La utilización de la capacidad instalada se ubicó en abril en el 64,5 por ciento, un 0,3 por ciento menos que en el mismo período del año pasado y un 1,2 por ciento por debajo de marzo, informó ayer el Indec. Siete de las doce ramas relevadas mostraron retrocesos, siendo la industria automotriz la de menor producción potencial con una capacidad en uso de apenas un 46,5 por ciento. No obstante, la industria textil fue la más afectada en el último año al caer la utilización de la capacidad instalada de 74,4 a 54,9 por ciento, 19,5 puntos. Los datos evidencian la misma tendencia negativa de la producción que en abril cayó un 2,3 por ciento interanual, según informó el Indec hace una semana.
El relevamiento oficial sobre la utilización de la capacidad instalada comprende un panel de entre 600 y 700 empresas. Para su cálculo se tiene en cuenta cuál es efectivamente la producción máxima que cada sector puede obtener con la capacidad instalada. Para la estimación se consideran criterios técnicos como el aprovechamiento potencial de las plantas productivas, empleando el máximo de turnos posibles y las paradas necesarias para el mantenimiento apropiado de dicha capacidad.
La capacidad instalada utilizada de la industria automotriz retrocedió de 54,6 a 46,5 por ciento, 8,1 puntos en un año. El sector fue uno de los más dañados por la participación creciente de los importados y la crisis brasileña que impactó en las exportaciones, situación que hizo retroceder la producción en abril un 7,5 por ciento interanual.
El deterioro más significativo, no obstante, se produjo en la industria textil donde las importaciones están barriendo con la producción local en un contexto ya de por sí difícil por la retracción del consumo. La actividad retrocedió 4,3 por ciento en 2016 y en el primer cuatrimestre la caída interanual fue de 19,2 por ciento, situación que se refleja en la abrupta caída de 19,5 puntos de la utilización de la capacidad instalada.
El sector tabacalero también se encuentra muy afectado desde el fuerte aumento de impuestos decretado en mayo del año pasado que elevó la carga fiscal al 80 por ciento del precio de venta del producto. Eso hizo subir el precio de los cigarrillos y provocó un retroceso marcado del consumo. En abril la producción se redujo un 23,4 por ciento con respecto a igual mes de 2016 y esa situación delicada quedó reflejada en la evolución de la utilización de la capacidad instalada que cayó en un año de 81,4 a 62,4 por ciento. También fue flojo el desempeño de los productos minerales no metálicos, lo que contrajo la utilización de la capacidad instalada de 75,4 a 71 por ciento en un año.