Dos ataques coordinados, uno contra el Parlamento iraní y otro contra el mausoleo del fundador de la República Islámica, Ruholá Jomeini, en el sur de Teherán, causaron ayer al menos 13 muertos y más de 46 heridos, en un sorpresivo golpe reivindicado por el Estado Islámico (EI), el primero que comete el grupo islamista radical en el país persa.
Cuatro hombres fuertemente armados irrumpieron ayer a media mañana en la sede del poder legislativo iraní y abrieron fuego indiscriminado, lo que dejó un guardia muerto y varias heridos, informaron la agencia estatal de noticias iraní IRNA y el sitio HispanTV, que además indicaron que los atacantes fueron abatidos luego por las fuerzas de seguridad.
Poco después, un comando de tres hombres y una mujer irrumpieron en el mausoleo de Jomeini, líder de la Revolución Iraní y considerado el fundador del Estado moderno, donde también dispararon contra personas que se encontraban allí. IRNA reportó que la mujer se inmoló delante del mausoleo y que la explosión provocó la muerte de un guardia de seguridad.
El vocero del mausoleo le dijo que el atentado ocurrió en las inmediaciones del edificio ubicado en el sur de Teherán.
Los ataques duraron varias horas, pero “las fuerzas del orden controlan ahora la situación”, según el ministerio del Interior, que afirmó que los seis asaltantes habían muerto.
Los Guardianes de la Revolución, un cuerpo de élite dentro del Ejército del país persa y con gran influencia en la política exterior de la República Islámica, vincularon ayer a Washington y a Arabia Saudita con los atentados, en un comunicado en el que señalan que los ataques se registraron después de la reciente reunión en Riad del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con “uno de los gobiernos reaccionarios (el saudita) que siempre apoyó a los terroristas”. “La opinión pública considera esto muy significativo y la reivindicación del EI es una muestra de que Washington y Riad estuvieron implicados en este acto brutal”, agrega el comunicado.
Trump, por su parte, lamentó los atentados, y sugirió que Irán propició los ataques mediante su “patrocinio del terrorismo” en Medio Oriente. “Subrayamos que los Estados que patrocinan el terrorismo se arriesgan a convertirse en víctimas del propio mal que promocionan”, dijo el magnate republicano en un comunicado difundido por la Casa Blanca.
El ataque es el primero que la milicia jihadista reivindica en suelo iraní, donde las autoridades reforzaron las medidas de seguridad en torno a los edificios oficiales como la sede del gobierno.
Poco después del hecho, el EI emitió un video en la aplicación de mensajería Telegram –que asegura fue filmado por uno de los atacantes dentro del Parlamento– en el que uno de los presuntos combatientes (fuera de cámara), parece disparar su arma dos veces a un hombre que yace inmóvil en el suelo.
Durante al menos cinco horas las puertas del Parlamento permanecieron cerradas y no se permitió la salida ni a los diputados ni a los periodistas allí congregados, lo que aumentó la confusión en torno a lo acontecido.
La parlamentaria Tayebé Siavoshí declaró que la situación fue “muy confusa y delicada”, al negar informaciones preliminares de que todo estaba bajo control.
Fuentes oficiales informaron que previo a estos ataques, una célula islamista fue desarticulada en el país y sus miembros, detenidos, aunque no hay información sobre la relación entre ese grupo y los atacantes.
El doble atentado tiene lugar en plena crisis entre los países del golfo por la decisión de Arabia Saudita y sus aliados de romper relaciones con Qatar, a quien acusan de “apoyar a grupos terroristas” y favorecer la agenda política de Irán, potencia chiita rival del reino sunnita.
El presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani, restó importancia al ataque, al considerarlo un “asunto menor”. “Como todos saben, algunos terroristas cobardes se infiltraron en el edificio del Majlis (Parlamento), pero fueron repelidos”, aseguró el dirigente. “Esto es un asunto menor pero revela que los terroristas tratan de causar problemas”, dijo, y añadió que los jihadistas están furiosos por la lucha de Irán contra el terrorismo.
Para la milicia sunnita del EI, Irán, de mayoría chiíta, es un enemigo mortal pues apoya a milicias que combaten tanto en Siria como en Irak contra el EI, y es uno de los mayores aliados del presidente sirio, Bashar al Assad.
Los ataques fueron condenados de forma unánime por la comunidad internacional, desde Rusia y países vecinos a Irán hasta la Unión Europea y Estados Unidos. El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, aseguró que los atentados “no influirán en la voluntad del pueblo iraní y de sus responsables”, que derrotarán “pronto a los terroristas”.
Por la noche, en una primera reacción oficial, el presidente iraní, Hasan Rohani, instó a la “unidad y a la cooperación regional e internacional’ contra el terrorismo”, en un comunicado publicado en la página web de la presidencia. Rohaní, recientemente reelecto, subrayó que “la nación iraní neutralizará todo complot enemigo a través de la unidad” y reforzará “su determinación en la lucha contra el terrorismo”.