ciento con respecto a 2015.
En el caso particular de Argentina, siempre de acuerdo al reporte de la Unctad, el fuerte descenso de la inversión extranjera directa estuvo más estrechamente ligada a los cambios de la política de administración cambiaria a partir de diciembre de 2015. “El gobierno alivió las trabas para los pagos en dólares de las deudas de importadores”, lo cual aceleró la salida de fondos mientras que la entrada de nuevas inversiones externas no cubrieron ni mínimamente las expectativas oficiales. La Unctad reflejó ingresos de IED por 6000 millones de dólares en Argentina en 2016, la mitad de lo recepcionado en 2015 y apenas un 10 por ciento de lo que le correspondió en 2016 por Brasil.
“La recesión económica, los bajos precios de los materias primas y el aumento de la inestabilidad monetaria” fueron los principales factores macroeconómicos que impactaron negativamente en la región, según el informe. También se contrajeron las inversiones en países fuertemente ligados a la exportación de recursos naturales, como Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. En cuanto a las perspectivas para la región para este año, la Unctad indicó que “siguen siendo sombrías”, ya que “se prevé que el crecimiento económico se mantendrá muy por debajo de las tasas asociadas con las mayores entradas de capitales registradas en años anteriores”.